sábado, 2 de noviembre de 2013

Confitería

En Buenos Aires, los porteños llamamos "confitería" a 1) aquel comercio donde se comercializan confituras; es decir, donde compro confituras para llevar a mi casa o alguna otra parte, y consumir allí; o a 2) aquel comercio donde también se venden confituras pero se pueden consumir en el lugar, sentados en sillas y arrimados a mesitas. En estos últimos lugares también se expenden bebidas tales como café, té, mate cocido, café con leche, mate cebado y, a veces, hasta gaseosas; todas estas bebidas acompañan las susodichas confituras.

En aproximadamente las últimas dos décadas se hizo cada vez más habitual el siguiente caso: confitería (o panadería) (*) del estilo del caso 1) anterior, que cuenta en su local de ventas con suficiente espacio, coloca una serie de las mencionadas mesitas y sillas, agrega a sus instalaciones una cafetera y organiza lo que definimos en el punto 2) anterior. Este tipo de casos presenta la ventaja siguiente: si uno es cliente de determinada confitería (o panadería) (*), y gusta mucho de las confituras que se confeccionan en dicho lugar, tiene la posibilidad de consumirlas allí mismo, casi siempre, con una infusión; la ventaja, a mi juicio, consiste en que uno, a veces, tiene ganas de desayunar afuera, no en casa, y este tipo de locales reúnen el producto que uno prefiere con el estar fuera de casa, no tener que lavar la taza y el platito después de desayunar y, de alguna forma, romper lo que puede ser una rutina, la del desayuno.

Cuando llamo la atención con el signo (*) es por lo siguiente: en Buenos Aires, las panaderías, lugares donde se elabora y/o vende pan, también venden confituras. Las confituras más populares entre los porteños (y también entre los habitantes de buena parte de la Argentina) son las facturas (medialunas, miguelitos, berlinesas, pan de leche, entre otras), pero en toda buena panadería-confitería pueden encontrarse también tortas, tartas dulces y saladas, sándwiches de miga, por ejemplo, y para fin de año, el pan dulce casero. Es frecuente que cada panadería-confitería tenga su especialidad en uno o varios de estos rubros, que uno va descubriendo a medida que se hace cliente.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Actuar más que quejarse

Ya vi en varios foros de Linkedin la siguiente "carta de un traductor a un cliente". La reproduzco:

-ABRO CITA-


Traducción no remunerada – ¡por supuesto!
Nota: el original de este artículo ha sido publicado en alemán por Giselle Chaumien en su excelente blog Ruesterweg y traducido y publicado en español con su autorización por Pablo Bouvier (http://traduccionenestadosolido.wordpress.com/2013/07/04/traduccion-no-remunerada-por-supuesto/).
Estimado cliente,
me ha solicitado una traducción no remunerada porque lamentablemente ha agotado su presupuesto para el proyecto en curso y se le olvidó incluir los gastos de traducción. Además, ha dejado entrever que esto podría generar otros futuros pedidos de traducción remunerados.
Me causa una gran satisfacción complacer su solicitud de traducción no remunerada para su empresa. Total, el texto no tiene más que 1527 palabras, una minucia. Para la traducción necesitaré una buena mañana, si todo va bien. O más, si se presentan dificultades.
Normalmente, estas 1527 palabras producirían unos ingresos de 250 euros – precio antes de impuestos, por supuesto – que me permitirían pagar mi comida para quince días. Pero no se inquiete: repito que me causa una gran satisfacción proporcionarle este servicio, ya que entiendo perfectamente su situación.
No obstante, no he podido utilizar mi ordenador personal, ya que la agencia tributaria evidentemente no aceptaría que utilizase los equipos de mi empresa para trabajos no remunerados. En consecuencia, no podría amortizar mi ordenador personal. Comprenderá, por lo tanto, que haya realizado una traducción manuscrita.
Por el contrario, lo siguiente sí que constituye un serio problema. Dado que ya no utilizo habitualmente la pluma, tal como se comenta, mi escritura se ha deteriorado en gran medida y se ha vuelto casi ilegible. Por el mismo motivo, el único papel del que dispongo es un viejo bloque de papel pijama amarillento con franjas verdes en formato DIN A3, como los que se usaban antes en los servicios informáticos para las impresoras de chorro de tinta. No es lo ideal para Ud., si desea escanear la traducción, pero es realmente lo único que tenía a mano en la oficina (he instaurado el principio de “cero papel” y ya no imprimo nada). A propósito, tendrá sin duda dificultad en descifrar mi estilo abreviado para ahorrar tiempo.
También he tenido que escribir con lápiz para poder eliminar ciertos párrafos tras su relectura.
Además, tampoco he podido emplear mis diccionarios – la mayoría de ellos informatizados en mi ordenador – ni la memoria de traducción (ya que es mi cliente desde hace muchos años), por el problema de siempre con la agencia tributaria. No siempre he podido reordar inmediatamente el término consagrado y como he tenido que trabajar sin diccionarios… Por supuesto, las búsquedas en Internet también estaban vetadas por los motivos mencionados.
Me ha sido imposible integrar el gráfico. Para facilitarle el trabajo, he dibujado un rectángulo en el lugar en el que debe integrarlo.
Desconozco dos términos específicos de su empresa. Pero, como no dispongo de tarifa plana y su empresa está domiciliada en el extranjero, habría sido demasiado costoso llamarle para aclarar dichos términos.
Necesitaba Ud. esta traducción lo antes posible. He hecho todo lo posible para terminarla hoy. He introducido las hojas en un sobre que he franqueado. Le regalo los 70 céntimos del sello. Esperemos ahora que el correo entre Alemania y España, el país en el que radica, sea capaz de enviarlo lo más rápidamente posible. Según mi experiencia, una carta enviada desde Alemania tarda 4 o 5 días en llegar a España. Sé que en su empresa tendrá que aguardar a que su servicio de correo interno haya clasificado y repartido el correo; lo siento.
Con la esperanza de haberle podido ayudar, me complace saludarle muy atentamente
Su fiel traductora
(Todo mi agradecimiento a Markus Raab por la idea y a Susanne Schmidt-Wussow por la difusión de la información)
©GWC Communications (http://www.gcw-communications.com/ www.ruesterweg.de ) Giselle Chaumien-Wettergauer – Avril 2013 – Honorarferie übersetzung, aber gerne – ES.docx
 



-CIERRO CITA-

Comentarios de mi parte:

-Yo ya estoy bastante podrida de este tipo de artículos indignados sobre clientes que pretenden trabajos gratis, pruebas no remuneradas y especies similares. Muchachos, estos textos ya están gastados, muy remanidos y muy trillados.

-A esta altura, los traductores, más que defender nuestros derechos con este tipo de cartas-artículos, estamos sacando patente de masoquistas y de monotemáticos.

-Me parece que basta y sobra con responder un correcto "no, señor cliente, no puedo trabajarle gratis".

-Y si realmente nos parece que debemos hacer una prueba sin remuneración porque estamos sin trabajo, ahorcados de deudas, y nos parece que la propuesta tiene alguna seriedad (es decir, que nos van a dar algún trabajo), qué se yo, nadie es perfecto. Que ese traductor trabaje gratis, que haga la prueba no remunerada. No soy quién para meterme en la economía ni en las necesidades de nadie.







martes, 4 de junio de 2013

Análisis sintáctico - Oraciones con proposiciones adjetivas

La proposición adjetiva siempre se comporta como modificadora del sustantivo, y este sustantivo funciona como antecedente. Estas proposiciones están encabezadas por un relacionante (ver el cuadro en páginas siguientes), cuyo antecedente, como quedó dicho, es un sustantivo.

Ejemplo 1:





Acá sabemos que la proposición subordinada "con que trabajó" es adjetiva por varios motivos:

a) se la puede reemplazar por un adjetivo; puedo tranquilamente decir: "Éste es el instrumento auxiliar";

b) toda la proposición está referida al sustantivo "instrumento"; "con que trabajó" está calificando a "instrumento"; esta proposición marca una característica del instrumento;

c) la proposición está encabezada por un encabezador relacionante; es este caso, "con que".

Ejemplo 2:


Acá, la proposición subordinada adjetiva es "donde, a los pocos meses, se produjo la inevitable conjunción". Hay que tener cuidado: el encabezador relacionante "donde" NO está marcando una subordinada adverbial, como podría pensarse a primera vista; el antecedente de "donde" es "Buenos Aires"; esa relación con el antecedente marca que se trata de una proposición subordinada adjetiva. Recién cuando analice por dentro la proposición subordinada adjetiva veré que "donde" está funcionando, para la lógica interna de la proposición, como un circunstancial de lugar, pero no para calificar el tipo de la proposición subordinada.

Lo mismo sucede con la siguiente oración:

Ejemplo 3:



 Ejemplo 4:



 
"Cómo embellecen el edificio" es la proposición subordinada adjetiva; está calificando a "forma".

Ejemplo 5:

 

Análisis sintáctico - Oraciones con proposiciones sustantivas



Oraciones con proposiciones subordinadas

En primer lugar, habría que aclarar qué es una proposición. Una proposición es una mini-oración que está coordinada con otra o yuxtapuesta a otra —con lo cual ambas forman una oración—, o es una mini-oración que está inserta en otra mayor.

Hay tres tipos de proposiciones subordinadas:

1) Sustantivas
2) Adjetivas
3) Adverbiales

La proposición sustantiva desempeña las siguientes funciones: aposición, objeto directo, predicativo subjetivo obligatorio, término (dentro de un modificador indirecto, por ejemplo). También tenemos las proposiciones inordinadas subjetivas (que cumplen la función de sujeto), las inordinadas de predicado nominal sustantivo (que cumplen la función de predicado nominal sustantivo) y las inordinadas unimembres (que son oraciones unimembres nominales sustantivas).

Un ejemplo (1) de una oración con una proposición subordinada sustantiva:




Esta oración es equivalente a "Justo era su sufrimiento". Nos damos cuenta de que "que ella también sufriera" es una proposición subordinada sustantiva (del tipo inordinada subjetiva) porque a) puede reemplazarse por "su sufrimiento", una frase cuyo componente principal es un sustantivo, y b) porque toda la proposición es el sujeto de la oración, y ser sujeto de la oración es una de las funciones de las proposiciones subordinadas sustantivas del tipo "inordinada subjetiva". "Que ella también sufriera" (es decir, "esto") es el sujeto del cual se predica que "era justo". "Era" es el núcleo del predicado y "justo" es el predicativo subjetivo obligatorio.

¿Por qué "justo" es un predicativo subjetivo obligatorio? Porque acompaña a un verbo copulativo. ¿Cuáles son los verbos copulativos?

Ser
Estar
Parecer
Yacer
Resultar
Semejar
Continuar
Volverse
Hacerse
Tornarse
Ponerse
Permanecer
Quedar
Quedarse

La cuestión es la siguiente: el verbo copulativo no puede quedar solo en la oración, puesto que si así fuera, la oración carecería de sentido lógico. Si digo "Justo era.", esa oración carece de sentido. Necesita "algo" que complete el sentido. Eso que completa el sentido es un predicativo subjetivo obligatorio.

Hay que tener cuidado al analizar. Cuando marcamos el núcleo verbal del predicado, tenemos que ver de qué clase de verbo se trata (frase verbal, transitivo, intransitivo, copulativo). Si es un verbo copulativo, tengo que estar atento porque va a haber un predicativo subjetivo obligatorio. Ahora bien: ¿cómo distingo un predicativo subjetivo obligatorio de un objeto directo, si ambos pueden reemplazarse por el pronombre "lo"? Muy sencillo: si tomo la oración respecto de la cual tengo la duda y le cambio el género o el número (o ambos) y eso que me parece un P.S.O. sigue siendo factible de ser reemplazado por "lo" (en singular), eso es un P.S.O. De lo contrario, si tengo que pluralizar el "lo", es un objeto directo.

Ejemplo 1: si digo:


Justo era que ella también sufriera y que la castigaran con dureza.

ambas acciones, "sufrir" y "ser castigada", forman un sujeto compuesto, y de todas formas la palabra "justo" sigue invariable. Es un P.S.O.

El pronombre "que" de esta oración no tiene función. Es sólo un enlace entre la oración principal y la subordinada, y al momento de analizar sintácticamente la oración se tacha o se coloca debajo de él "s/f" ("sin función")

Pero pasemos bien en limpio el análisis: "que ella también sufriera" es el sujeto expreso simple, que coincide con la proposición subordinada sustantiva (P.S.S., también llamada "proposición incluida sustantiva", alias "P.I.S." [puaj]). Dentro de esa proposición, que funciona como una mini-oración, con las mismas partes que podría tener una oración simple, tenemos el sujeto expreso simple, "ella". El predicado es "también sufriera", donde "sufriera" es el núcleo verbal (o "verbo núcleo", según las distintas nomenclaturas).

En cuanto al predicado (verbal simple) de la oración principal, el núcleo verbal de ésta es el verbo copulativo "era". Y "justo", como ya se dijo, es el P.S.O. (predicativo subjetivo obligatorio)

Ejemplo 2:


Aclaración: este ejemplo 2 siempre figuró acá, en mi blog, como una proposición subordinada sustantiva. Me equivoqué. "El que muere en estas ejecuciones", al cumplir el papel de sujeto, es parte de una proposición inordinada sustantiva. Entonces, corrijo el post original y pido disculpas por la mala información. El resto del post (incluido el párrafo siguiente), según mi leal saber y entender, no tiene errores.



Ésta es otra oración en la que toda la proposicións, "El que muere en estas ejecuciones", constituye el sujeto expreso simple. Se trata de una proposición inordinada sustantiva. Dentro de esa proposición-sujeto vamos a analizar lo que tenemos: tenemos un sujeto expreso simple, constituido por "el que" y un predicado verbal constituido por "muere en estas ejecuciones". "El" es el modificador directo de "que", que es núcleo del sujeto; "muere" es el núcleo verbal y "en estas ejecuciones" es un complemento circunstancial de lugar. "En" es el nexo subordinante, y "estas ejecuciones" es el término. Y "éstas" es el modificador directo de "ejecuciones", que es el núcleo del término.

En cuanto al predicado, lo primero que tenemos que ubicar es el núcleo verbal; en este caso, el verbo "dejar" (en su forma "deja"). "No" es un circunstancial de negación. "Derecho a ningún reclamo" es el objeto directo, donde "derecho" es el núcleo y "a ningún reclamo" es el modificador indirecto (es indirecto porque modifica a un sustantivo, pero por intermedio de una preposición). En cuanto al análisis del modificador indirecto, tenemos, al igual que en el complemento circunstancial de lugar del sujeto, un nexo subordinante, la preposición "a" y el resto es el término, "ningún reclamo". "Ningún" es el modificador directo de "reclamo", que es el núcleo del término.

Ejemplo 3:
 


Aquí, la proposición está subordinada por la partícula subordinante "si". La proposición completa es "si había leído la Ilíada". Pero pasemos al análisis de toda la oración. Tiene sujeto tácito, "yo", así que toda la oración es predicado verbal simple. Dentro de él, como siempre, primero, el núcleo verbal, "pregunté". "Le" es objeto indirecto y toda la proposición subordinada sustantiva, "si había leído la Ilíada", es el objeto directo (junto a O.D. voy a poner (P.S.S. o P.I.S.)). Si preguntamos "¿qué le pregunté?", la respuesta es "esto", que equivale a "si había leído la Ilíada", y también compruebo que sea un objeto directo y no otra cosa reemplazando al objeto directo con un "lo" / "los" o un "la" / "las". Entonces digo: "Se lo pregunté" (el "le" se cambia por "se" por una cuestión de estética fonética – quedaría horrible decir "Le lo pregunté"). Muy bien: ese "lo" es un objeto directo.

¿Cómo analizamos el interior de la proposición subordinada sustantiva? Tachamos el "si". No tiene función. Lo que queda es todo predicado (verbal simple). El sujeto es tácito ("él", "ella"). Dentro del predicado, "sabía" es el núcleo verbal, y "la Odisea" es el objeto directo. "Odisea" es el núcleo del objeto directo, y está modificado en forma directa por "la".


Ejemplo 4:

 
Aquí tenemos otro ejemplo de P.S.S. que cumple la función de objeto directo. Tenemos el verbo en imperativo; no importa, analizamos la oración como si estuviera en modo indicativo, subjuntivo o potencial. El sujeto está tácito: la oración completa sería "Mira cómo se posa". Ese "tú" es el sujeto. Al no estar, lo marcamos como sujeto tácito ("S.T. tú"). Entonces, toda la oración es predicado (verbal simple). El núcleo del predicado es "mira". "Cómo se posa" es el objeto directo (que marcamos "O.D. (P.S.S./P.I.S.)).

Analizamos la proposición subordinada sustantiva en función de objeto directo: ésta también tiene el sujeto tácito ("él"/"ella"), así que "cómo se posa" es todo predicado (verbal simple). El núcleo verbal es "posa". "Se" es signo de pasiva cuasi refleja (S.C.R.), y "cómo" es circunstancial de modo.

A la vez, señalemos que la proposición "cómo se posa" constituye una proposición exclamativa en estilo indirecto.


Ejemplo 5:


 
Aquí, la proposición subordinada sustantiva es "Los dioses que lo edificaban estaban locos". Como vemos, son las palabras textuales de quien emite toda la oración y no tiene nexo subordinante; es decir, la proposición está expresada en estilo directo. Es que a veces las proposiciones subordinadas sustantivas se unen directamente a su núcleo sin nexo encabezador.

¿Cómo analizamos esta oración? Nuevamente, tenemos sujeto tácito, "yo". Lo marcamos como tal, y marcamos toda la oración como predicado verbal compuesto, ya que tenemos dos núcleos verbales: uno de ellos es "noté" y el otro es "dije". "Sus peculiaridades" es el objeto directo, dentro del cual "peculiaridades" es el núcleo y "sus", el modificador directo. "Y" es un nexo coordinante (coordina ambos verbos, ambas acciones).

Toda la proposición subordinada sustantiva cumple la función del objeto directo. Como es una proposición subordinada (es decir, una oración en miniatura), veo cuál es su sujeto y su predicado. "Los dioses que lo edificaban" es el sujeto expreso simple, y notemos que aquí dentro también tenemos otra proposición subordinada (pero adjetiva). El predicado verbal simple de esta proposición es "estaban locos", donde "estaban" es el núcleo verbal y "locos" es un P.S.O. No es un circunstancial de modo; si fuera un circunstancial de modo, éste no concordaría en género y número con el sujeto.

Un pequeño desvío, pero para bien de todos: si digo:

- "Los niños pasean alegres", "alegres" es predicativo. Concuerda en género y número con "niños".

- "El niño pasea alegre". "Alegre" es predicativo. Concuerda en género y número con "niño".

Pero si digo:

- "Los niños leen rápido", "rápido" es un circunstancial de modo. Es invariable, y me doy cuenta de tal invariabilidad porque puedo decir "La niña lee rápido", y "rápido" queda invariable.

"Dioses" es el núcleo del sujeto de la proposición, "los" es su modificador directo y "que lo edificaban" es un modificador directo.

Analicemos ahora la proposición subordinada adjetiva "que lo edificaban". Aquí dentro también voy a encontrar un sujeto y un predicado. "Que" es el sujeto, ya que se refiere a "los dioses", y de "que" se predica "lo edificaban", que constituye el predicado verbal simple, cuyo núcleo (verbal) es "edificaban", mientras que "lo" es el objeto directo.


Ejemplo 6:





martes, 28 de mayo de 2013

Inimaginable

En febrero de este año publiqué en este blog algunos artículos sobre análisis sintáctico. Es un tema sobre el cual comencé a interesarme más seriamente a partir de la lectura del libro de corrección de estilo de Susana Rodríguez-Vida.

Los lectores de este blog saben que mi camino hacia algunas respuestas y soluciones en materia de análisis sintáctico no fueron rápidas ni automáticas; más bien, debí superar información equivocada, la ignorancia de ciertos profesores, ciertos datos contradictorios obtenidos de libros especializados.

El mes pasado, la consulta de esos artículos por parte de todo Latinoamérica y algunos países "insólitos" (Argelia, por ejemplo) hizo que la cantidad de visitas a este blog ascendiera a 3.000, una cantidad desusada. Este mes, mayo, la cantidad supera ya las 7.000 visitas.

Lo que más orgullosa me pone es que no se trata de visitas a un blog con noticias de la farándula; se trata de visitas a artículos sobre el objeto directo, el objeto indirecto o los verbos copulativos. Me alegra y me emociona que haya tanta gente que desee aprender algo tan humilde como a analizar sintácticamente una oración, porque supone todo un desafío lógico, un entrenamiento en desentrañar estructuras que bien puede aplicarse a otros desafíos de la vida. 

Próximamente voy a publicar más artículos sobre el análisis sintáctico de oraciones con proposiciones subordinadas.

Más de 7.000 visitas, cuando lo máximo que logré sin estos artículos era 2.800. Inimaginable.

Figuras de disenso, de Terry Eagleton...

¡y traducido por una servidora! Un libro que no me dio respiro. A continuación, las consabidas fotitos:






Y acá, de nuevo, con este libro, el mismo problema que tuve con el Diccionario Crítico de Falsos Cognados: los perros que ladraban en la cuadra de enfrente -un ladrido totalmente inútil, sólo permitido porque los dueños los tienen como "alarmas animales"-; hubo que ir a convencer a los vecinos de que es mucho mejor tener traducido un libro de esta calidad que permitir que su perro persistiera en un inútil ladrido. En algún caso, se logró sin problemas; en otros, se logró, pero a regañadientes de la bruja de la dueña. 

Recomiendo su compra, ampliamente. Terry Eagleton, en más de un caso, es ácido cítrico puro, pero siempre con sobrados fundamentos. Contagiarnos un poco de su carácter y su postura nos haría bien a los argentinos: críticas bien fundamentadas, que dan en el blanco y, sobre todo, que no dejan lugar a cortesías interesadas.

Como siempre, de Prometeo Libros. Visiten la librería de la avenida Corrientes. Vale la pena.


 

martes, 5 de marzo de 2013

El verbo "enterarse"

Veo que lo vienen utilizando muchísimo en radio y televisión, sobre todo porque los avisos suelen ser un adelanto del producto o servicio ofrecido y luego, en Facebook o en algún sitio de Internet, la empresa oferente nos brinda más detalles.

Con ese fin, utilizan el verbo "enterarse", y habitualmente lo hacen en la combinación "enterate más en (tal lugar)".

Problema número uno: el verbo "enterarse" lleva la preposición "de" a continuación. Uno se entera de algo, no se "entera algo". 

Problema número dos: la frase "enterate de más" suena equívoca (pareciera que se estuviera diciendo "demás" y no "de más") y bastante cacofónica al oído.


Solución que yo le encuentro a este dilema (que veo que es mío, no de los redactores de publicidades): encontrémosle la vuelta creativa: ¿qué tal si utilizamos una frase más cálida y personal para con el público? Por ejemplo: "te contamos más en (Facebook, por ejemplo)".

Mis dos centavos. Pero pensándolo bien, hoy en día, ¿para qué sirve un centavo?


martes, 19 de febrero de 2013

Análisis sintáctico - El objeto directo y el objeto indirecto



El objeto directo y el objeto indirecto

Tanto el objeto directo como el objeto indirecto son modificadores del verbo. En seguida voy a explayarme sobre ambos, pero la clave para descubrir cuál es uno y cuál es otro es reemplazarlos por pronombres. El objeto directo admite ser reemplazado por los pronombres LO – LOS – LA o LAS. En cambio, el objeto indirecto admite reemplazo por los pronombres LE o LES.

El problema viene en los países en que se utiliza el leísmo (en lugar de reemplazarse el objeto directo con los pronombres LO – LOS – LA o LAS, se lo reemplaza con los pronombres LE o LES) o, inversamente, en los que se emplea el laísmo (en lugar de reemplazar el objeto indirecto con los pronombres LE o LES, lo reemplazan con los pronombres LA o LAS).

Otros pronombres por los cuales se reemplaza al objeto directo —y, por lo tanto, se lo reconoce— son ME – TE – SE – NOS – OS.

Fuera de esta distinción crucial —el susodicho empleo de los pronombres LO – LOS – LA o LAS—, otra clave que podemos utilizar es la siguiente: la oración que tenga objeto directo va a tener un verbo transitivo. "Claro", me dirán, "hay muchos verbos que son a la vez transitivos e intransitivos". Es cierto: pero el segundo paso para descubrirlo es el siguiente: voy a poder pasar la oración que tenga objeto directo a voz pasiva. Si no puedo pasarla a voz pasiva (es decir, si luego de pasarla a voz pasiva no me queda un enunciado lógico), esa oración no tiene verbo transitivo y, por lo tanto, no tiene objeto directo.

Es decir, el verbo transitivo necesita del objeto directo. En ese objeto directo recae la acción indicada por el verbo. Si no hay objeto directo, la oración queda trunca, como "colgada del precipicio".

Es decir, si escribimos:

Yo envié una carta.

el sujeto es "yo" y el predicado es "envié una carta". El verbo es "enviar", y la acción de que "yo envíe" recae en "una carta". La acción de enviar recae sobre la carta.

Entonces, otra forma de reconocer el objeto directo de cosa es reemplazarlo por la pregunta "¿qué?": "¿Qué envié? Una carta".

La cuestión viene cuando viene cuando el objeto directo es una persona o cosa personificada. En ese caso, la pregunta que cabría hacer es "¿A quién?". Veamos el siguiente ejemplo:

El gobernador me citó.

La pregunta sería: "¿A quién citó el gobernador? A mí". Y "citó a mí", forma incorrecta en el castellano, equivale a decir "me citó". De nuevo estamos ante un objeto directo.

Pero hay que tener cuidado, porque la misma pregunta vale para detectar el objeto indirecto. La conclusión es que los criterios más importantes para detectar el objeto directo son 1) el carácter del verbo, y 2) la posibilidad de pasar la oración a voz pasiva.

También comprobamos que "me" cumple la función de objeto directo porque es posible pasar la oración a voz pasiva:

Yo fui citado por el gobernador.

Si en una oración logré ubicar el objeto directo, y por lo tanto confirmé que el verbo es transitivo, el "otro objeto" que también recibe la acción del verbo es el objeto indirecto. El objeto indirecto suele estar encabezado por las preposiciones "a" o "para". Téngase en cuenta, antes de avanzar, que el objeto directo a veces va encabezado con la preposición "a". De eso voy a ocuparme en otro artículo de este mismo libro, pero para no hacer una digresión tan importante voy a decir, como lo hice arriba, que el objeto directo que sí va encabezado con "a" es el que contiene a una persona o cosa personificada, pero hay excepciones.

Retomo con el objeto indirecto: lo encontramos en oraciones construidas con verbo transitivo + objeto directo, como en el siguiente caso:

Yo envié una carta a mi madre.

El objeto indirecto es "a mi madre". Como vemos, recibe por intermedio del objeto directo (la carta) la acción del verbo.

Otro ejemplo:

La lluvia trajo alivio al campo.

El sujeto de "la lluvia". El predicado es "trajo alivio al campo". El núcleo verbal es "trajo"; el objeto directo es "alivio" y el objeto indirecto es "al campo".

También encontramos objeto indirecto en oraciones construidas con verbo intransitivo.

Ejemplo:

El premio correspondió a la poetisa.

El verbo "corresponder" es, según el María Moliner, intransitivo y pronominal (cuando digo, por ejemplo, "Sus modales se corresponden con su falta de discreción", también tomado del María Moliner). Entonces, lo que le sigue en este caso es el objeto indirecto. Nótese que no puedo pasar la oración a voz pasiva, así que de esa imposibilidad deduzco que "corresponder" es intransitivo y que "a la poetisa" es un objeto indirecto.

Ejemplos de oraciones con objeto directo:

Divisábamos un paisaje mágico.

Elogiaron los trabajos presentados.

Esta conjunción de elementos -un sujeto, un verbo transitivo y un objeto directo- son los que se necesitan para hacer que una oración que está en voz activa se pueda reorganizar en una oración con voz pasiva.

Los espectadores aplauden la interpretación.

La interpretación es aplaudida por los espectadores.

La luna refleja su imagen en el lago.

Su imagen es reflejada por la luna en el lago.

Las preposiciones tienen la función de nexo subordinante. Por lo tanto, se las marca como "n.s.".

Cuando el objeto directo está encabezado por la contracción "al", la nomenclatura es la siguiente:



¿Cómo es el objeto directo y el indirecto con "se"? Veamos el siguiente ejemplo:

"La gente del palacio se lavaba las manos con cerveza y se afeitaba con miel".



Analicemos "se lavaba" y "se afeitaba": el pronombre reflexivo de 3ra. persona "se" se acopla a ciertos verbos para formar el uso reflexivo de éstos (el pronombre "se" introduce al verbo). Podemos decir: "El barbero afeita al cliente"; allí, la acción de afeitar parte del barbero y la recibe el cliente; pero para indicar que la acción de afeitar parte de una persona y ella misma la recibe, diremos: "El joven se afeitó el bigote". Se lo afeitó "a sí mismo", por así decirlo.


El pronombre "se" repite la persona del sujeto (la 3ra.) e indica que la acción vuelve a recaer sobre el mismo que la ejecuta.

¿Cómo sabemos que el primer "se" de la oración inicial es un objeto indirecto (O.l.)?

Porque ya hay un objeto directo que modifica al verbo "lavaba" ("las manos" es el objeto directo). Cuando hay un pronombre, no puede haber dos objetos directos; entonces, el "se" tiene que ser un objeto indirecto. Además lo reconozco como objeto indirecto por el siguiente motivo: el verbo "lavarse" es reflexivo. "Se lavaba las manos" equivale a decir "se lavaba las manos a sí misma". Entonces, "las manos" es el objeto directo, y el segundo objeto sobre el que recae la acción, además de las manos, es el indirecto.

¿Cómo sé que el segundo "se" es un objeto directo (O.D.)?

Porque cuando el "se" acepta que detrás del verbo se coloque la frase "a sí mismo" (porque es un "se" reflexivo), ese "se" es un objeto directo.



Analicemos este ejemplo:

"Me negó la palabra".


1) Toda la oración es Predicado Verbal Simple y tiene sujeto tácito, "usted", "él" o "ella".


2) Primero, localizamos el verbo conjugado. Todo lo que no sea verbo conjugado es modificador de éste.

3) ¿Cómo determinamos que "la palabra" es un objeto directo?
Porque podemos reemplazarlo por el pronombre "la", que siempre indica objeto directo. Si queremos asegurarnos aún más, preguntaremos: "¿Qué me negó?" ® La palabra. Si la respuesta a la pregunta: "¿Qué me negó?" es eso que yo sospecho que es el objeto directo, entonces es el objeto directo.

4) El "me": con el "me" tenemos un problema: puede ser objeto directo u objeto indirecto. Pero ampliemos qué significa "me": es "Negó a mí la palabra". Ese "a mí" es un objeto indirecto. Entonces, el "me", que significa "a mí", es un objeto indirecto.

CUIDADO: el "a mí" no es igual que el "a mí mismo" de los verbos reflexivos. Es otra cosa. De hecho, "negar" es un verbo que puede funcionar como transitivo, aunque no en este caso.

Otro ejemplo:

"El profesor me recibió".

 




¿Por qué el "me" (que, como ya dijimos, puede ser O.D. u O.I.) es aquí un objeto directo y no un objeto indirecto?

Porque si expando qué quiere decir "me" voy a encontrar que significa "a mí". Pero, claro, el objeto indirecto también puede estar encabezado por la preposición "a". Sucede que el verbo "recibir" es transitivo, condición fundamental para que exista un O.D. ¿Cómo me doy cuenta de que el verbo "recibir" es transitivo? Porque esta oración acepta ser pasada a voz pasiva sin que se distorsione su significado: "Yo fui recibido por el profesor".

Más ejemplos:


Aquí, "a la poetisa" es una construcción encabezada con la preposición "a". Como "poetisa" es una persona y puedo llegar a tener dudas sobre si "a la poetisa" es un objeto directo o un objeto indirecto, me fijo en el verbo. El tipo de verbo me va a dar la clave; y aquí el verbo es intransitivo. Es decir, no acepta un O.D. Entonces, no me quedan dudas de que "a la poetisa" es un O.I.