En el sitio de Internet de "Espacio Living" (concretamente en esta dirección, http://www.espacioliving.com/1083398) le hicieron un reportaje a Narda Lepes. En uno de los párrafos se lee lo siguiente:
ABRO CITA
Gracias a su experiencia, Narda puede darse el lujo de trabajar con marcas y en situaciones que le permiten experimentar y proponer. Desde su página web, ofrece –y con absoluta reserva– hasta caprichosos deliveries a los camerinos de estrellas de rock. Y el mensaje que llega tras el primer clic es claro: "La comida tiene lenguajes y códigos propios: contrate traductores".
CIERRO CITA
Y sí: yo veo la palabra "traductor" o "traducción" y no puedo evitar mirar de qué se trata. Obsesiones (sanas) que una tiene. Y me sorprendió lo claro que la tiene Narda. Es decir, ella como cocinera sabe interpretar los códigos y el lenguaje de la comida, con lo cual se equipara a un traductor.
Ojalá el resto de la gente (por lo menos quienes están a cargo de contratar servicios de traducción, dondequiera que sea) también tuviera claro que el único profesional idóneo para traducir un texto de un idioma a otro es un TRADUCTOR, y no el sobrinito que terminó el curso básico de inglés en la Cultural o el amigo que "vivió seis meses en California".
En cuanto al resto de la nota, muy linda y muy lindas las fotos de la casa/oficina de Narda. Hay detalles en los que definitivamente vale la pena inspirarse.
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