sábado, 19 de febrero de 2011

Tú, vos, usted

Hace un par de días traduje para subtitulado una película con Faye Dunaway, "Changing Hearts". El argumento era simple: la amistad entre dos mujeres —una, de unos sesenta años; la otra, de casi cuarenta—, ambas afectadas por el cáncer de mama.




Rodeando esta situación, otros dos personajes: un médico joven y un antiguo pretendiente de la mujer mayor. El médico joven es el que está asignado a llevar adelante el tratamiento de la mujer joven. Ninguno de los dos se conoce de antemano.



La cuestión surge en cuanto al trato en segunda persona. ¿Cómo deberían tratarse ambos personajes jóvenes (la mujer joven y el médico), que no se conocen? ¿De tú (recordemos que en castellano neutro el "vos" argentino ¡está prohibidísimo!) o de usted? Decido que se tratan de usted; si bien ambos son jóvenes (ya dije que la mujer joven tiene menos de cuarenta, y el médico tiene unos veintisiete), me parece que la relación médico-paciente amerita un trato de "usted", al menos al principio. Y ésa es la cuestión: ambos personajes terminan teniendo una relación que podríamos denominar "tierna" (ella es enferma terminal, así que mucha carnalidad que digamos no hay), en la cual claramente hay más confianza. Por este motivo, en mi versión los hago tratarse de "tú" hacia el final de la película.



En el medio, otro de los interrogantes: ¿en qué punto exacto pasan del "usted" al "tú"? En el caso de esta película, me pareció que era buen momento esa escena en que el médico llora desconsolado delante de la paciente joven y le confiesa a ésta su dolor existencial. Al médico "le duele la realidad de la vida" y se quiebra. Me pareció que allí el hielo definitivamente se había derretido, entonces me dije: "Ahora o nunca. Comienzan desde aquí a tratarse de tú, y chau".



En cuanto a la mujer mayor, la cuestión no es nada ardua en lo que respecta a su trato con el "señor mayor" que la pretende: se nota desde el principio de la película que ambos se conocen desde jóvenes, que fueron o compañeros de escuela o vecinitos de ese poblado sureño de Estados Unidos (el acento del esa parte de EE. UU. me hace mucha gracia), así que se trataron de "tú" desde el principio. Más complicada fue la relación de personas gramaticales entre esta señora mayor y el médico mencionado en el párrafo anterior, que también la atiende: al tratarse de una mujer de unos sesenta años, me parecía natural que tratara de tú al médico joven; después de todo, era casi como su nieto. Y me pareció lógico que el médico la tratara de usted a ella; después de todo, ella era casi como su abuela. Pero resulta que esta mujer usa un apodo para llamar a este médico; lo llama "Sr. Simpático" ("Mr. Sunshine" en el original) porque este joven galeno es un chico más bien seriote, muy reservado, nada expresivo y muy poco comunicativo. Este sobrenombre, "Sr. Simpático", me hizo pensar que quedaría mucho más coherente si esta señora tratara de usted a este médico: este tratamiento sería congruente con el apodo y, por otra parte, ya que la señora está poniendo cierta distancia con el apodo, qué mejor que reforzar esta distancia con el empleo del "usted". Así es, entonces, cómo el personaje de Faye Dunaway trata de usted durante toda la película al médico medio amargado y retraído que no le cae nada bien.



Éste es uno de los problemas con que los traductores nos enfrentamos cuando traducimos de inglés a castellano: el democrático idioma inglés no tiene más que una sola segunda persona del singular, "you". En castellano tenemos dos formas de expresar esta persona: con el "tú" (registro informal) y con el "usted" (registro formal). La variante del "tú" en la Argentina es el "vos" (creo que en ninguna parte de la Argentina se usa el "tú", pero si estoy equivocada, por favor, me avisan), que, como ya dije, está vedado en el español neutro. Esa doble forma nos obliga a los traductores audiovisuales a decidirnos por una de ambas y mantenernos firmes, con férrea coherencia, en la elección a lo largo de la película... o no: como en el caso que muestro, me veo obligada a cambiar la persona en cierto punto de la película. Ustedes comprenderán: si la protagonista joven y el médico joven se dan un besito hacia el final, no se van a estar tratando de usted. Ya habían pasado, como dicen los estadounidenses, "al siguiente nivel".