miércoles, 30 de junio de 2010

Mucama y a mucha honra

Como correctora de estilo, gramatical y ortotipográfica siento que no me diferencio mucho del trabajo que hace una mucama o, para el caso, el trabajo de ama de casa que hacía mi mamá cuando yo era chica.

Limpiar un texto de excesos inconducentes y de falsos cognados (mi obsesión, mi pasión, mi locura), acomodar la puntuación para que el camino del lector esté mejor "señalizado", pasar el plumero y la franela por aquí y por allá en la gramática para que cada párrafo brille y dé lo mejor de sí son tareas que me gratifican muchísimo. Más diría: cuando termino de corregir un texto (original o traducción) siento una enorme paz espiritual.

Al principio es difícil, es cierto. Enfrentarse al texto desordenado, a veces mal organizado, desmoraliza un poco. Pero conforme avanzo, siento que puedo una vez más aportar mi granito de arena para que una mínima parte del orden universal se refleje en un texto.

Y bueno, manías que tiene una. También alegrías.

Ya sé que corregir un texto y dejarlo lindito, perfumadito y acomodadito no es una tarea de igual importancia que descubrir la vacuna contra el SIDA ni terciar exitosamente en una disputa en Medio Oriente. Pero nací para las letras, para las palabras y para los párrafos, no para tareas tan importantes como la investigación médica ni para la diplomacia, y me alegra hacer mi parte correcta y decentemente.

Los dejo. Todavía tengo que encerar.

sábado, 26 de junio de 2010

La faceta afectiva del idioma

Se habla muchísimo en la red de “castellano (o español) neutro”. En este mismo blog ya publiqué algunos artículos y puntos de vista personales al respecto. En este artículo quiero profundizar sobre la faceta afectiva del idioma y su relación con el castellano neutro.

Todo idioma parte, entre otros elementos, de una serie de sobreentendidos entre sus hablantes. Se trata de frases, palabras, formas de decir, expresiones y hasta miradas (lenguaje gestual) que hace que los hablantes de ese idioma se sientan hermanados. Ésa es la faceta afectiva de todo idioma.

Un ejemplo de esa sensación de comunidad es lo que sucede con la Sra. Alicia Gallach, conductora de un programa de cocina que se emite por Utilísima. Cuando cocina un plato suculento y le pone ingredientes deliciosos en cantidad, invoca una frase que solía decir el cómico rosarino Alberto Olmedo: “Si lo vamos a hacer, lo vamos a hacer bien”. Es decir, parafraseándola, “ya que nos vamos a matar comiendo, pongámosle a este plato todos los ingredientes que lo hagan más rico”.

Alberto Olmedo decía esa frase en circunstancias diferentes. En cierto sketch de uno de sus programas cómicos, en algún momento aparecía vestido de mujer junto con Javier Portales, que también estaba vestido de mujer. Olmedo amenazaba con besar a Portales; éste se resistía y Olmedo remataba con la frase mencionada. Y fue una frase que circuló durante un buen tiempo, como reflejo del cariño que despertaba este dúo de comediantes.

Pero volvamos a Alicia Gallach: cuando ella dice la frase, sin necesidad de aclarar nada, todos los porteños, los bonaerenses y quizá también los argentinos del interior de la Argentina (según haya llegado el programa de Olmedo) entendemos. Entendemos sin tener que decirnos más. Y recordamos con cariño a Olmedo, recordamos la cantidad de programas impagables que hizo, las veces que nos hizo reír, sus películas (un tanto bizarras) con Jorge Porcel, todos sus personajes (como el Mago Ucraniano y Chiquito Reyes). Es decir, Alicia Gallach, con una sola frase, pero una frase que está atesorada no sólo en el acervo popular, sino también en la memoria afectiva de quienes hayan visto y disfrutado a Olmedo, nos lleva por una travesía afectiva. Y no lo hace con una grabación ni con un video: lo hace con una frase. Lo hace con palabras.

Al castellano neutro le falta eso. En su afán de ser neutro, de ser panamericano, de querer servir para todos los pueblos de Latinoamérica, no solamente se inclina más por el castellano mexicano, en un injusto desequilibrio a favor de un grupo de hablantes y en detrimento de todos los demás, sino que elimina por completo este tipo de frases que nos resuenan con afecto. Claro, quieren que sea un castellano esterilizado, pasteurizado, tratado con lavandina, sin ningún chancro, sin ningún microbio. En su afán de querer abarcar a todos, no abarca a ningún pueblo y no representa a nadie. A las productoras de cine y televisión, tal vez, pero no representa a ningún ser humano de carne y hueso.

viernes, 25 de junio de 2010

Sumbudrule

En este Diccionario Arbitrario y Afectivo Lassaque no podía faltar una palabra que simboliza mi infancia: “sumbudrule”.

El creador de esta palabra fue Carlitos Balá, cómico infantil de los años setenta que me hizo desternillar de risa. Por supuesto, como toda palabra de raigambre oral más que escrita, hay quienes dicen que no era “sumbudrule” sino “sumbutrule”, y hasta hay quienes la reputan escrita con zeta inicial. Vaya uno a saber cuál es la grafía correcta.

¿Cuál era el significado de “sumbrudrule”? Carlitos Balá la pronunciaba junto con un gesto de su mano derecha, con el dorso hacia arriba y los dedos colgando, como si constituyeran una araña. Con esa suerte de araña realizaba un seguimiento durante un par de segundos de la cabeza de su interlocutor, siempre alguien que, en el diálogo, le había resultado adverso. Es decir, un interlocutor que le había tirado “mala onda”.

La precariedad de las preposiciones (I)

Hay traductores de documentales a los que habría que cortar en pedacitos. El otro día oigo lo siguiente en un documental de no sé qué canal de documentales: “Desesperados por pistas, los investigadores recurrieron…”. ¿“Desesperados por pistas”? Muchachos, cuando usamos adjetivo “desesperados” más la preposición “por”, a continuación tiene que venir aquello que me desespera. Sí es correcto decir “estoy desesperada por la falta de dinero”, “me desespera mi jefe”, pero en el conjunto de palabras “desesperados por pistas” falta algo: lo correcto es “desesperados por encontrar pistas”. La falta de pistas es lo que desespera a los investigadores y nos las pistas mismas.

Esto pasa porque ciertos traductores creen:

1) que para traducir cualquier cosa, desde un documental a una memoria de un balance, pasando por un informe de marketing y por un artículo periodístico, hay que usar un castellano “especial” y no el castellano que se emplearía habitualmente si en lugar de traducir escribiéramos las mentadas piezas;

2) que el castellano que se emplea en las traducciones debe ser un calco del inglés.

Muchachos, el castellano tiene una entidad y una riqueza propia y no le debe pleitesía al inglés. Son dos idiomas diferentes, dos idiomas aparte, cada uno con sus virtudes y cada uno con sus particularidades. Y así como los que aprendimos inglés hace mucho tiempo y lo mantenemos vivo estudiándolo todo el tiempo nos preocupamos por repasar gramática inglesa, preposiciones inglesas, estructuras inglesas, también nos preocupamos de repasar gramática castellana, de aprender lo que no sepamos, de estudiar bien los regímenes preposicionales castellanos, de repasar análisis sintáctico y demás.

En el caso mencionado no solamente hay una flagrante violación a la gramática castellana, sino que también hay una flagrante violación al sentido de la frase. Insisto: a los investigadores no los desesperan las pistas, sino la ausencia de ellas. Pero, claro, es más “cool” copiar la estructura que encontramos en inglés, “desperate for clues”, y además de “cool” es más rápido. Pero estos traductores de pacotilla, berretas, sin materia gris fresca en la cabeza, deberían ponerse a pensar que en inglés las preposiciones tienen un emplazamiento más fuerte que en castellano. La preposición “for”, en este caso, “encubre” el verbo que en castellano es de rigor, “to find”. La frase, en realidad, está queriendo decir “desperate to find clues” y pudo haber sido expresada de tal manera, pero también es perfectamente válido en inglés decir “desperate for clues”.

Pero no, qué se les va a pedir a estos traductores de dos por cinco, malos o pésimos estudiantes si estudiaron, y si no estudiaron, remedos de traductores y parásitos improvisados que los buenos traductores debemos aguantar.

Lo que es desesperante, para mí, es la incompetencia de ciertos traductores que no estudian, no saben, no abren un perro libro y a veces ni siquiera un perro diccionario y lo mismo se lanzan a traducir. Parafraseando una canción que cantaba Mercedes Sosa (cuyo autor no recuerdo ahora), “la noche que fusilen a ciertos traductores por haber traicionado, por haber corrompido el castellano, quizás a mí me salven estos artículos que escribo”.

El acento de Lady Diana Spencer

Hay alumnos de inglés que son increíbles. Hace ya varios años yo le daba clase a una alumna que me planteó que quería adquirir el acento de Lady Diana.

Por dentro sonreí y le expliqué que una cosa es tener una buena pronunciación y otra cosa muy diferente es tener acento. El acento es el “cantito” particular de cierto país, región, provincia o zona, más allá de toda división administrativa (por definición, arbitraria). Eso se adquiere y se desarrolla oyendo todos los días ese cantito y adoptándolo, y la manera de hacerlo es sumergirse en un ámbito donde se cante ese cantito; en este caso, Inglaterra, y más precisamente me atrevería a decir Londres. Y para más precisiones, me atrevería a decir que hay que estar sumergido en un ambiente de clase muy acomodada para lograr tal acento.

Destaco esta anécdota porque más de una vez me sorprendió la actitud de algún alumno que renegaba de su acento argentino al momento de hablar inglés. A veces, ciertos argentinos tienen un complejo de inferioridad que da miedo. Démonos cuenta de que los libros de inglés que de una década y media, más o menos, a esta parte compramos en cualquier librería de Buenos Aires para enseñar inglés tienen, casi sin excepción, no sólo voces con acento inglés, sino también orientales hablando inglés, latinos hablando inglés, medioorientales hablando inglés, y alemanes, franceses e italianos hablando inglés. El mensaje que transmiten esos libros es claro: hoy en día, y ya desde hace mucho tiempo, el inglés es la lengua franca del mundo. Muchas nacionalidades la hablan y la pronuncian, pero sin pretender por ello adquirir el acento inglés. Y lo que hacen esos libros, a mi gusto, sabiamente, es acostumbrar al alumno argentino (en este caso) a un inglés hablado con distintos acentos.

Yo creo que el respeto fundamental que un estudiante le debe al idioma que está estudiando es pronunciarlo bien (además de aprender bien su gramática y su faceta lexical; aquí me refiero sólo a la cuestión acento - pronunciación). El acento es secundario y hasta superfluo. Si uno tiene la suerte de ir a vivir al país donde se habla el idioma que estudia y se “contagia” el acento, fantástico. Pero con pronunciarlo bien alcanza y sobra.

Lo que sucede y lo que se viene

Para todas las personas, los seguidores de este blog, mis amigos y demás, les aclaro: de ninguna manera di de baja mi sitio de Internet. Sigo estando como siempre en www.avlt.com.ar, vivita y coleando, con todo el material que allí siempre estuvo. Y, caramba, para los que me reclaman que siga escribiendo libros electrónicos, les aviso que lo estoy haciendo. Sucede que lleva mucho tiempo hacer un libro como la gente, y esa actividad hay que compatibilizarla con: el trabajo, las tareas del hogar, el cuidado de los gatos, la vida matrimonial, salir de vez en cuando al cine, entre otras actividades. Paciencia: se viene una segunda edición del Diccionario de Falsos Cognados Inglés-Castellano y alguna que otra obrita más.

Decilo con tus palabras (un recorrido escalofriante por las estanterías del videoclub)

Me encanta leer el reverso de las cajas de películas. Es mi marido el que se dedica a alquilarlas y mientras él elige, yo me deleito con la extraña prosa poética en la que se me brinda una síntesis de la película.


Una de las estanterías que más me gustan es la de los videos sobre bandas y músicos. Fiel a mi costumbre de leer las "espaldas" de las cajitas (el frente no brinda mucho material de lectura, qué quieren que les diga), me encontré con las siguientes piezas que me parecieron de antología, realmente para el recuerdo. Paso a detallar:

La primera de ellas es un documental sobre AC/DC, decorosamente llamado, en su inglés original, "A classic album under review – Back in Black". Ajá. Veamos lo que dice la "espalda".


ABRE CITA

En julio de 1980, 5 meses después de la muerte inoportuna del representante original Bon Scott, AC/DC liberó Back in Black, un álbum que ha vendido más de 40 millones de copias por todo el mundo, álbum que muchos fans consideran el mayor de la carrera del grupo. Ellos van hasta los topes de las figuras rítmicas muy riffeadas, la mayor parte de la producción de sus yeites y la mejor música rock rara vez encontrado; el registro los catapultó a las ligas grandes, los grandes tiempos del Rock Mundial.

Back in Black; Un film documentado sobre un álbum clásico que visita de nuevo y reexamina este trabajo asombroso. Con el álbum entero la cinta desmenuzada pista por la pista, y con metrajes raro, alta entrevistas y el funcionamiento en vivo: todo bajo la mirada fija de un panel de estimados expertos de la música. Este es el mejor film sobre la extraordinaria banda aún por surgir.

CIERRA CITA


Son increíbles las incoherencias de las que está plagado el texto. No contemos con que el traductor de turno (estoy segura de que fue el cadete de la productora con un diccionarito para turistas en mano) sepa que hay que decir "inoportuna muerte" (porque si decimos "muerte inoportuna", parece que la persona hubiera tenido otra muerte y ésta hubiera sido oportuna). Resulta que Bon Scott no fue el representante de la banda; sino su "front man"; es decir, su cantante o vocalista. Primer "moco" interesante, porque si leemos el texto pensando que éste tiene cierta lógica, nos preguntaremos: "¿Qué relación existe entre la muerte de su "manager" (porque una piensa que el "representante" era, en la versión en inglés, el "manager") y el lanzamiento del disco?". Además, encontramos la frase "AC/DC liberó Back in Black", seguramente como traducción de "AC/DC released Back in Black"; pero las discográficas no "liberan" los discos, sino que los lanzan.


Dejemos también de lado la críptica jerga musical ("figuras rítmicas muy riffeadas", "la mayor parte de la producción de sus yeites"; tengo conocimientos musicales, pero no son tan amplios), pero hasta un chico se da cuenta de que "y la mejor música rock rara vez encontrado" es una expresión que hasta Tarzán habría expresado mejor; por lo menos, sin errores de concordancia.


Lo que me hizo lanzar una carcajada fue "Un film documentado (quisieron decir "un documental"; en definitiva, es eso lo que viene en el compacto) sobre un álbum clásico que visita de nuevo [...] este trabajo asombroso". ¿"Visita de nuevo"? ¿De qué estamos hablando? ¿De un médico, de la tía Alicia? Claramente, se trata de la traducción del nada difícil verbo "revisit". Pero claro: si la traducción la hizo el cadete Carlitos con el susodicho diccionario de superbolsillo para turistas (con perdón de los turistas), ¿qué esperar de bueno?


Y siguen las burradas: "Con el álbum entero la cinta desmenuzada pista por la pista, y con metrajes raro, alta entrevistas...". "La cinta desmenuzada pista por la pista": dejemos de lado lo de "desmenuzada", porque hasta podemos tomarlo en sentido metafórico (aunque mejor hubiera sido decir "analizada", que es un verbo que no puede faltar ni en la cartera de la dama ni en el bolsillo del caballero); pero "pista por la pista". ¿Quién escribió esto? ¿Homero Simpson con el aneurisma a punto de estallarle? Y para rematar, la frutilla del postre: "metrajes raro" y "alta entrevistas". De nuevo, ¿qué carámbanos es una "alta entrevistas"?


Me equivoqué, pero igual lo dejo: la verdadera frutilla del postre es la insólita e increíble frase que dice: "todo bajo la mirada fija de un panel de estimados expertos de la música". ¡"La mirada fija"! Sí, claro, no vaya a ser cosa que se les escapen los AC/DC apenas se distraigan.


Maravillosa semblanza del gran grupo australiano, uno de mis preferidos en materia de rock fuerte y pesado. Y un inolvidable momento de risas y carcajadas, sin pagar un peso, amenizadas con el delicioso aire acondicionado del videoclub y una golosina que compré antes de entrar.


Pero no todo finaliza aquí; no, damas y caballeros. El traductor de la productora siguió con sus éxitos literarios (el público lo vitoreaba) y nos regaló los bellísimos párrafos de literatura rioplatense que transcribo a continuación:


ABRE CITA

Guns & Roses – 2 classic albums under review – Use Your Illusion I and II

Publicado simultáneamente en septiembre de 1991, la firmeza de la constitución de estos álbumes "Use Your Illusion" doble serie hizo historia antes de que la mayoría de sus fans escucharan una nota, nunca antes (y desde nunca) hubo cualquier grupo o artista que haya ocupado las vallas en las posiciones 1 y 2 en la misma semana. Pero estos Guns N Roses que hemos discutido, una banda que nunca hace cosas a medias.

Este DVD es un documental sobre dichos álbumes, la gente que los realizó, el proceso de hacerlos, las giras que los rodearon y, lo más importante, la pavorosa música que contiene.

CIERRA CITA


"La firmeza de la constitución de estos álbumes". Ajá. Sí, claro, tan grandotes y robustos como el mismísimo Schwarzenegger. Dejemos de lado lo de "doble serie" por ser jerga (puede perdonarse), pero lo que sigue, "... nunca antes (y desde nunca) hubo cualquier grupo o artista...". ¿Quién escribió esto, vuelvo a preguntar? A esta altura, el cadete Carlitos (sí, el de la productora; el que hizo la traducción) había desayunado con semillón picado. Y claro, el semillón picado, como todos bien sabemos, nos marea. Me encantó la maravillosa contradicción de "desde nunca". Es una joyita.


También dejemos de lado lo de "... las vallas en las posiciones 1 y 2 en la misma semana", porque ya pasa de críptico. Sabemos que el cadete estaba borracho, y, a partir de ese hecho, casi todo puede perdonársele. Pero la última frase de ese párrafo también es para el concurso de traductores afectados de imbecilismo: "Pero estos Guns N Roses que hemos discutido, una banda que nunca hace cosas a medias". No hay verbo principal y la oración es un risueño callejón sin salida donde tanto traductor como lector se golpean la frente contra la pared que indica que el callejón no tiene salida. Y sí, muchachos, "discutido", traducción totalmente aficionada de "discuss".


Último párrafo y compro ya mismo este bello compacto: "la gente que los realizó, el proceso de hacerlos". Ay, qué lindo; frases que yo misma ponía en la composición tema "La vaca" cuando estaba en segundo grado de la escuela primaria. "Las giras que los rodearon": ajá: ¿a los álbumes, a la gente que los realizó, al proceso de hacerlos? Misterio insoluble. Y de nuevo, la frutilla del postre: "la pavorosa música que contiene". Risas y aplauso cerrado. Nuestro traductor de turno (insisto: fue el cadete Carlitos, de la productora), una vez más, no nos decepcionó: realizó su tarea tan mal como le fue posible.


¿Seguimos la recorrida por los estantes? Si se marearon o les entraron las náuseas, bájense ya de este vertiginoso recorrido por las malas traducciones y los textos peor escritos. Este viaje no es para pusilánimes ni para débiles de espíritu.


Tomo la caja del compacto de Madonna. Madonna, yo te admiro, pero mirá lo que dijo de vos el cadete Carlitos, sí, el de la productora, pertrechado con su mini diccionario para turistas y con su ignorancia absoluta del castellano (su lengua madre, entre paréntesis):


ABRE CITA

Performance – Madonna – Review

Hace 25 años desde que por primera vez Madonna llamo la atención del mundo, y desde entonces casi nunca ha estado fuera de los charts, fuera de los papeles e incluso acercándose a caer fuera de los radares del publico. Y como su larga vida y calidad de trabajo provee a Madonna de un respeto que pocos artistas logran, aun en una era cuando el promedio de celebridades de primera clase es nulo, ella continúa brillantemente, destellando e impresionando a todos y cada uno.

CIERRA CITA


No hablemos de los acentos que faltan, en este párrafo ni en las semblanzas analizadas en párrafos anteriores. Pero ésta es una frase que ni don Umberto Eco, haciendo un ejercicio de escritura por el absurdo, podría haber forjado: "... casi nunca ha estado fuera de los charts, fuera de los papeles (?) e incluso acercándose a caer fuera de los radares del público". No, me muero de la risa. A esta altura me pregunto cuál habrá sido la frase en inglés que dio lugar a semejante engendro. Lo de "radares del público" lo puedo tomar hasta metafóricamente, pero lo de "acercándose a caer fuera" merece un aplauso (y, por qué no, medalla y beso).


¡Bowie, a vos también te quiero, papá, sobre todo porque grabaste "Under Pressure" con los Queen, mi banda amada! Pero también caíste en la volteada, Duque Blanco. ¡Se dice de mí...!


ABRE CITA

David Bowie – Under Review 1976-1979: The Berlin Trilogy

Con "Low", "Heroes" and "Lodger", Bowie dejo pasar de persona a persona como el había previamente hecho, colocando su propio sello.

Comenzó a mezclar la música que estaba escuchando en su tierra natal (Krautrock, Kraftwerk) con estimulo y casi siempre con metodologías usadas por su amigo y colega Brian Eno.

CIERRA CITA


"Bowie dejo pasar de persona a persona como el había previamente hecho". Carcajada reprimida en el medio del videoclub, pero carcajada al fin. El cadete Carlitos se comió las comas, los acentos, la coherencia y hasta la cordura. Y claro: tanto semillón picado con el estómago vacío, a la hora del desayuno, no sólo se le subió a la cabeza; le comió unas cuantas neuronas.


¿Hay alguna moraleja que podamos extraer de estos, insisto, bellos párrafos de la prosa rioplatense? Sí: "Señor cliente: las traducciones bien hechas sólo deben ser realizadas por traductores profesionales, universitarios y bien graduados, y no por aficionados. NO INTENTE HACER TRADUCCIONES USTED SOLO, EN SU CASA. Como ve, es muy peligroso".

Sobrar paño

Ésta es una expresión que yo se la oí decir a un jefe que yo tuve hace mucho tiempo, en mi vida anterior (antes de reencarnar como traductora), cuando era secretaria.

Ese jefe le decía a una persona que si el edificio (donde vivía esa persona) estaba compuesto por pocos departamentos, no hacía falta tener un portero permanente; con una persona que fuera a limpiar los palieres y la entrada tres veces por semana "sobraba paño". Es decir, que "bastaba y sobraba" ese servicio prestado tres veces por semana, en detrimento del servicio permanente de un portero.

Yo nunca había oído esa expresión y me gustó de inmediato. Y la hago figurar aquí porque no la encontré ni en el María Moliner ni en el DRAE.

Poner paños fríos

Otra expresión que no figura ni en el DRAE ni en el MM. ¿Qué significa "poner paños fríos" a una situación? En primer lugar, aclaremos que la situación tiene que estar caldeada, calentita: una discusión, una desinteligencia, una discrepancia por las cuales se haya discutido fuerte y las partes estén enemistadas o a punto de estarlo. Entonces, si una de ellas decide "bajar los decibeles" de la discrepancia, o un tercero decide interceder para que se recomponga la relación entre ambas partes, se dice que ese tercero o esa parte que cede "pone paños fríos".

domingo, 20 de junio de 2010

Rotisería

Palabra no registrada en el Diccionario de la Real Academia Española, pero sí en el siempre más benévolo y acogedor María Moliner. Allí se define la palabra "rotisería" de la siguiente manera:

(del it. rosticceria) f. Chi., R. Pl. Establecimiento en que se venden especialmente fiambres y comidas preparadas.

Lo que sí registra el DRAE es la palabra "rosticería" como un sustantivo femenino, de uso en México y Nicaragua, cuyo significado es "establecimiento donde se venden y asan pollos".

Fantásticas definiciones ambas, sobre todo la segunda, porque me resulta inolvidable el aroma a pollito asado en esos hornos especiales, a la vista del público (estoy hablando de lo que sucedía en Buenos Aires), donde los pollos, doraditos y jugosos, giraban ensartados en una especie de espadas horizontales.

Estos hornos/asadores tenían las rotiserías del Buenos Aires de los años setenta, cuando yo era chica.

Pero no sólo se vendían pollos, como bien dice la definición del DRAE. Me gustaría ahora tomar la definición del Moliner para agregar qué otras comidas o productos riquísimos podía uno comprar en las rotiserías de los años setenta: ensalada rusa; aceitunas verdes y negras, con carozo, descarozadas o rellenas con ají; sopa inglesa; postre Balcarce casero; tortilla de papas; tortilla de acelga; croquetas de papa con relleno de queso; matambre relleno casero; además de los pollos, cerdo asado; y por supuesto, si uno iba de visita a algún lugar importante, podía comprar allí mismo las botellitas de vino fino San Felipe, que eran una paquetería total.

Había una rotisería muy piola en la Gran Galería Devoto, de Villa Devoto; sí, la galería que todavía existe pese al embate de los shoppings, con una entrada por la calle Asunción y la otra por Nueva York. Ahí, cuando yo era chica, mis viejos compraron comidas memorables.

Hace mucho rato que esa rotisería no está más.

Tips para mejorar el listening en inglés

¿Les puedo sugerir, a quienes gusten tomarlas, algunas técnicas para mejorar la capacidad de escuchar en inglés?

1) Comiencen con cintas de audio o de video adecuados a su nivel de inglés. No pretendan escuchar y entender la CNN o una película cuando tienen un nivel elemental de inglés.

2) Vayan avanzando de a poco; de lo contrario, la frustración hará de vosotros presa fácil. Si comenzaron con cintas de audio de libros de texto, sigan en orden progresivo de niveles, del mismo libro o de otro.

3) Escuchen una misma grabación muchas, pero muchas veces; no importa que se aburran; y si se saben el texto de memoria, ¡mucho mejor! Es el primer e importantísimo paso para retener frases y palabras, y poder reconocerlas, después, en otras grabaciones o material de audio.

4) No tengan timidez de valerse de las transcripciones que, normalmente, acompañan a estas grabaciones, y que suelen estar en el “teacher’s book”. Pero, claro, primero intenten escuchar la cinta y entenderla sin estar leyendo al mismo tiempo la desgrabación, y sin haberla leído antes.

5) Con respecto a lo anterior, las revistas tipo “Speak Up” o similares son muy buenas para ablandar los oídos medio duros. Suelen traer notas interesantes, las grabaciones son de un nivel aceptable a muy bueno, y a veces están muy baratas en algunas librerías de la avenida Corrientes.

6) Si ya lograron un cierto nivel y quieren aventurarse con la CNN o la BBC, les sugiero que no se “tiren” de lleno a escuchar, porque hablan rapidísimo y se van a sentir frustrados por no entender. Graben, con un cassette de video (ay, qué antigüedad), unos 15 minutos de algún noticiero o programa que les interese, y escuchen una y otra vez esos 15 minutos, como si fuera una cinta más de audio de un libro cualquiera de texto. Cuando sientan que lo entendieron, vuelvan a grabar otros 15 ó 20 minutos y repitan el proceso. Recién cuando se sientan seguros aventúrense a escuchar el noticiero completo. Y un detalle: si notan que el movimiento de los labios los distrae, escuchen solamente, desviando la mirada (parece una tontería, pero evitar la imagen potencia la “apertura” de las orejitas).

7) Creo que el último paso debería ser escuchar películas y canciones. Respecto de las películas: sigan los mismos pasos que en el punto anterior: escuchen de a tramos y, por favor, TAPEN, SIN EXCEPCIÓN, LOS SUBTÍTULOS. Se van a tentar, y los van a mirar, y así no vale. Elijan películas fáciles para comenzar: decídanse por un Tom Hanks y un Denzel Washington en “Filadelfia” (sobre todo, a los que, como a mí, les gusten las películas de juicios), pero eviten al Tom Hanks de “Salvando al soldado Ryan” porque, en medio de la batalla, habla a los gritos y no se entiende nada. También Anthony Hopkins es un regalo para los oídos, por ejemplo en “Lo que queda del día” y, por qué no, en la saga de Hannibal Lecter. Creo que, en una primera etapa, la clave está en elegir películas donde se hable un inglés estándar, en situaciones pausadas, donde los actores no se “pisen” entre ellos (como en las películas de Woody Allen). Eviten, para empezar, comedias donde los diálogos se sucedan muy rápido, o donde haya grupos étnicos muy radicalizados (que hablan muy entrecortado y, a veces, recurren a un argot incomprensible, como los raperos), o películas en cuyos diálogos se empleen vocabularios muy especializados: droga, apuestas, energía nuclear, aviones, etc.

Lo mismo vale para las canciones: no pretendan entender “Smoke on the Water” de entrada, con el ruido de una banda de rock completa. Comiencen con las baladas, con los temas lentos, y, ahí, sí, ayúdense con la letra, porque los instrumentos distraen y mucho.

El mito de las “clases divertidas”

Más de una vez me preguntaron si yo daba clases “divertidas”. En general, quienes lo preguntan son personas, de toda edad, que no tienen muchas ganas de aprender inglés pero que necesitan hacerlo por alguna cuestión apremiante: se lo exigen en el trabajo, tienen que levantar notas en la secundaria, lo necesitan como materia suplementaria en la facultad, tienen que viajar, etc., y, paralelamente, carecen de motivación. Ambas características, situación apremiante y carencia de motivación, suelen ser un cóctel fatal que deriva en la exigencia de que la clase sea “divertida”, lo cual tiende a “tapar” la falta de ganas de sentarse y estudiar.

Vamos a poner las cosas en su lugar: esto de las clases “divertidas” es un argumento al que echan mano muchos profesores e institutos para atraer clientes. Es decir, es marketing puro, y de educación, cero. La motivación del alumno es fundamental; es igual que intentar “llevar” a alguien a terapia. Si esa persona no siente la necesidad de ser ayudada, de poco valdrá la imposición.

Respecto del material, hay varias cosas para decir: quien haya visto algún texto de inglés de los años sesenta o setenta, se dará cuenta de que, en efecto, el abordaje es muy acartonado y parecen enseñar un inglés divorciado de las situaciones cotidianas en que puede utilizarse el idioma; además, las pocas ilustraciones que contenían no ayudan a que el alumno se acerque al texto con un mínimo de simpatía.

Los libros actuales representan un gran avance al respecto: agregaron fotos a todo color, ilustraciones lindas, fragmentos (a veces, adaptados) de notas periodísticas, crucigramas y acertijos. Es decir, hicieron de la experiencia de aprender inglés algo ameno, que es muy distinto a que sea “divertido”. Porque el concepto de “divertido” que tienen algunos alumnos parece implicar que el profesor deba ser una mezcla de Jerry Lewis con Georgina Barbarrosa, y hasta deba tener cualidades histriónicas y de comediante para complacer al alumno que está allí, sentado en el aula, en contra de su voluntad.

También fue interesante el avance que significó reforzar la enseñanza del inglés con textos reales, es decir, periódicos y revistas. Esto también hace a que la enseñanza y el aprendizaje sean amenos, ya que nos da la impresión constante de que, fuera de esos artículos que nos trae el profesor, vamos a poder abordar casi cualquier otra revista o periódico (dentro del nivel de cada uno, claro está). Los libros “viejos” nos limitaban a las lecturas que en ellos se encontraban, y uno sentía miedo de abordar un texto “real” porque nos daban la impresión de aprender un inglés circunscripto a un vocabulario reducido.

El aprendizaje de inglés a través de canciones

Ésta es otra cuestión urticante, y se deriva de los dos artículos anteriores. Esos alumnos que reclaman “aprender inglés con canciones” y que, además, argumentan que “van a aprender mejor con una canción, porque son divertidas” suelen ser alumnos de los niveles elemental e intermedio con poca motivación para hacer lo que hay que hacer, fatalmente, en esas etapas: sentarse y estudiar, y limitarse a escuchar las cintas con las que viene el libro de texto.

Como dije en el primer artículo, es altamente contraproducente sumergir al alumno en un material de nivel superior a aquel en que se encuentra, porque rápidamente sobreviene la frustración; y las canciones son, claramente, un material avanzado. Pero, claro, tentados por una forma “fácil”, una vía “rápida” para aprender inglés, ciertos alumnos reclaman este método, con resultados desastrosos: ni aprendieron inglés, ni entendieron la canción, y se aburrieron de escuchar sesenta mil veces la misma canción en su intento por entender, apenas, la primera frase.

Para finalizar estos tres artículos, entonces, una breve conclusión: cada etapa, cada material, tiene que darse a su tiempo. Hace falta tenerse mucha paciencia para aprender inglés, no porque sea un idioma difícil sino porque debemos replicar un proceso que fue natural en nuestra niñez (el de aprender nuestro idioma materno) cuando somos ya más grandes y tenemos inhibiciones para pronunciar, nos falta tiempo para sentarnos a estudiar y, a veces, ni siquiera nos alcanzan las ganas. Pero les aseguro que este proceso rinde muy buenos frutos; es un proceso, por momentos, de resultados imperceptibles; pero si nos situamos en, por ejemplo, noviembre de un cierto año y nos comparamos con cuánto inglés sabíamos en marzo de ese mismo año, veremos que la diferencia es alentadora y que vale la pena seguir adelante.

Las contradicciones del castellano neutro

Dando por sentado que todos los que leemos este artículo sabemos qué es el castellano neutro (su naturaleza se analizará en algún otro artículo de este blog), me dispongo a enunciar aquí algunas de las contradicciones que su uso provoca.

Una de "La Niñera"

Por ejemplo, en el capítulo de La Niñera ("The Nanny", sitcom protagonizada por Fran Drescher) en que ella convence al Sr. Sheffield de dejar ir a Maggie (la adolescente y muy bonita hija mayor del Sr. Sheffield) a un kibutz, la Srta. Fine (Fran Drescher) rememora por qué le había gustado tanto a ella misma ir a trabajar a un kibutz en sus años adolescentes.

En voz alta, delante de su madre, recuerda que en ese kibutz perdió... ¿qué cosa? La virginidad. Pero no llega a decirlo; la mirada severa de su mamá se lo impide. Y reemplaza la palabra "virginidad" por "cachucha". La frase textual es: "Perdí mi cachucha".

Ahora bien: en el original ella dice "cap"; es decir, su gorrita. En la traducción de este capítulo, en lugar de traducir "cap" como "gorrita" (o "visera"), lo tradujeron como "cachucha". En el Río de la Plata (este blog lo escribe una porteña, aclaro), "cachucha" quiere decir "vagina", la vulva de la mujer. Es decir, no sólo no se echó mano de una traducción neutra, sino que se logró el mismo efecto que se quería evitar: nombrar la pérdida de la virginidad (que el autor del libreto quería "dejar en sombras") a través de la palabra "cachucha".

Una de los canales de cocina

Los canales de cable argentinos que emiten programas de cocina suelen brindar los equivalentes castellano rioplatense – castellano del resto de Latinoamérica de los nombres de ingredientes que se emplean localmente. El problema que, a mi entender, se plantea a veces es que tanto celo por brindar esos equivalentes pueda provocar una confusión.

Cuando un cocinero (o cocinera) dice: "Esta torta lleva 200 g de manteca o mantequilla", en realidad está diciendo: "el producto 'manteca' —denominación rioplatense— es el equivalente del producto 'mantequilla', que es una denominación vigente en el resto de Latinoamérica". Sin embargo, una escucha distraída podría decodificar: "Esta torta lleva 200 g de manteca o de mantequilla, lo que usted prefiera".

Pero lo más chistoso fue cierto programa de Utilísima, que ya no se emite, en el que a la producción, a la conductora y a los reposteros que allí se desempeñaban les había dado el "ataque de castellano neutro". De pronto, y coaches de castellano neutro mediante, las recetas eran una verdadera catarata de denominaciones latinoamericanas: el dulce de leche ya no era dulce de leche, sino "dulce de cajeta" (con la connotación vulgar y sexual que tiene la palabra "cajeta" en el Río de la Plata) o "manjar blanco" (¡cuando en Buenos Aires el dulce de leche es marrón!); la crema ya no era crema: era nata; el azúcar impalpable había dejado de ser azúcar impalpable y había pasado a ser "azúcar glass" (fantástico: si el castellano neutro va a tener palabras en inglés, estamos como queremos); la manteca, por supuestísimo, había dejado de ser manteca para ser mantequilla; las bananas dejaron de ser bananas para pasar a ser plátanos; la heladera pasó a ser el refrigerador...

En fin, una seguidilla interminable de términos neutros con los cuales, para mi gusto, yo dejaba de sentir cuál era la identidad del programa: por el acento de los participantes, me daba cuenta de que era argentino, pero esa pretensión de uniformidad de las denominaciones de productos (que no es tal, es una mentira, porque no hay una denominación que empleemos todos en América Latina) me hacía sentir perdida en algún paraje de América Latina. Es decir —e insisto, para mi gusto—, un sancocho.

Otra de castellano neutro del mismo canal Utilísima: en otro programa de pastelería dijeron: "En México, a las medialunas (denominación argentina) se las llama 'cuernitos'". Ajá. En Buenos Aires, los cuernitos son otra cosa: son también un producto panificado pero salado o de sabor neutro, hecho de una masa muy distinta de las medialunas. Además, los cuernitos porteños no tienen la forma de las medialunas.

El castellano neutro me da mucha risa

¿A dónde quiero llegar con este ejemplo, y también con el de "cachucha"? Que en numerosas ocasiones una palabra "A" que designa una cosa "A" en México o en algún otro país latinoamericano designa una cosa "B" en la Argentina, y si no en la totalidad de la Argentina, por lo menos en Buenos Aires. El castellano neutro, muchachos, es un imposible. Está lleno de este tipo de contradicciones.

Por otra parte, personalmente me encanta tomar contacto con otras culturas, otros acentos y otras variantes del castellano; pero el castellano neutro está privado de todo eso. No es un acento ni claramente mexicano, ni venezolano, ni caribeño, ni colombiano, ni peruano, ni argentino, ni de ningún otro país latinoamericano. La elección de las palabras es totalmente arbitraria. El castellano neutro impide algo muy lindo: identificar de dónde vienen ese acento y esas palabras que escuchamos, por ejemplo, en un documental o en un programa de cocina. En inglés sucede todo lo contrario: la nacionalidad de los textos, de los acentos y de los conductores o participantes de los programas pueden identificarse fácil y perfectamente. En el mundo anglosajón nadie oculta nada. Todos están orgullosos de mostrar su acento y "cómo dicen lo que dicen" (por ejemplo, decir "antenna" y no "aerial"), y me da la impresión de que un inglés entiende perfectamente a un estadounidense y viceversa.

Además, me interesa decir esto: es cierto que me gusta el contacto con otras culturas, como dije en el párrafo anterior. Pero también es cierto que en las grandes cadenas televisivas y en ciertos libros me gustaría encontrarme como porteña y como argentina. El castellano neutro prácticamente descarta todo lo que sea rioplatense, cuando, en realidad, hay, por una cuestión numérica, un importante consumo de libros y de programas televisivos en Buenos Aires. Me gusta escuchar y disfrutar del acento venezolano, chileno, portorriqueño o mexicano; pero luego tengo muchas ganas de volver a escuchar el castellano porteño con el que crecí y con el que vivo.

¿Si creo que hay alguna posibilidad de que haya una marcha atrás con el castellano neutro? No, y tampoco quiero que la haya. Si no, muchachos, ¿de qué nos vamos a reír en este blog?

El pronombre "se", missing in action

Desde hace rato, el pronombre "se" dejó de ser compañía obligada de los verbos reflexivos o de los verbos pronominales.

De pronto, todo el mundo "entrena". No, no "entrena a otra persona"; "entrenar" es la nueva forma de decir "se entrena". Ahora, la "nueva moda" es decir "ella/él entrena en el gimnasio equis".

Por supuesto, lo mismo pasa con los pronombres "me" y "te", por derivación del fenómeno mencionado: "yo entreno en tal lado", "vos entrenás en tal lado".

Esta cuestión no es sólo patrimonio del deporte o del buen estado físico. También en el ámbito culinario desapareció el "se". Ahora, las tortas "cocinan en 45 minutos". Dejaron de hacer como antes, que se cocinaban.

Es que las tortas de antes eran obedientes y respetuosas de los verbos pronominales, esos que indican el paso de un estado a otro (crudo a cocido, en este caso).

Las milanesas, hoy en día, "doran", cuando antes se doraban. En base al mismo criterio, el hielo "derrite" (dejó de derretirse), la manteca "ablanda" y así con varios otros procesos físicos/químicos que se producen en la cocina.

En el caso de "entrenar" y "entrenarse", en más de una ocasión me quedó la intriga: la persona que dice "yo entreno" ¿se entrena a sí misma o entrena a otra? Si esta "nueva forma de hablar" genera confusión, vamos por mal camino.

En el caso de los procesos culinarios, no me queda ninguna duda: todos deberían llevar "se".

"Evolución del idioma", argumentarán algunos. Muchachos, si por "evolución del idioma" estamos convalidando el no abrir los libros y no estudiar las formas que ya rigen nuestro idioma (consagradas por el uso anterior que le dieron generaciones pasadas a la lengua), no coincido. Para mí, es involución del idioma.

sábado, 19 de junio de 2010

Amo las oraciones subordinadas

Por eso aborrezco verlas mal redactadas. He aquí un ejemplete de una burrada que encontré en la revista del cable:

"Un padre al que asesinaron a su hijo se interna en el mundo militar para descubrir la verdad de lo sucedido".

Ajá. "Un padre al que asesinaron a su hijo". Pregunto yo una cosa: el pronombre "cuyo" ¿ya no existe? ¿No se estudia más en la secundaria o en la primaria?

Esta oración, para mi gusto, es un sancocho. Es mucho más elegante decir:

"Un padre cuyo hijo fue asesinado se interna en el mundo militar, bla, bla, bla". Es más: también es más corta, factor fundamental en el mundo del material impreso.

¿Costará mucho que esta revista de televisión por cable contrate a alguien que sepa escribir bien? Ojalá algún día el responsable de que se publiquen estos mamarrachos conteste la pregunta.

El pasaje a subtitulado de un texto concebido para doblaje

A continuación voy a mostrar en paralelo el formato de textos idénticos, pero cuya única diferencia es el destino que se le da en pantalla (es decir, subtitulado o doblaje, en la voz de locutores o de actores doblajistas), y de allí explicaré las modificaciones que hay que realizar para pasar de un formato a otro. Esta explicación también vale para quienes hacen subtitulado directamente (es decir, no hacen una versión para doblaje), ya que explicaré también algunas cuestiones útiles para hacer subtitulados más eficaces.

El texto que vamos a tratar es el de un video institucional de una empresa especializada en la fabricación y venta de productos para belleza (concretamente, baño de espuma).

A continuación, se ve lo que es un "bloque" de locución.

DUB[0 N 01:00:35:28>01:00:42:20] Locutora
El agua: la bebemos, la utilizamos para limpiar el cuerpo. ¿Podemos usarla en algo más? Sí.

La codificación "DUB" indica que el texto es para doblaje. A continuación, se presentan una serie de números: esos números son el reflejo de "time code" (contador) que tiene grabado el video, normalmente en la parte superior de la pantalla. El grupo de cuatro cifras que está antes del signo ">" es el time code de entrada (es decir, allí comienza a hablar el locutor o el actor doblajista), y el segundo grupo de cuatro cifras indica el momento en que el locutor/actor doblajista debe terminar su parlamento. Es decir, es el time code de salida.

Para que el locutor/actor doblajista pueda realizar su labor, habla desde una cabina insonorizada, dentro de la cual hay un televisor. En ese televisor se proyecta el video. En la parte inferior de la pantalla del televisor aparece el texto que deberá locutar (es decir, lo que está debajo del conjunto formado por el código "DUB" más los time code de entrada y salida y el nombre del personaje [que, en el caso que estamos usando como ejemplo es "Locutora"]). El locutor va leyéndolo y se da cuenta de cómo debe dosificar el tiempo porque en pantalla aparece un cursor que va recorriendo el texto que deberá locutar. Ese cursor le permite, en forma aproximada, saber a qué velocidad debe hablar.

Tomemos los dos primeros bloques a manera de ejemplo. Estos bloques de locución dicen lo siguiente:

DUB[0 N 01:00:35:28>01:00:42:20] Locutora
El agua: la bebemos, la utilizamos para limpiar el cuerpo. ¿Podemos usarla en algo más? Sí.

DUB[0 N 01:00:43:06>01:00:47:27] Locutora
Con ella se puede crear un inolvidable refugio romántico en el cuarto de baño.

En este artículo no voy a analizar estos textos en castellano con referencia al original, que estaba en idioma inglés. Es decir, este no es un artículo que vaya a centrarse en los méritos y deméritos de la traducción, sino en el pasaje de un procedimiento a otro.

A continuación, entonces, se encuentra el mismo texto, pero dispuesto y acondicionado para subtitulado:

SUB[0 I 01:00:35:23>01:00:39:00]
El agua: la bebemos,
la utilizamos para lavarnos...

SUB[0 I 01:00:39:22>01:00:42:17]
¿Podemos usarla en algo más? Sí.

SUB[0 I 01:00:43:06>01:00:44:13]
Con ella se puede crear...

SUB[0 I 01:00:44:18>01:00:47:24]
un inolvidable refugio romántico
en el cuarto de baño.

Como puede verse, en primer lugar, de dos bloques de locución (cuyo único límite es que sólo debe durar un máximo de 30 segundos, no más), saco más bloques de subtitulado. En este caso, fueron cuatro; podrían haber sido más, en otro caso, o podrían haber sido menos.

En segundo lugar, los cambios que se aprecian son los siguientes:
1) cada bloque se inicia con el código "SUB";
2) no hay mención de personaje, puesto que se trata de subtítulos que aparecerán sobre la imagen que aparezca en la pantalla;
3) la letra aparece en cursiva, puesto que se trata de una locución "en off" (es decir, quien locuta no está visible al espectador).


Corte de los bloques

Respecto de la técnica de "corte" del texto para disponerlo en pantalla, hay que respetar ciertas pautas gramaticales que facilitan la lectura del espectador. En principio, corresponde decir que el programa de subtitulado con el que yo trabajo permite por cada subtitulado que salga en pantalla un máximo de dos renglones y de 33 caracteres (incluidos los espacios y los signos de puntuación) por renglón. Hay programas que permiten (dentro de los que yo conozco) 36 ó 38 caracteres y hasta tres líneas; pero se trata de letras muy chicas, que en una pantalla de televisor son enojosas de leer. Lo de las tres líneas es un despropósito, puesto que lo que menos queremos los espectadores es encontrar un "testamento" sobre la pantalla.

Seguimos con las pautas gramaticales: dada una oración que deba disponerse en un subtitulado, tengo que cortarla en base a la siguiente pauta: las preposiciones, los artículos y las conjunciones subordinantes tienen que quedar unidas a aquello que encabezan; para ser más clara, un ejemplo:

SUB[0 I 01:00:44:18>01:00:47:24]
un inolvidable refugio romántico
en el cuarto de baño.

Si bien la frase "un inolvidable refugio romántico" tiene 33 caracteres, supongamos que hubiera tenido menos; no puedo hacer una partición del siguiente tipo:

un inolvidable refugio romántico en
el cuarto de baño

Este tipo de partición, donde en la primera frase se "cuela" un elemento de la segunda, hace que la lectura sea engorrosa. Conviene siempre que en cada línea del subtitulado pueda leerse una idea concreta, para que el espectador/lector pueda, con un veloz "barrido" visual (que suele ser desde el centro a izquierda y a derecha), abarcar dichas ideas e ir siguiendo el video o la película con la mayor comodidad posible (dentro de la incomodidad que supone leer "el cartelito" para entender de qué va la cosa).

Para llevar a cabo este cometido, no está nada mal saber un poco de análisis sintáctico, puesto que cada parte de la oración tal como la concibe el análisis sintáctico encierra una idea: el núcleo del sujeto más sus modificadores, el modificador indirecto del núcleo del sujeto, el verbo principal de la oración, el objeto directo, el objeto indirecto, los circunstanciales, los diversos tipos de predicativo y las proposiciones subordinadas. El tener una conciencia clara de estos elementos de la oración nos ayuda a hacer "cortes" particiones más lógicas del texto y también nos ayuda a saber –junto con la comprensión del texto como tal– qué elementos nos conviene eliminar y cuáles no.

Veamos otro ejemplo de pasaje de un bloque de locución para doblaje a varios bloques de subtitulado, para ejemplificar esta pauta de "hacer que cada bloque de subtitulado encierre (en la medida de lo posible) una idea".

El texto de locución para doblaje es el siguiente:

DUB[0 N 01:00:59:13>01:01:14:13] Locutora
El ruido de agua que corre nos pone en clima para la seducción. Esto es lo que Kristine y Kaleo están por descubrir: que el agua puede utilizarse como tónico y como elemento sorpresa para una prolongada noche de romance, sin necesidad siquiera de salir de casa.

Se lo cortó de la siguiente forma para subtitulado:

SUB[0 I 01:00:59:14>01:01:00:24]
El ruido de agua que corre...

Es decir, hasta aquí tenemos el sujeto de la oración.

SUB[0 I 01:01:01:02>01:01:02:24]
nos pone en clima
para la seducción.

Aquí tenemos el predicado. Es decir, en dos bloques resolvimos una oración.

SUB[0 I 01:01:03:09>01:01:05:21]
Esto es lo que Kristine y Kaleo
están por descubrir:

En este bloque tenemos otra oración, que termina en un signo de dos puntos, puesto que le sigue una subordinada en aposición de "Esto":

SUB[0 I 01:01:06:06>01:01:07:17]
que el agua puede utilizarse
como tónico...

SUB[0 I 01:01:07:22>01:01:09:07]
y como elemento sorpresa...

Dentro de esta subordinada tengo dos coordinadas (las dos partes de la proposición subordinada, unidas por la conjunción "y"); cada coordinada es una idea que, por su respectiva extensión, tengo que disponer en dos bloques distintos de subtitulado. Si fueran más breves, naturalmente se disponen en un solo bloque de subtitulado.

SUB[0 I 01:01:09:13>01:01:11:21]
para una prolongada
noche de romance,

Aquí hay otra idea, un circunstancial de propósito.

SUB[0 I 01:01:12:00>01:01:14:13]
sin necesidad siquiera
de salir de casa.

Y finalizo con otra idea, un circunstancial de negación.

Aclaro otra cosa: es preciso que cada bloque de subtitulado finalice con algún signo de puntuación. Por supuesto, esta pauta difiere según la productora, pero conviene aclararlo porque, como dije antes, la cantidad máxima de caracteres por línea incluye los espacios que hay entre palabras y los signos de puntuación. Al decir "que cada bloque de subtitulado finalice con algún signo de puntuación" quiero decir que si el bloque tiene un solo renglón, ese renglón debe terminar con alguno de los siguientes signos de puntuación: punto, coma, puntos suspensivos, punto y coma, dos puntos, signo de interrogación de cierre o signo de exclamación de cierre. Si el bloque de subtitulado tiene dos renglones, entonces lo que va a terminar con signo de puntuación de los mencionados es el segundo renglón.

Agrego otro ejemplo, pero esta vez de un error gramatical que está haciéndose cada vez más frecuente: la omisión de la subordinada.

Es habitual oír que el locutor dice (tomo el ejemplo siguiente, pero los casos de este mismo tipo son muchísimos): "Les mostraré todos los productos detrás de mí" o "... todos los productos detrás mío". Eso está mal: esa subordinada, "que están detrás de mí" no se puede omitir en castellano, si bien sí puede omitirse en inglés.

Sí, ya sé, yo misma lo dije acá o en algún otro artículo: a veces "el espacio es tirano". Está bien, pero en la medida que podamos, usemos un castellano bueno, no uno medio estropeado. Respetemos el buen uso del castellano tanto como los ingleses y norteamericanos respetan y quieren a su idioma.

El ejemplo completo era éste: en la versión original en inglés se decía:

"Sex is about teasing and anticipation, and I'm going to show you all about that tonight with all of these products behind me".

La versión castellana que hice fue la siguiente:

DUB[0 N 01:01:06:07>01:01:11:21] Tori
El sexo se nutre de la provocación y del deseo. Les mostraré todos los productos que ven detrás de mí.

Como ven, la convierto en dos oraciones porque hay dos ideas que, si bien están relacionadas, importan dos conceptos distintos. También omito los datos no conducentes: "tonight" no me sirve para nada. La locutora lo dice porque alude a "el programa de esta noche", pero al efecto de la traducción es totalmente superfluo; también el "all about that" (en referencia a que el sexo es provocación y deseo) porque ya quedaba claro del resto del institucional que los productos son para darse un baño de burbujas, y que este baño tiene que ver con la sensualidad y qué se yo qué más.


Adecuación del texto destinado a locución a los bloques de subtitulado

Los bloques destinados a la locución de un doblaje suelen tener en castellano menos palabras que en inglés, debido a la gran extensión comparativa que tienen ciertas palabras en aquel idioma comparado con éste. Lo que conviene hacer al escuchar el texto del locutor o del testimonio en inglés es tomar la idea principal, tratar de eliminar los datos que francamente estén de más, no omitir aquello que sí sea fundamental y que sirva para "hacer avanzar" la película, el video, el documental o el material fílmico o de video de que se trate, y a partir de allí, lanzarse a la traducción, haciendo que las oraciones tengan la mayor coherencia y la claridad al oído del espectador.

Cuando se hace el pasaje de un bloque para locución de doblaje a bloques para subtitulado, es posible debamos omitir aún más información, ya que seguramente (en el peor de los casos) la cantidad de información que asignamos al locutor o actor doblajista para el bloque de locución para doblaje no va a entrar en pantalla dentro del lapso en que habla dicho locutor o actor doblajista. Tengamos en cuenta que un subtítulo de una línea no puede durar menos de un segundo en pantalla, y que un subtítulo de dos líneas no puede durar menos de un segundo y medio o dos segundos en pantalla. Entonces, si conservé la mayor parte de la información para un bloque de doblaje que dura diez segundos, en esos diez segundos voy a tener espacio sólo para hacer unos cinco bloques de subtitulado de no más de dos segundos cada uno (hay que tener en cuenta que entre un bloque de subtitulado y el siguiente es aconsejable que haya una distancia de al menos cinco cuadros). Si cada una de las líneas de cada bloque no puede tener más de 32 caracteres (en el sistema que yo uso), es seguro que deberé recortar aún más información respecto del original.

Un ejemplo de la información que se elimina y algunos por qués:

DUB[0 N 01:03:46:14>01:04:03:14] Kristine
Vertí un poco de aceite en el hornillo de aromaterapia y traje una serie de geles, lociones y talcos con fragancia porque deseaba que quedara impresionado cuando entrara y se sintiera en un mundo aparte.

SUB[0 N 01:03:46:18>01:03:49:19]
Vertí un poco de aceite
en el hornillo...

SUB[0 N 01:03:49:24>01:03:53:04]
y traje una serie de geles,

SUB[0 N 01:03:53:09>01:03:56:04]
lociones y talcos con aroma...

SUB[0 N 01:03:56:12>01:03:59:24]
porque deseaba
que quedara impresionado...

SUB[0 N 01:04:00:03>01:04:03:11]
cuando entrara, y se sintiera
en un mundo aparte.

En el ejemplo de los bloques de subtitulado, vemos que eliminé "de aromaterapia" porque se veía en la imagen y porque la palabra "hornillo" ya nos remite al recipiente pequeño con una vela debajo; además, en la locución se venía hablando de aromas y esencias, así que la palabra "hornillo" sola no va a resultar confusa ni oscura.

Reemplacé "fragancia" por "aroma" porque tenía que agregar los puntos suspensivos y con la palabra "fragancia" el bloque se me iba a dos líneas, y yo quería una sola, para lograr mayor brevedad en el texto y darle más claridad en el lector.


Recreación y ajuste del texto original a la traducción

Los angloparlantes suelen incurrir en el uso de abundantes muletillas y una buena cantidad de "discurso inconexo". Cuando traducimos un documental para doblaje (hay productoras que hacen el doblaje del narrador del documental, mientras que los testimonios van en subtitulado; otras, realizan el doblaje de todas las voces), lo que corresponde hacer es eliminar las muletillas, las risas y los llantos (entre otras expresiones emocionales), respetar las pausas y "normalizar" el discurso inconexo.

El ejemplo siguiente no está tomado de un documental, sino de un reality show. En este caso, sí se deben marcar las risas, los llantos, las carcajadas; es decir, toda expresión emocional que se realice con la boca. Quien habla es una señorita que acaba de salir de una sesión de fotos. Quiero mostrar con este párrafo algunos ajustes que realicé.

El texto original decía lo siguiente (desgrabado tal cual de quien emite el parlamento):

"The whole everything about it was fun, just from, you know, being nervous coming up here and seeing everyone who's out there and being in the photo shoot and being here too".

En este párrafo encontramos repeticiones ("being in the photo shoot and being here too"), muletillas ("you know"), expresiones ambiguas ("the whole everything about it") y el infaltable adjetivo "fun". Este adjetivo, por su parte, se repetía hasta el cansancio en todo el material. Por este motivo, me pareció bien "aliviarlo" un poco en este caso. Veamos cómo:

"Toda la experiencia fue muy amena, desde... estar nerviosa por venir aquí y ver a los fotógrafos y los asistentes hasta estar en la sesión de fotos y dejarme fotografiar".

En primer lugar, para precisar más el "the whole everything" busqué el sustantivo al que se refería ese "everything", y se me ocurrió que era la experiencia. Sucede que el inglés soporta mejor la abundancia de palabras imprecisas ("everything", "stuff", "thing", "this", "that"); pero oír una y otra vez en castellano "eso", "aquello", "cosa", "todo", "nada" cansa y aburre.

A continuación, y harta ya de que todas las señoritas fotografiadas dijeran que la experiencia había sido "fun", opté por variar un poco y utilizar el adjetivo "amena". Puse el "desde" en el lugar del "you know" porque iba bien con el sincro labial. Entonces, a continuación, "estar nerviosa" encajaba bien con "being nervous".

Sí conservé la repetición de la conjunción "y" en "venir aquí y ver a los fotógrafos y los asistentes" porque en este caso (insisto, no era un documental, sino un reality show en el que había que respetar el sincro labial) se trata de imitar el discurso natural de una señorita que dice lo que dice improvisando delante de una cámara de video. Me pareció que este recurso le daba frescura y espontaneidad a lo que decía.

Para finalizar, lo mismo que dije un par de párrafos atrás sobre las palabras y expresiones imprecisas del inglés se aplica al final del párrafo. La señorita termina diciendo, en inglés: "and being in the photo shoot and being here too". ¿Qué es ese "here"? Es la sesión de fotos; pero ella ya dijo "photo shoot"; es decir, reitera el mismo concepto. Si en inglés un personaje reitera un mismo concepto con distintas palabras, salvo que sea una persona con problemas mentales o psiquiátricos, conviene no trasladar esa repeticiones al castellano porque el castellano se las banca bien poco. Conviene buscar sinónimos o colocar ideas afines. En este caso, el "being here too" se reemplazó por "dejarme fotografiar", por una cuestión de lógica: estaba en la sesión de fotos y, naturalmente, se dejó fotografiar.

Si les interesa cómo fue el subtitulado, aquí lo tienen:

SUB[0 N 01:14:48:08>01:14:50:06]
Toda la experiencia
fue muy amena,

SUB[0 N 01:14:50:11>01:14:53:13]
desde estar nerviosa
por venir aquí...

SUB[0 N 01:14:53:19>01:14:56:24]
y ver a los fotógrafos
y los asistentes...

SUB[0 N 01:14:56:29>01:14:59:19]
hasta estar en la sesión
de fotos y dejarme fotografiar.


Aquí va otro ejemplo de simplificación del texto original. El personaje que habla dice lo siguiente:

"One of the good points, if there is, to say with Danny coming back is we have a little bit of fun as father and son once in a while".

En buen porteño diríamos que aquí hay mucho "chamuyo", mucho palabrerío. Aunque tuviéramos el tiempo disponible de permanencia del personaje en pantalla para poner toda esta frase, no nos conviene porque es una frase innecesariamente alargada. A mí me parece mejor que el televidente/lector tenga información clara y concisa.

Yo simplifiqué esta frase tan larga de la siguiente forma:

Lo bueno de...

que Danny vuelva es
divertirnos como padre e hijo.

A mi criterio, no hace falta más.

Clarito y castellano, el blog de Luisa Fernanda Lassaque. Traducción + Opinión + Buenas Ideas

Éste es mi blog, el blog de Luisa Fernanda Lassaque, y aquí voy a desgranar cuestiones varias (según un orden totalmente arbitrario establecido por mí y guiado por mi capricho) referidas al idioma castellano, al idioma inglés, a la profesión y la actividad del traductor, y a la profesión y la actividad del corrector gramatical y del corrector de estilo.

Lo digo de entrada: me cae muy bien la Real Academia Española, y como toda relación bilateral civilizada, a veces tengo mis discrepancias con ella. Pero el hecho es que me cae bien la RAE, me cae bien su diccionario, me cae bien su gramática y todas, todas las reglas que emite.

Entonces, esto también lo digo de entrada y lo resalto bien para que todo el mundo se anoticie:

ADVERTENCIA:
Si a vos, lector o lectora, no te gustan las reglas gramaticales, no te gusta la aparente (o a veces manifiesta) arbitrariedad de las preposiciones, si te parece que la Real Academia Española es autoritaria, por favor, NO LEAS ESTE BLOG NI LO VISITES. NO ES PARA VOS. PASÁ DE LARGO, LEÉ OTRA COSA y sobre todo NO PIERDAS TU TIEMPO ESCRIBIÉNDOME A MI CORREO ELECTRÓNICO PARA QUEJARTE.

HACEME ESE ENORME FAVOR.

Por supuesto, los que tengan elogios o críticas constructivas y bien fundadas son bienvenidos. Dicho esto, les doy la bienvenida a los que son de mi palo. Que disfruten de éste, mi blog.