sábado, 2 de noviembre de 2013

Confitería

En Buenos Aires, los porteños llamamos "confitería" a 1) aquel comercio donde se comercializan confituras; es decir, donde compro confituras para llevar a mi casa o alguna otra parte, y consumir allí; o a 2) aquel comercio donde también se venden confituras pero se pueden consumir en el lugar, sentados en sillas y arrimados a mesitas. En estos últimos lugares también se expenden bebidas tales como café, té, mate cocido, café con leche, mate cebado y, a veces, hasta gaseosas; todas estas bebidas acompañan las susodichas confituras.

En aproximadamente las últimas dos décadas se hizo cada vez más habitual el siguiente caso: confitería (o panadería) (*) del estilo del caso 1) anterior, que cuenta en su local de ventas con suficiente espacio, coloca una serie de las mencionadas mesitas y sillas, agrega a sus instalaciones una cafetera y organiza lo que definimos en el punto 2) anterior. Este tipo de casos presenta la ventaja siguiente: si uno es cliente de determinada confitería (o panadería) (*), y gusta mucho de las confituras que se confeccionan en dicho lugar, tiene la posibilidad de consumirlas allí mismo, casi siempre, con una infusión; la ventaja, a mi juicio, consiste en que uno, a veces, tiene ganas de desayunar afuera, no en casa, y este tipo de locales reúnen el producto que uno prefiere con el estar fuera de casa, no tener que lavar la taza y el platito después de desayunar y, de alguna forma, romper lo que puede ser una rutina, la del desayuno.

Cuando llamo la atención con el signo (*) es por lo siguiente: en Buenos Aires, las panaderías, lugares donde se elabora y/o vende pan, también venden confituras. Las confituras más populares entre los porteños (y también entre los habitantes de buena parte de la Argentina) son las facturas (medialunas, miguelitos, berlinesas, pan de leche, entre otras), pero en toda buena panadería-confitería pueden encontrarse también tortas, tartas dulces y saladas, sándwiches de miga, por ejemplo, y para fin de año, el pan dulce casero. Es frecuente que cada panadería-confitería tenga su especialidad en uno o varios de estos rubros, que uno va descubriendo a medida que se hace cliente.