martes, 23 de octubre de 2012

Los límites del castellano neutro

El otro día, un colega traductor de Imagen Satelital -empresa para la que ambos trabajamos-, Miguel Siso Fernández, planteó una interesante cuestión en el grupo cerrado de Facebook por el cual nos comunicamos los traductores que prestamos servicios a la empresa.

La cuestión era la siguiente: tenía que traducir "party bouncer" al castellano neutro. Ya sabemos cómo es la cosa: el castellano neutro, en realidad, es una mezcla aleatoria (es decir, que depende de cada productora o de cada editorial) de vocablos de frecuente uso en México, Venezuela, Colombia, España y, muy pocas veces, Argentina. La finalidad de esta combinación de vocablos y, a veces, formas sintácticas, es promover la comprensión de un texto dado (audiovisual o literario, por ejemplo) en toda Latinoamérica y España.

Lo que planteaba Miguel era que quería traducir "party bouncer" al castellano con el mismo registro informal con que estaba en el original. Personalmente, le comenté que en la versión doblaje de "A Night at the Roxbury" se había traducido "bouncer" como "apagabroncas". Es decir, un "bouncer" o "party bouncer" es el personal de custodia que está en la puerta de un boliche bailable o de una fiesta para 1) no dejar pasar a personas de dudoso aspecto o a personas no invitadas; 2) hacer que cualquier invitado escandaloso se retire de la susodicha fiesta o boliche bailable. Es decir, lo de "apagabroncas" alude al punto 2), pero no exactamente al 1).

Este último punto no importa tanto: sabemos que cuando creamos un rótulo, cuando creamos una denominación, ese rótulo/denominación va a aludir, por lo general, a un aspecto de la cosa descripta. Si podemos con ese rótulo describir la totalidad de las características/aspecto/utilidad de la cosa descripta, bienvenido sea; pero por lo general no se puede abarcar tanto y ser breves a la vez, así que con describir la parte operativa más importante de la cosa descripta basta y sobra. 

El problema era el del registro: si un término pertenece al registro informal, es altamente probable que en cada región, en cada país, en cada ciudad y hasta en cada barrio la cosa descripta por ese término sea denominada de manera diferente. Entonces, la cuestión de la neutralidad del castellano se da de patadas con la denominación localista. Quiero decir que es muy difícil ser neutro y encontrar una denominación común para una misma cosa que adopta nombres diferentes en diferentes lugares.

Lo que se nos ocurrió a varios foristas fue que la solución a la traducción de "party bouncer" debía ser un equivalente que, si bien neutro, se escapara del registro informal, para lo cual sugerimos "seguridad", "custodia", "guardia (de seguridad)". La traducción es, más que un juego de apertura de diccionario y de simple reemplazo de palabras, toda una estrategia de criterios que dan paso unos a otros y que jamás son fijos e inamovibles. Me pareció, y se lo comenté a Miguel, que en este caso el criterio que debía primar sobre el de respeto al registro era el de claridad para con el espectador. Era posible que la palabra "apagabroncas" no se entendiera en ciertos lugares hispanoparlantes, pero sí iba a entenderse la palabra "custodia" o "seguridad", con lo cual se iba a cumplir el objetivo último de toda traducción: que el lector la entienda.