martes, 28 de febrero de 2012

La traducción de ciertos títulos de canciones

Hace un tiempo publiqué aquí un artículo sobre los errores en la traducción de títulos de canciones. Creo recordar que hablé, en ese artículo, de la canción "Maniac", perteneciente a la banda sonora de la película "Flashdance".

Otra canción donde el titulero metió la pata es "All by Myself", interpretada por Eric Carmen y también por Celine Dion -por lo menos, en las versiones que escucho yo en FM 102.3, Aspen-.

La traducción del título es, según quien la tradujo, "Todo por mí mismo". Sucede que la expresión "all by myself" o "by myself" solito tiene dos sentidos: 1) alone (solo, sin compañía); 2) without help. La traducción "todo por mí mismo" obedece a la segunda acepción, pero, claro, el titulero, traductor amateur y sin experiencia, no leyó algo que es CRUCIAL para todo traductor: el contexto; es decir, la marea de palabras en la que están insertas las tres palabras de marras, "all by myself".

El estribillo dice: "All by myself don't wanna be / all by myself any more". Es decir, el sentido correcto es el de la acepción 1): el susodicho muchacho no quiere seguir estando solo.

Una sugerencia de título -que llega muy tarde, ya lo sé- podría ser "En soledad", pero, bueno, margaritas a los chanchos.

Toda esta parrafada me da pie para hablar de lo siguiente: la totalidad del texto es fundamental para el traductor. Ése es uno de los factores por el cual traducir no es un trabajo rápido y, por lo tanto, es artesanal y, en tanto tal, no es barato. Hay que valorar cada palabra según las que la rodean. Hay que estar atento a qué quiso decir el autor para no decir otra cosa, distinta, en nuestra traducción. Hay que estar atento a los múltiples sentidos de una inocente palabrita. Estos son factores de los que sólo estamos alertados los profesionales de la traducción, y es por este motivo que resulta desalentador comprobar que quienes no tienen nuestra formación se dan el lujo de opinar sobre las traducciones y también de hacer traducciones, con lo cual bastardean nuestra profesión, nos arrebatan encargos de traducción y terminan no ya deformando el idioma -eso sería lo de menos-, sino deformando el sentido de todo un texto.

Señor, señora, señorita, niño, anciano, adulto: si usted se automedica en lugar de ir a visitar al médico, y bueno, hágalo, ¿qué quiere que le diga? Pero así como usted recurre al abogado para que le resuelva un entuerto jurídico, le ruego, le pido, le encarezco: cuando tenga que hacer una traducción, por chiquita que sea, ¡recurra a un buen traductor!