lunes, 5 de marzo de 2012

Más sobre la traducción de títulos de películas

Algunos artículos atrás hablé de que, en general, los títulos de las películas no se traducen, sino que en más de una ocasión la distribuidora local altera leve o totalmente el título original y le pone en castellano un título que "venda" la susodicha película. Entonces, dije en ese momento, no nos tiene que escandalizar que la película "Mrs. Doubtfire" no se llame en castellano (por lo menos, en el de la Argentina) "Sra. Doubtfire" porque es un título que no dice nada. En cambio, el título con la que se la conoció por estos parajes, "Papá por siempre", apela al cuore latino que todos los argentinos tenemos y nos impulsa a ver quién es ese papá y por qué ejerce su oficio por siempre.

También hablé de películas con títulos parecidos y dije que las distribuidoras, en esos casos, tratan de poner títulos distintos para evitar confusiones. En esa oportunidad hablé de la película "Lord of the Rings" y de "The Ring", y de cuál había sido el título de cada una. Pero toda regla tiene su excepción: vemos en los cines porteños, por estos días, que hay una película llamada "La dama de hierro" (con la actuación de Meryl Streep, para mi gusto, muy buena actriz, pero que al igual que Robin Williams, aceptó en más de una ocasión actuar en bodriazos, seguramente para pagar las expensas del departamento), y otra película llamada "La dama de negro", con el bueno de Daniel Radcliff (¿por siempre Harry Potter?). 

Y yo las entiendo a las distribuidoras: ¿le vas a poner otro nombre a la película "La dama de hierro"? No, sobre todo porque los argentinos no queremos privarnos de tirarle tomatazos al afiche, no por la linda de Meryl Streep, sino porque la Sra. Thatcher se merece algún tomatazo en el medio de la frente. ¿Le vas a poner otro título a "La dama de negro", si ya es un título súper ganchero y vendedor? No.

Entonces, lo único que resta es prestar atención en la boletería y decirle al niño/niña que esté despachando las localidades, en voz bien alta y castellana, "La dama de ¡¡hierro!!" o "La dama de ¡¡negro!!", y fijarse bien que la entrada sea para la película correcta. 

La traducción no es una ciencia exacta. La cinematografía tampoco lo es.