Acabo de oír una frase en un programa de televisión: "doy por alto este paso". Los ubico en la situación: pastelera del canal "Utilísima" que omite explicar como se hace el merengue italiano porque "ustedes ya lo saben". Ajá. Pero ocurre que a la señorita se le cruzaron dos cables o, mejor dicho, dos frases: "doy por sabido este paso" y "paso por alto este paso".
Este cruce de cables me hizo acordar a la sinestesia, algo que con mucha dedicación me enseñó mi querida profesora de castellano de primer año de la secundaria, la Sra. Hilda Marino de Moro; tomo la definición de sinestesia del María Moliner: "tropo que consiste en unir dos imágenes que pertenecen a distintos campos sensoriales, como 'azul chillón'". Sí, la sinestesia es algo así como un cruce de cables.
Otros cruces de cables que recuerdo: un amigo de mi papá decía "catatombe" porque unía (involuntariamente) las palabras "catástrofe" y "hecatombe". Y también decía "piringulín", un híbrido de "piringundín" y "bulín". Para quienes no lo sepan, según mi querido Diccionario del hampa y del delito, de Raúl Tomás Escobar (Editorial Universidad, 1986) "piringundín" (también deletreado "peringundín") significa "lugar donde se baila y/o bebe con alternadoras o coperas, o sin ellas // Bar, local nocturno, wiskería, de pobre servicio y aspecto. En algunos se servían comidas; en otros había 'shows' artísticos, o números individuales. // Local de diversión, de dudosa moral". Y "bulín", según el mismo diccionario, significa "aposento, pequeño departamento o habitación que no es lugar habitual de residencia, usado para las prácticas amorosas".
Es decir, toda la pecaminosidad que este señor imaginaría resumida en una sola palabra. ¿Conciso yo?
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