Soy fanática de las películas sobre juicios. "Filadelfia", dramón lacrimógeno con abundantes secuencias de preguntas por parte de los abogados y respuestas de los testigos, es una de mis preferidas. Si quiero reírme, allí está "Mi primo Vinny", que para mi gusto es desopilante.
El carácter oral de los procesos judiciales estadounidenses hace que, en muchas ocasiones, participe de ellos un instituto que en la Argentina no se utiliza -porque no está contemplado en la legislación procesal-: el del jurado.
Según María Moliner, un jurado es "un organismo popular existente en algunos países democráticos para colaborar en la administración de justicia, declarando mediante votación y por boca de su presidente, al final de la causa y en vista del desarrollo de ésta, si juzga al reo culpable o no del delito que se le imputa". Pero "jurado" es también "cada uno de los miembros de un jurado".
A veces veo, en ciertas películas "de juicios" que, cuando los miembros del jurado regresan de su deliberación, el juez le pide a uno de los miembros del jurado, el presidente de dicho jurado, que lea el veredicto (que es el nombre que se le da a la decisión a que arriba el jurado); y el juez llama "Mr. Foreman" o a "Mrs. Foreman" a esa persona . Y a veces, veo que el traductor de turno traduce "Mr. Foreman" como "Sr. Foreman" (o, igualmente, "Mrs. Foreman" como "Sra. Foreman"), como si "Foreman" fuera el apellido de ese presidente del jurado. No. En realidad, "foreman", además de ser el equivalente inglés de lo que en castellano sería la palabra "capataz", es la forma de designar al presidente del jurado. Otra forma de llamarlo en inglés es "presiding juror", una etiqueta más bien descriptiva, al decir de Peter Newmark.
Entiendo que el traductor puede llegar a pensar que el juez conoce el apellido del presidente del jurado, y que ese apellido es "Foreman". Es una deducción válida; a cualquiera se le puede chispotear; pero no; el misterioso Sr. Foreman es, sencillamente, el "señor presidente del jurado". Y si resulta muy largo, según cómo venga la película, "Sr. Presidente" podría ir bastante bien. Y si ninguna de estas dos convence, no ponemos nada; creo que alcanza con que pongamos en boca del juez un "por favor, lea el veredicto". El nunca bien ponderado Sr. Foreman -perdón, Sr. Presidente del jurado- será fácilmente reconocible porque se pondrá de pie, o ya estará de pie cuando el juez lo invite a hablar, y pronunciará las definitorias palabras, "culpable" o "inocente".