jueves, 23 de septiembre de 2010

Cómo hacer cosas con palabras

Éste es el título de un libro muy interesante y fácil de leer, cuyo autor es John L. Austin. En este libro, lo que se propone Austin es dilucidar los enunciados performativos; es decir, aquellos por los cuales uno hace algo al tiempo que los pronuncia. Por ejemplo, si digo: "Apuesto diez pesos a que mañana llueve", además de pronunciar la afirmación estoy haciendo algo: estoy apostando.

Se trata de un libro muy interesante para abogados, por ejemplo, o para traductores, puesto que se analiza cuáles son esos enunciados en los cuales no sólo se dice algo, sino que además se pone en marcha una acción, y cuáles son sus características.

Algo parecido sucede con el siguiente texto, tomado de la columna de modas de una revista del espectáculo. Los invito a leer el párrafo:

ABRO CITA
Sexy por naturaleza, Fulanita de Tal es una mujer que equilibra siempre sus equipos. Para elegir un outfit, es clásica: una t-shirt color nude, cruzada y drapeada, combinada con una falda a la cintura, recta, en negro, el único toque de color lo da el cinturón de croco. Sabe que ella es la protagonista y que lo que viste debe acompañar sus formas. Para estar trendy, no pueden faltar unos buenos stilettos de 10 cm que la hagan sentirse sobre un pedestal. La sensualidad la remarcan su cabello suavemente ondeado y sus labios con brillo.
CIERRO CITA

En este caso, el manejo de las palabras por parte de la autora no es casual, sino deliberado. Ella también está haciendo cosas con las palabras. Salpica todo su texto con palabras que están en inglés y que pretenden ser términos técnicos de la moda.

En primer lugar, permítanme decir que no es imperativo que en un texto haya palabras en inglés so pretexto de que se trata de "términos técnicos" (de la moda, en este caso). Si yo digo: "Para elegir un conjunto, es clásica: una remera color carne (o beige)...", lo mismo estoy utilizando términos técnico-especializados de la jerga de la moda.

A veces, cuando se echa mano de este recurso, el de salpicar un texto aquí y allá con palabras en inglés (o en francés, o en italiano), el autor lo que quiere es utilizar las palabras para decir más de lo que dice. Por ejemplo: "Uy, mirá cuánto sé", "Si vos no sabés inglés, te 'quedás afuera' y no vas a entender lo que digo". En buen romance: a veces, las palabras se emplean para mostrar una pretendida superioridad sobre el otro, para mostrarle al otro qué superior soy yo, el autor del texto, porque me las ingenio para manejar unas cuatro o cinco palabritas en otro idioma.

La interpretación psicológica de lo que acabo de decir correrá por cuenta de cada uno. No es lo que quiero ni lo que pretendo hacer, pese a que se me ocurren un par de rótulos para etiquetar esta ridiculez de intercalar términos en inglés en un texto que no los necesita. Y digo que no los necesita por lo que dije antes: la palabra "remera" (castellano de "t-shirt"), la locución "zapatos con tacos aguja" (castellano de "stilettos"), "actual" (una posibilidad para "trendy"), más las otras tres que mencioné en los párrafos anteriores son lo bastante técnicas como para tener su lugar en el párrafo que es objeto de este artículo, con la ventaja de que incluyen al lector en lugar de intentar excluirlo.

En fin, dicho esto sólo me queda tomarme unos drinks con unos fans que me llamaron por fono y con los cuales me voy a reunir en el shopping, previo paso por el free shop. Bye.

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