miércoles, 23 de marzo de 2011

"Que digamos"

Los porteños decimos este final de frase (no sé si se dice igual en el resto de la Argentina y ni siquiera en el resto de Latinoamérica) cuando utilizamos alguna frase negativa, para reforzar el sentido negativo y redondear la idea. Un ejemplo: "Este auto no está muy nuevo que digamos", situación ésta en la que el que emite la frase se siente decepcionado o sencillamente ve la realidad de lo que el auto es. Podría haberse dicho, con valor parecido al de la frase expuesta, "Este auto está bastante viejo", pero el decir "Este auto no está muy nuevo que digamos" agrega un sentido eufemístico que suaviza la realidad: el auto es una catramina.

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