La oración
Una oración es una unidad de
habla con sentido completo, que se inicia con mayúscula, finaliza con un punto,
se la pronuncia con entonación descendente a medida que se llega al mencionado
punto, tiene autonomía sintáctica y exhibe una determinada actitud del
hablante.
"Autonomía
sintáctica" significa que ningún elemento de una oración modifica a
elementos de otra oración.
Con "determinada
actitud del hablante" queremos decir que toda oración expresa un estado de
ánimo de quien la enuncia. De esta forma, las oraciones pueden ser
enunciativas, desiderativas, imperativas, etc. Estas clases de oraciones se
caracterizan, entre otros elementos, por el modo verbal con que se construyen
(enunciativa con indicativo, desiderativas con subjuntivo, imperativas con
imperativo, etc.), lo cual permite afirmar que la oración es una unidad modal. Por
lo tanto, al clasificar las oraciones habrá que tener en cuenta un elemento del
plano morfológico: el modo verbal.
Las oraciones se clasifican
en unimembres y bimembres.
Las unimembres son las que
no aceptan la partición en sujeto y predicado.
Ejemplo:
¡Ojalá!
Las bimembres sí admiten tal
partición.
Ejemplo:
El
muñeco se convirtió en una trampa mortal.
El sujeto es "El
muñeco" y el predicado es "se convirtió en una trampa mortal".
El sujeto
El sujeto es el sustantivo o
la construcción con núcleo sustantivo que concuerda en persona y número con el
verbo. Podríamos decir que es quien "hace algo" en la oración, el
"protagonista" de la oración.
Siempre que haya sujeto
—aunque sea tácito— hay predicado; ambas partes de la oración se suponen
mutuamente. Sujeto y predicado deben
concordar, lo cual implica que el verbo debe estar siempre en la misma persona
y en el mismo número que el sujeto.
Si decimos "La mujer
vio al perro", el sujeto es "la mujer"; es un sujeto singular, y
por lo tanto el verbo va a estar en singular. El verbo es "ver",
conjugado en tiempo pasado y en tercera persona del singular.
Si decimos "Nosotros
vimos al perro", el sujeto es "nosotros"; es un sujeto plural, y
por lo tanto el verbo deberá estar en plural y en la primera persona.
Clasificamos al sujeto de la
siguiente manera:
- Expreso: aparece en la
oración. Podemos clasificarlo en sujeto simple (compuesto por un sólo núcleo),
como en el siguiente ejemplo:
La
víbora cobró movimiento.
Aquí el sujeto es "la
víbora". El núcleo de ese sujeto es el sustantivo "víbora". Al
ser un solo núcleo, el sujeto es simple.
O puede ser un sujeto
compuesto cuando tiene más de un núcleo, como en el siguiente ejemplo:
El
niño y la mujer esperaban.
Aquí, el sujeto es "el
niño y la mujer". Este sujeto tiene dos núcleos, "niño" y
"mujer". Están coordinados por la conjunción "y" (que actúa
como nexo coordinativo copulativo). Por tener dos núcleos, éste es un sujeto
compuesto.
-
Tácito o desinencial: en este caso, el sujeto está omitido. Podemos deducirlo a partir de los accidentes de género y número que
presenta el verbo (por este motivo se lo llama "desinencial": la
terminación —la desinencia— del verbo me indica cuál es la persona gramatical
que opera como sujeto). Por ejemplo:
Atronaron
el aire.
El sujeto
"fantasma" aquí es "ellos". Toda la oración se marca con un
"techito" y con la sigla "P.V.S." (predicado verbal simple).
Lo consignamos, en el análisis sintáctico, al lado de la oración junto con la
persona o personas que le corresponde a la oración.
¿Cómo reconozco el sujeto?
El método más rudimentario —que es el que yo utilizo— es el siguiente: ubicar
primero el verbo conjugado de la oración principal (no de las posibles
proposiciones subordinadas que pueda tener la oración), y a partir de ese verbo
detectar qué parte de la oración está llevando a cabo esa acción.
Como a veces el sujeto es
tácito —es decir, no está expresado y se deduce a partir de la desinencia
verbal del verbo principal de la oración—, es imposible encontrar dicho sujeto.
Hay que "reponerlo", "imaginar" que está allí, pero en
realidad es un "sujeto fantasma".
Por ejemplo, en la siguiente
oración:
Tienes un difícil camino por
delante.
el sujeto está expresado
tácitamente. Cuando veo que el verbo de la oración es "tienes",
inmediatamente sé que el sujeto es "tú" (y en este caso no puede ser
otro). ¿Está la palabra "tú" en la oración? No. Entonces, se trata de
lo que se llama un sujeto tácito, sujeto desinencial (porque obedece a la
desinencia verbal, concuerda en número con ella) o, como modestamente se me
ocurrió bautizarlo, "sujeto fantasma".
Las autoras Elsa Risso de
Sperber y Teresa Inés García presentan un método un tanto más elaborado para
detectar cuál es el sujeto. Lo transcribo:
- Buscar el verbo.
- Observar en qué número y
persona está.
- Si está en 1era. o 2da.
persona singular o plural, el sujeto será el pronombre correspondiente.
- Si está en 3ra. persona
singular o plural, el sujeto será también el pronombre correspondiente (él o
ellos) o bien estará representado por un sustantivo.
- Si el verbo está en 3ra.
persona, colocar el pronombre correspondiente. Si al leer la oración ésta
carece de sentido, el sujeto no es desinencial, sino que está expreso.
- Se debe encontrar el
sustantivo que pueda ser conmutado por el pronombre.
Los modificadores del núcleo
del sujeto son:
El modificador directo:
modifica al núcleo del sujeto sin la intermediación de ningún nexo. Ejemplo:
Ladran
algunos perros somnolientos.
Aquí, "ladran" es
el predicado y también su núcleo verbal. "Algunos perros
somnolientos" es el sujeto expreso simple, donde "algunos" y
"somnolientos" son modificadores directos de "perros", que
oficia de núcleo del sujeto.
El modificador indirecto:
modifica al núcleo del sujeto por intermedio de una preposición o un
subordinante comparativo. Ejemplos:
Ladran
perros de caza.
"Ladran",
nuevamente, predicado y núcleo de éste. "Perros de caza" es el
sujeto, donde "perros" es el núcleo y "de caza" es el
modificador indirecto. "De" es el nexo subordinante y
"caza" es el término y su núcleo.
Ladran
perros como lobos.
"Ladran",
predicado y núcleo de éste. "Perros como lobos" es el sujeto, donde
"perros" es el núcleo y "como lobos" es el modificador
indirecto. "Como" es un nexo
comparativo y "lobos" es el término y el núcleo de éste.
La aposición: es un
modificador del núcleo del sujeto que va entre comas y se emite con un tono de
voz más bajo, dado que se trata de una "aclaración" del núcleo del
sujeto, una especie de "sinónimo", al punto tal que puede
intercambiar su función con el núcleo del sujeto.
Al respecto de la aposición,
es bueno aclarar que también puede haber aposiciones en el predicado. Por
ejemplo:
Le
dijo la verdad: él ya no la amaba.
El sujeto es desinencial (él
o ella). El resto es predicado, y "él ya no la amaba" es aposición de
"la verdad".
En este sentido, me parece
conveniente emplear la nomenclatura de Lacau-Rossetti, que llaman "frase
declarativa" a este tipo de modificadores, donde sea que estén; y si la
frase declarativa está en el sujeto, la llaman "frase declarativa –
aposición".
Pero va el ejemplo de una
aposición como modificador del sujeto:
Ladran
los perros, guardianes de la noche.
Como decíamos antes:
"perros" y "guardianes de la noche" son una especie de
"sinónimos" (por lo menos, para quien enuncia la oración). Son
términos intercambiables y, además, corresponde decir que la aposición, por lo
general (hay excepciones), va entre comas.
El predicado: el predicado es esa parte de la oración que describe lo que hace
el sujeto. Puede contener uno o más verbos; en ese caso, es un predicado
verbal. Si se trata de un predicado que no contiene uno o más verbos, se lo
denomina "predicado no verbal".
Cuando el predicado contiene
sólo un verbo, se lo llama "predicado verbal simple". Si tuviera más
de un verbo, se lo denomina "predicado verbal compuesto".
Los modificadores del verbo
son los siguientes:
- el objeto directo;
- el objeto indirecto;
- el complemento
circunstancial;
- el complemento agente;
- el predicativo subjetivo
obligatorio;
- el predicativo subjetivo
no obligatorio;
- el predicativo objetivo;
- el complemento de régimen
preposicional.
Cuando estos complementos,
que forman parte del predicado, son fundamentales para que la oración tenga
sentido, se los llama "argumentales". Tal es el caso del objeto
directo, del objeto indirecto, el predicativo subjetivo obligatorio y el complemento
de régimen preposicional.
Cuando estos complementos no
son fundamentales para el sentido de la oración, se los denomina "no
argumentales". Tal es el caso del complemento agente, del predicativo
objetivo, de los circunstanciales y del predicativo subjetivo no obligatorio.
El predicado no verbal puede
estar formado por un sustantivo, por un adjetivo, por un adverbio o por una
construcción equivalente. El siguiente es un ejemplo de predicado no verbal:
La autopista, ruido y fragor.
Aquí la coma es fundamental
porque marca la ausencia del verbo. Además, delimita el sujeto y el predicado.
Dentro del predicado encontramos dos sustantivos, "ruido" y
"fragor"; entonces, se trata de un predicado no verbal nominal.
El predicado no verbal
también puede ser adjetivo o adverbial. Se lo analiza de modo similar que en el
caso anterior:
La novia, casta y pura.
Éste es un caso de predicado
no verbal adjetivo. La construcción "casta y pura", formada por dos
adjetivos, cumple la función de predicado no verbal; y como se trata de
adjetivos, es un predicado no verbal adjetivo.
En este caso:
La lluvia, por la mañana.