En el espacio informativo de las 17.00 horas (hace diez minutos) de mi radio preferida, FM Aspen, acabo de oír lo siguiente:
"Los indignados (de España) seguirán saliendo a la calle y organizan una nueva marcha para demostrarle a Mariano Rajoy que el conflicto sigue latente".
Ya me lo había advertido Amado Alonso en su traducción del "Curso de lingüística" de Ferdinand de Saussure y yo no le había querido creer: en una de las notas a pie de página, Amado Alonso señala que hay quienes utilizan la palabra "latente" con el sentido opuesto que realmente tiene; es decir, la utilizan como sinónimo de "manifiesto", "vivo", y no de "oculto", que es su verdadero significado. Lo que está latente es lo que no se manifiesta ni exterioriza, si bien "la procesión va por dentro".
En este caso, la noticia debió haber dicho "... que el conflicto sigue estando vigente / sigue vivo / no ha perdido vigencia / no ha perdido fuerza / sigue activo / no ha sido olvidado / no ha sido dejado de lado", entre muchas otras variantes en el mismo sentido.
Si decimos que "el conflicto sigue latente" es que todavía no nos hemos animado a exteriorizarlo, y si leímos los diarios de un par de meses a esta parte, sabemos que los españoles y los griegos se manifestaron, y de qué forma.
Pero el tema de fondo es el siguiente: qué macana, digo yo, que es ser redactor de noticias y no abrir el diccionario, estar tan seguro al escribir teniendo conocimientos tan precarios. Qué macana.