lunes, 14 de marzo de 2011

Ernesto Sabato: más que un humanista

En este año 2011, el Dr. Ernesto Sabato está transitando su centésimo año de vida. A continuación, comparto con mis lectores un artículo que escribí para rendir, desde "Clarito y castellano", un sencillo homenaje a una de las grandes personalidades del pensamiento y de la literatura argentinos.

Mi encuentro con los ensayos del Dr. Ernesto Sabato fue producto de la recomendación de un amigo. No recuerdo bien por cuál comencé, pero sí recuerdo que fui leyendo un ensayo tras otro, sin solución de continuidad, y encontré en su autor a un ser extraordinario. Encontré a una persona, Ernesto Sabato, que expresaba con un estilo único ideas y opiniones que, según mi experiencia, yo no había encontrado en ninguna otra parte. Sobre todo, encontré a un ser humano, a un filósofo, a un novelista y a un ensayista que reunía en su persona tres cualidades admirables: el humor irónico, la expresión del sentido común y la búsqueda del justo medio.




El humor irónico en Ernesto Sabato

Como corresponde a un filósofo de su talla, el humor de Ernesto Sabato es fino, incisivo e irónico. Clava sus humoradas con el frío estilete de sus palabras, pero no se trata de un humor destructivo; al contrario, está allí para hacernos pensar, para hacernos reflexionar sobre algunos absurdos que el mismo Ernesto Sabato se encarga de señalar. Por ejemplo, en el comienzo de su ensayo "Nosotros, los bárbaros" —donde ya desde el título nos muestra que va a reírse de unas cuantas convenciones— despliega varias ironías:



"La revista L'Esprit des Lettres propuso un diálogo Francia-América del que participamos algunos intelectuales de este continente y (como era de esperar) ningún francés importante".



O también:



"Hasta el punto que mientras un pobre país sudamericano daba a la lengua francesa tres de sus grandes poetas, la revista Paris-Match, en el número del 12 de febrero de 1955, casi un siglo después del nacimiento de Lautréamont, seguía manteniendo la idea de que esa nación es un lugar de los trópicos".



Y también en este párrafo:



"En otro número de esa vistosa revista nos enteramos asimismo de que Kafka fue conocido aquí gracias al señor Barrault, siendo que era ya famoso en la Argentina cuando en Francia sólo empezaban a apreciarlo sus intelectuales; hasta el punto de que pudiésemos advertirle a ese intérprete que su versión de El proceso muy poco tenía que ver con el espíritu original de Kafka".



En estos pasajes, Ernesto Sabato está totalmente decidido: patea el tablero y dice lo que piensa, con un dejo de amargura pero que no le impide expresarse con humor y con ironía. Nos muestra "el revés de la trama", la trastienda de lo convencional, se ocupa de derribar ídolos de pies de barro y nos dice, en definitiva, que no entreguemos finas piezas de oro por bijouterie barata. Ernesto Sabato nos pide que miremos bien la etiqueta de la prenda que estamos comprando para ver si encoge o no, y que nos dirijamos a lo esencial.



En cuanto a mi labor como traductora de los párrafos mencionados, el desafío mayor fue el de reflejar esa ironía tan porteña en el idioma inglés. Las ironías aludidas funcionan muy bien dentro del idioma castellano que se habla en Buenos Aires, porque Ernesto Sabato logra un gran efecto con prácticamente nada. Él sólo emplea palabras y logra arrancarle una sonrisa al lector y hasta un "tiene razón" entre dientes. Creí que el camino correcto en la traducción al inglés era respetar esa misma técnica —podríamos llamarla así— que emplea Ernesto Sabato: decir las cosas como si nada, sin agregarle ninguna rimbombancia; un muchacho del bar de la esquina, observador y filoso, que dice las cosas con una gracia intrínseca que hace que todo artificio esté de más.



Mi versión en inglés del primer párrafo presentado fue la siguiente:



"The magazine L'Esprit des Lettres proposed a France-the Americas dialogue in which some intellectuals of the Americas took part (yours truly included). As expected, the event was attended by no noted French intellectual".



Aquí, el punto que presentaba más dificultades era la ironía que presenta el final de la frase, "participamos algunos intelectuales de este continente y (como era de esperar) ningún francés importante". En esta frase hay un contraste —la presencia de los intelectuales de Latinoamérica y la ausencia de intelectuales franceses importantes—, y además ese contraste está inserto en una sola frase. En el caso de mi versión en inglés, consideré que una buena solución consistía en dividir la frase en inglés en dos para traducirla al castellano, ya que en esa primera parte en inglés se presentaba una gran cantidad de datos: el nombre de la revista, la propuesta de diálogo y la participación de intelectuales latinoamericanos. Consideré que introduciendo un punto y seguido y utilizando la negación con "no" en inglés el efecto irónico no sólo se mantenía, sino que quedaba sutilmente reforzado, casi como la estructura de los chistes que cuentan los cómicos estadounidenses del stand up: una línea en la que crean la intriga humorística, con entonación descendente, y trascartón el "remate" del chiste. Esta estructura, tan familiar en cierto sector del mundo anglosajón, me pareció apta para presentar esta ironía a una cultura diferente de la argentina.



"So much so that whereas this poor South American country has given the French letters three of their great poets, the February 12, 1955 issue of the Paris-Match magazine (almost a century after the birth of Lautréamont) still maintained the notion that Argentina was a tropical country".



En este párrafo, si bien la ironía es clara en castellano —porque es habitual echar mano del recurso del menosprecio propio con tono zumbón—, dudé al momento de traducirla literalmente al inglés. Lo hice así, sin embargo, porque en este caso consideré que el criterio de fidelidad a las palabras del autor era preeminente respecto del criterio de la idiomaticidad. Por otra parte, confié en que la lectura completa del párrafo en inglés hiciera que la ironía —también por comparación— se comprendiera cabalmente, sobre todo al llegar al final cuando Sabato señala no sin sorna la falta de información de la revista Paris-Match sobre el clima argentino.



"In another issue of the colorful Paris-Match, readers are informed that Kafka was made known in Argentina thanks to Mr. Barrault. In fact, Kafka was already well known in Argentina when in France only intellectuals were beginning to appreciate him, so much so that we should have informed Mr. Barrault that his version of Kafka's novel The Trial as a stage play had little to do with Kafka's original spirit".



En el tercer párrafo, la ironía se expresa a través del adjetivo con que se califica a la revista Paris-Match, "vistosa". "Vistoso", según el María Moliner, significa "lo que atrae la vista con sus colores y aspecto alegre y agradable". Me pareció que un buen equivalente era "colorful", dado su significado: "full of bright colours or having a lot of different colours"; pero sobre todo me pareció interesante y adecuada la segunda parte de la definición, en función del contexto: "interesting or exciting; full of variety, sometimes in a way that is slightly shocking". No me cupo ninguna duda de que esta segunda parte de la definición se ajustaba al sentido que Ernesto Sabato le había querido dar al adjetivo "vistoso" y, por lo tanto, el adjetivo "colorful" acompañaba adecuadamente el resto del párrafo.



Y para finalizar este tercer párrafo, Ernesto Sabato corrige —también con humor— el malentendido: que Kafka había sido conocido en la Argentina luego de que se representara en estas tierras la adaptación que hicieron André Gide y Jean-Luis Barrault de El proceso. "Advertir" es un verbo que Ernesto Sabato emplea con frecuencia en sus reconvenciones irónicas, y éste es uno de esos casos. Me pareció que convenía aquí, por cuestiones de claridad, que el equivalente más inequívoco era el verbo "inform"; la formalidad de este verbo dentro del contexto de lo que dice Ernesto Sabato crea un contraste que hace a la comicidad de la oración.



Por otra parte, tuve en cuenta de qué se ríen las personas en el mundo anglosajón. A través de mis lecturas y de mis traducciones, recordé que en los países angloparlantes el humor también tiene ribetes muy discretos. Mucho del humor anglosajón se basa en la ironía, en lo absurdo de las situaciones, en la frase mordaz y sardónica. Sin dudas, un humor que si bien provoca simpatía, también provoca úlceras. Tuve la convicción, entonces, de que la forma en que había elegido traducir el humor irónico de Ernesto Sabato podía funcionar bien en un ámbito anglosajón, si bien nada reemplaza al sobreentendido —formado ineludiblemente por una base común de vivencias y creencias— que subyace al humor irónico y que hace, precisamente, que la frase mordaz tenga gracia. Ningún anglosajón, a menos que haya vivido en la Argentina y la haya sufrido, conoce del complejo de inferioridad que por momento nos ataca y que alterna con picos de incurable complejo de superioridad. Ernesto Sabato, en varios ensayos, pero sobre todo en "Sobre nuestra hibridez", se encarga de hacernos a todos los argentinos la terapia psicológica que a veces tanto parecemos necesitar para apreciarnos en la medida justa.



La búsqueda del justo medio en Ernesto Sabato

No es únicamente el ensayo titulado "Sobre nuestra hibridez" el que habla sobre la búsqueda del justo medio aplicada a la personalidad del argentino; pude también haber tomado otro ensayo, cuyo título es incluso más explícito, "Seamos nosotros mismos"; pero el ensayo al que me referiré a continuación, "Sobre nuestra hibridez", reúne, a mi criterio, varios puntos interesantes.



El ensayo comienza de la siguiente manera:



"Estamos atravesando una fase de enjuiciamiento general: desde nuestras instituciones políticas y sociales hasta nuestra literatura, todo está siendo analizado, elogiado, rechazado o hasta vituperado con iracundia. De un período de jactanciosa e irresponsable suficiencia, que quizá podamos considerar terminado en 1930 —fin de toda una era en el espíritu nacional—, pasamos luego a un período en que nada nos pareció bueno, en que llegamos a la conclusión de que aquí no había nada que fuese auténtico ni verdaderamente argentino: todo era postizo o prestado, apócrifo o producto de la mistificación. [...] He dicho 1930 porque en aquel año se hizo visible el comienzo de una gran crisis nacional, con graves resonancias políticas, sociales, económicas y espirituales. Y las grandes crisis, en las naciones como en los seres humanos, no son únicamente portadoras de males: sirven para poner en tela de juicio todos los valores, para poner las cosas en su debido lugar. Sirven, en otras palabras para que las naciones y hombres entren en su madurez".



Mi traducción de este párrafo, algunas de cuyas partes analizaré a continuación, es la siguiente:



"The Argentine people is undergoing a phase in which everything is being questioned: whether it be our political and social institutions or our literature, everything is under analysis and is being praised, rejected or even strongly insulted. After going through a period of boastful and irresponsible self-satisfaction, the end of which might be marked in 1930 —the end of a whole era of nationalistic spirit—, a time came in which nothing seemed good to us anymore. We arrived then at the conclusion that there was nothing in Argentina truly and authentically Argentine: everything was fake or borrowed, apocryphal or the product of deceit. ... I mentioned 1930 because at the time a major national crisis started to show, having serious political, social, financial and spiritual implications. However, big crises, both taking place in nations and in human beings, do not bring only misfortune; crises are also useful to question every moral principle, to put things where they should be. In other words, they are useful for nations and individuals to reach maturity".



Éstas son palabras duras y alentadoras a la vez; son casi las palabras de un buen padre hacia sus hijos. Este aliento, este estar centrado en la serenidad del alma, es el que Ernesto Sabato brinda constantemente en este ensayo y en muchos otros. No es sencillo para un argentino estar situado en el justo medio: nos han sucedido tantas cosas y todas ellas tan extremas que a veces creo que hemos perdido el equilibrio. Pues bien: los textos de Ernesto Sabato son un bálsamo; más aún: yo diría que son las buenas palabras de esa persona que nos ayuda a centrarnos en el equilibrio del punto medio cuando nuestra vida no tiene un rumbo claro. Referirse de esta forma a nosotros, los argentinos, y a nuestra realidad es una invitación a ingresar al reino del sentido común y, por lo tanto, de la calma interior.



El logro del equilibrio puede parecer sencillo. De ninguna manera lo es; a veces, el comportamiento humano parece tender más al extremo, puesto que en él las sensaciones, las emociones y los sentimientos están bien definidos y, por lo tanto, parecemos saber quiénes somos y qué nos ocurre, independientemente de todo deseo de mejora o de cambio. En el medio, en el punto alejado de los extremos, la sensación de paz y calma —que todos decimos buscar— puede ser tan grande que dé miedo, que nos haga pensar que nuestra personalidad se ha disuelto y que carecemos de identidad.



En cuanto a la traducción del párrafo presentado anteriormente, el desafío fue la exuberancia de los adjetivos empleados. Era preciso actuar con mucha cautela para transferir el mismo sentir que con ellos expresa Ernesto Sabato a un idioma como el inglés, que en general es bastante más parco en cuanto a emociones. Por ejemplo, el grupo "jactanciosa e irresponsable suficiencia". Al principio me atemorizó, pero sin motivo: el equivalente "boastful and irresponsible self-satisfaction" me pareció adecuado y justo a lo que Ernesto Sabato había expresado. Se trataba de no perder la calma ante un texto gigante, y se trataba de pensarlo serenamente; es decir, buscar las palabras en inglés con la misma serenidad que practicaba Ernesto Sabato.



También se me abrieron las puertas de la incertidumbre cuando llegué al adjetivo "postizo", atribuido a "todo". En primer lugar, ¿qué quiere decir "postizo" en este texto? Se refiere a algo falso; como una peluca, por ejemplo. La siguiente pregunta es: ¿de cuántas maneras se puede decir "falso" en inglés? De muchas: se puede decir false, fake, bogus; también se pudo haber cambiado la calidad de la palabra y hacerla pasar de función adjetiva a sustantiva con la palabra sham; también pude haber empleado la palabra artificial. En este caso, el sustantivo al que estaba atribuido el adjetivo "postizo" era muy amplio: lo "postizo" era "todo", así que casi cualquiera de estas palabras habría sido la adecuada. Y sucede que el traductor, ante una variedad de elección tan grande de palabras, debe trazar el límite en algún lado y abrirse a las muchas opciones que nos brinda la indecisión, pero sólo hasta cierto punto. ¿Cuál palabra elijo, "A" o "B"? Es sano hacerse preguntas, es sano probar distintos caminos, y es sumamente sano equivocarse; y también es sano responder esas preguntas y tomar una decisión dentro de un tiempo razonable y convencidos del camino que tomamos, por equivocado que a los demás les parezca.



En este caso, otro traductor podría haber seleccionado false o bogus, por ejemplo; pero sucede que la subjetividad es el cincuenta por ciento del arte y de la ciencia del traducir. Y la subjetividad está compuesta por muchos factores que varían de traductor a traductor, que es lo mismo que decir "de persona a persona": la cantidad de horas pasadas en comunión con el diccionario; la cantidad de experiencias vividas con textos en el segundo idioma; y como síntesis de todo ello, la forma de procesar esas experiencias. Entonces, la idea que muchos traductores —o muchos críticos de traducciones— tienen de que existe "la traducción perfecta" o el "equivalente perfecto", permítaseme decirlo, se diluye sin remedio ante la subjetividad del traductor. El traductor actúa, traduce, a través de la lente de su subjetividad, y no hay otra forma de hacerlo. Por supuesto que habrá traducciones que estén objetivamente incorrectas, pero también es preciso tener en cuenta que muchas veces lo que se tacha de "incorrecto" es, sencillamente, tener la idea de que uno pudo haber hecho determinada traducción de un modo distinto, nada más. Y esta noción está íntimamente ligada a la búsqueda sabatiana del justo medio.



Otro recurso que se me impuso en este párrafo y en otros de los varios ensayos que traduje fue el de tener que reducir la extensión de las oraciones originales para lograr unidades de sentido claras y concretas. Ese recurso me llevó a la necesidad de comprender a fondo las ideas expresadas por Ernesto Sabato para definir qué conectores necesitaría, o para determinar la ausencia de todo conector. Los invito a analizar el siguiente caso: en la frase



"De un período de jactanciosa e irresponsable suficiencia, que quizá podamos considerar terminado en 1930 —fin de toda una era en el espíritu nacional—, pasamos luego a un período en que nada nos pareció bueno, en que llegamos a la conclusión de que aquí no había nada que fuese auténtico ni verdaderamente argentino: todo era postizo o prestado, apócrifo o producto de la mistificación".



fue preciso introducir un punto y seguido y deslindar dos ideas, en lugar de expresarlas unidas mediante el pronombre "que" subordinante acompañado de la preposición "en". El resultado es el que yo esperaba: dosificar la información de forma tal que resultara clara y fluida para el lector del nuevo texto; lograr que quedara tan claro en inglés como en castellano esos dos tiempos de la historia argentina, ese antes y ese después, y los sucesos que habían poblado ambos períodos. Mi traducción del pasaje mencionado es la siguiente:



"After going through a period of boastful and irresponsible self-satisfaction, the end of which might be marked in 1930 —the end of a whole era of nationalistic spirit—, a time came in which nothing seemed good to us anymore. We arrived then at the conclusion that there was nothing in Argentina truly and authentically Argentine: everything was fake or borrowed, apocryphal or the product of deceit".



El ensayo continúa con el siguiente párrafo:



"Es que ahora somos lo bastante maduros para aceptar y asumir esa dura condición de la existencia; y para saber que las más hermosas obras de la humanidad no fueron hechas por hombres perfectos como dioses (¿qué mérito tendrían?), sino por seres imperfectos, agobiados por la desdicha, propensos a la ira o a la injusticia, al rencor o a la flaqueza. [...] Aceptar esta dura pero trágicamente bella condición de la existencia es aceptar la vida contra la muerte. ¿A qué otra cosa puede llamarse "madurez"? Pienso que es precisamente eso lo que nos está ocurriendo como nación, y no a pesar de la crisis que atravesamos, sino como consecuencia de ella. Y así nos encontramos intentando elaborar la síntesis de aquellas actitudes opuestas pero igualmente erróneas: sin la jactancia infantil de otro tiempo, pero también sin los sentimientos de inferioridad que luego nos dominaron".



Mi versión en inglés de este párrafo es la siguiente:



[...] "We have now grown up in substantive measure to accept such a hard face of existence and to become aware that the most beautiful works of humankind are not made by men perfect as gods (what merit would there be in those works?), but by imperfect beings, riddled with grief, prone to rage or to injustice, to resentment or to weakness. ... Accepting this hard but tragically beautiful feature of existence means accepting life as well as death. However else can a person be called a "grown-up"? I believe it is precisely that what is happening to us as a nation, and not despite of the crises we are undergoing but as a consequence of it. Therefore, we now find ourselves trying to reach a synthesis of opposing and, at the same time, erroneous attitudes: deprived of the childish complacency of times past, but also empty of the inferiority feelings that riddled us after feeling such complacency".



En este pasaje me permití realizarle a la versión en inglés dos agregados que, a mi criterio, dan mayor precisión a las palabras de Ernesto Sabato en el idioma meta. El primero de los añadidos es el que brinda mayor definición a la pregunta que está entre paréntesis. La pregunta es "¿qué mérito tendrían?". Al leer el ensayo de Sabato, el lector se da cuenta de que la pregunta se refiere al mérito de las obras y no al de los hombres. Por eso, la pregunta quedó formulada incluyendo las obras, "what merit would there be in those works?". El segundo de los añadidos es el del final del párrafo. Sabato escribe: "sin la jactancia infantil de otro tiempo, pero también sin los sentimientos de inferioridad que luego nos dominaron". Yo traduzco: "deprived of the childish complacency of times past, but also empty of the inferiority feelings that riddled us after feeling such complacency". Agregué "after feeling such complacency" a manera de equivalente de "que luego nos dominaron"; marco allí la perfectividad de la acción, aquello que marca el fin de una acción y el comienzo de otra.



Y no es sólo una cuestión gramatical; el hecho de haberme formado en la Facultad de Derecho, entre abogados durante la mitad de la carrera y entre más abogados dentro de las materias del idioma, hacen que una sienta la necesidad, en ocasiones, de precisar apenas un poco más lo que dijo el original; por supuesto, en la medida justa. La cuestión, nuevamente, es dónde está el límite: si incluí los agregados que acabo de mencionar es porque consideré que, en primer lugar, de ninguna manera alteraban ni el espíritu ni la forma de lo que Ernesto Sabato había expresado; y en segundo lugar, porque iban a resultar funcionales para el lector en inglés. A mi criterio, me parecen éstas dos premisas fundamentales: una, claridad en la expresión de un texto en el idioma meta, teniendo en cuenta que no vamos a poder decir "lo mismo" en cuanto a forma en ese idioma meta que en el idioma fuente; dos, no decir más que lo que dijo el autor original, para no traicionar no ya su contenido, sino su estilo.



Y respecto del estilo, me permito agregar dos palabras: la traducción es, entre muchas otras cosas, una transacción permanente entre fuerzas conflictivas. Estos pequeños agregados a los que acabo de referirme son un buen ejemplo. También lo es la reducción en el largo de las oraciones, convirtiendo una oración larga en dos o tres cortas. En lo que se refiere a la traducción de ensayos, y en especial a la traducción de estos ensayos de Ernesto Sabato, consideré que las pautas del estilo personal del autor que yo debía conservar en la traducción eran, por ejemplo, la ironía —tema que ya fue tocado— o la presentación progresiva de razonamientos que hace Ernesto Sabato; mi traducción podía, sí, librarse de un condicionamiento de mucha menor importancia como el de la extensión de las oraciones. La reducción de la extensión de las oraciones tiene que ver aquí con el carácter diferencial que tiene el idioma inglés respecto del castellano. Es cierto que, ya que hablábamos de formación jurídica, hay textos en inglés que se caracterizan precisamente por la desmesurada extensión de sus oraciones; por ejemplo, las cláusulas contractuales. Pero el discurso jurídico, al igual que cierto discurso literario personalísimo —del estilo de Virginia Woolf, por ejemplo— es un caso particular. Es más frecuente encontrar en inglés ideas bien definidas encerradas en cada oración, y tratar que la extensión de éstas no sea excesiva. Consideré, entonces, que mi gran aliado para traducir estos ensayos debía ser el recurso de apegarme la rígida estructura del inglés, de sujeto y predicado, para presentar una cantidad acotada de datos, y luego recurrir al empleo de los conectores adecuados para unir esas ideas.



Sucede que el traductor, en el desarrollo de su trabajo, tiene que estar atento a una enorme cantidad de factores: no solamente la buena gramática y la buena puntuación, sino también la selección del tono apropiado al texto que se traduce, el registro adecuado, la concatenación lógica de las ideas, la elección correcta de las palabras, la verificación de datos que pueda no conocer al traducir determinado autor... Son muchísimos los factores que intervienen en la traducción de un texto; es necesario trabajar cada texto capa tras capa —a pesar de que tal vez demos tratamiento simultáneo a muchas de esas capas—, y sabemos que, en la enorme mayoría de los casos, por no decir siempre, el traductor trabaja solo. Ojalá pudiéramos trabajar en conjunto para que aquello en lo que un miembro del equipo no reparó, otro pueda ponerlo de resalto y así lograr que la traducción se beneficie con el aporte de todos los que intervienen en ella. En la práctica de ninguna manera sucede así. Entonces, el traductor que trabaja solo debe asirse fuertemente de los elementos que considera como "seguros" —en este caso, la estructura del inglés— para poder dedicarse a, en la medida de sus posibilidades, ahondar en los aspectos más aleatorios del texto que está trabajando.



El sentido común en Ernesto Sabato

El sentido común en Ernesto Sabato es una característica que lógicamente se desprende de la anterior, la búsqueda del justo medio. Es claro: cuando buscamos conciliar opuestos, cuando buscamos tender un puente entre extremos, no cabe otra salida que recurrir al sentido común, a la lógica más elemental, y sobre todo a examinar las cuestiones en sus aspectos menos superficiales. Eso mismo hizo Ernesto Sabato.



En el párrafo siguiente —que ha sido acortado para favorecer la claridad de esta exposición—, Ernesto Sabato emprende una encendida defensa del tango frente a alguna que otra postura extrema, y lo hace en el marco de dos factores aparentemente opuestos: qué tiene de autóctono nuestra cultura y qué tiene de importado. Y sin adherirse a ninguna de ambas, nuevamente apela al sentido común y encuentra el justo medio. Ernesto Sabato dice:



"Fracturada la primitiva realidad hispanoamericana en esta cuenca del Plata por la inmigración, sus habitantes venimos a ser algo dual, con todos los peligros, pero asimismo con todas las ventajas de esa condición: por nuestras raíces europeas, vinculamos de modo entrañable el interior de la nación con los perdurables valores del Viejo Mundo. [...] Pero ahora, en esta crisis de la madurez, estamos comprendiendo que nuestra realidad es dialéctica. [...] Ha llegado así el momento de asumir este destino doble pero rico, difícil pero fértil. [...] Quizá nada mejor que el tango revele esa fractura rioplatense y esa condición bifronte. [...] [El tango] ha sido repudiado por algunos argentinos viejos que, con desprecio y un poco de rencor, lo consideraron como una excrecencia del arrabal porteño, no como algo hondamente argentino. [...] Y así, cuando Ibarguren sostenía que el tango no es argentino estaba diciendo parte de la verdad, pero estaba deformando el resto por la pasión que lo perturbaba".



Ernesto Sabato termina este párrafo diciendo:



"Porque si es cierto que esta música surgió del hibridaje arrabalero, es falso, en cambio, que no sea argentino; ya que, para bien y para mal, no hay pueblos platónicamente puros, y la Argentina de hoy es la suma de sucesivas invasiones, principiando por la que llevaron a cabo hace algunos siglos españoles como Ibarguren".



A mi criterio, éste es un párrafo especialmente pertinente para la realidad que hoy vive el mundo, donde pese a tener cada vez más dispositivos de comunicación al alcance de la mano, estamos cada vez más lejos de nuestro prójimo y donde las diferencias originadas en el color de la piel, en el tipo de cabello o en la lengua que se habla parecen acentuarse día a día. En la actualidad debería estar de sobra decir que "no hay pueblos platónicamente puros", pero dado que es necesario, encontramos a una persona de la calidad humana de Ernesto Sabato para recordárnoslo.



También emplea Ernesto Sabato el sentido común mezclado con una de sus características, ya analizada en el primer punto, que es el sentido del humor; en este caso, en una especie de "demostración por el absurdo", como algunos teoremas que aprendí en la escuela primaria. Ernesto Sabato dice: "Jorge Abelardo Ramos acusa a los mejores escritores argentinos de estar influidos por los europeos, de mirar a nuestra América, de inspirarse en la cultura literaria de judíos como Kafka, franceses como Sartre, alemanes como Nietzsche o Hölderlin. ¿Hace su acusación utilizando el instrumental filosófico de los querandíes, o al menos de los aztecas? No, señor: mediante una teoría elaborada por el judío Marx, el francés Saint-Simon, el alemán Hegel. Y escribe todo eso en venerable y longevo español, en lugar de hacerlo en charrúa o idioma pampa".



Ernesto Sabato nos señala a cada rato lo que no hemos mirado y él sí logró ver, lo que él tuvo la lucidez de mirar, de señalar y de dejar por escrito. De eso está compuesto el sentido común: de tomar aquello que se examina y de analizarlo, desmembrarlo, darlo vuelta y ver de qué está hecho en realidad, con una mirada que no es que no sea ideológica, pero que sin dudas no está nublada ni contaminada por la ideología. La mirada de Ernesto Sabato es primero mirada y después ideología, y no a la inversa.



Me gustaría analizar ahora algunas características de la traducción del párrafo citado. El párrafo original comienza diciendo: "Fracturada la primitiva realidad hispanoamericana en esta cuenca del Plata por la inmigración, sus habitantes venimos a ser algo dual, con todos los peligros, pero asimismo con todas las ventajas de esa condición". La oración no finaliza allí, sino que hay un signo de dos puntos y sigue, pero como ya expliqué en los párrafos anteriores, mi criterio fue el de abordar la traducción a través de unidades significativas más breves. Encontré que la oración original comienza con un participio que forma parte de una locución truncada de voz pasiva. Decidí que la manera que más me convenía para trabajarla era apelar a la voz activa —cosa rara en el inglés que suele preferir la voz pasiva—, y comencé entonces situando en el sujeto lo que en la oración original era el complemento agente. Para la locución "realidad hispanoamericana" opté por el equivalente "Spanish American life" porque la realidad de la que habla Ernesto Sabato es la vida, es la sucesión de momentos que forman nuestra vida; es decir, nuestra realidad. Y para el resto de la oración introduzco el verbo "entail" como eje de la parte de la oración que dice "con todos los peligros, pero con todas las ventajas de esa condición". Y para el tramo de oración que dice "sus habitantes venimos a ser algo dual", consideré que ese "algo" bien podía ser una "entity", un ente en el sentido filosófico. Con todos estos elementos, mi traducción fue la siguiente:



"Immigration fractured the original Spanish American life in the Río de la Plata; we, the Argentine people, the inhabitants of the Río de la Plata region, are dual entities, a condition that entails many dangers but many advantages as well".



El párrafo sigue con la siguiente frase: "por nuestras raíces europeas, vinculamos de modo entrañable el interior de la nación con los perdurables valores del Viejo Mundo". En dos de los libros que traduje, lamentablemente no publicados por razones de política editorial (estos libros son Republic of Capital, de Jeremy Adelman, y Secondary Cities of Argentina, de James Scobie) los autores hablaban repetidamente de hinterlands cuando querían referirse al interior de la Argentina. Me pareció esencial, entonces, tomar como válidas estas fuentes auténticas; es decir, dos nativos estadounidenses que escribieron sobre la Argentina. No me pareció correcto utilizar un término como outback, que es muy particular de Australia. De este modo, mi traducción fue la siguiente: "Due to our European roots, we have been able to affectionately link the hinterlands of our country and the everlasting values of the Old World".



La oración que sigue dice: "Pero ahora, en esta crisis de la madurez, estamos comprendiendo que nuestra realidad es dialéctica. [...] Ha llegado así el momento de asumir este destino doble pero rico, difícil pero fértil". Aquí me pareció oportuno introducir en la versión en inglés ciertas frases que he visto numerosas veces en textos auténticos; por ejemplo, "nuestra realidad es dialéctica" pasó a ser "the dialectic structure of our reality", o la frase "at the same time" en "destino doble pero rico, difícil pero fértil". Mi traducción de esta frase fue: "But now, in the midst of this maturity crisis, we come to realize the dialectic structure of our reality ... The time has come to take possession of this double but rich destiny, difficult and fertile at the same time".



El párrafo sigue con las siguientes oraciones: "Quizá nada mejor que el tango revele esa fractura rioplatense y esa condición bifronte. [...] [El tango] ha sido repudiado por algunos argentinos viejos que, con desprecio y un poco de rencor, lo consideraron como una excrecencia del arrabal porteño, no como algo hondamente argentino". En la primera oración, tanto "fractura rioplatense" como "condición bifronte" dependen del verbo "revelar". ¿Qué sucede en inglés? Si conservo la sintaxis del original, "Tango may perhaps be the best indicator of the fracture which affected the Río de la Plata region and the dual feature", corro el riesgo de que parezca que "dual feature" depende de "affected" y no de "indicator". Por eso cambié el orden de estos dos elementos. El verbo "repudiar" se mantuvo tal cual con "repudiate", no sólo porque "repudiate" significa "reject", "refuse to accept", sino por la connotación conyugal que tiene el verbo, "repudiar a la esposa", dado que el tango es una música tan nuestra, tan porteña que se presta a que se lo relacione con una palabra que tiene que ver con una relación amorosa y de parentesco. En cuanto a "excrecencia", "anomalía en el crecimiento de alguna parte vegetal o animal", consideré que deformity podía ser un buen equivalente, si bien también existe en inglés la palabra excrescence. Pero sabemos que muchas palabras que en castellano comienzan con el prefijo "oftalmo-" al pasarlas al inglés encontramos como prefijo equivalente el democrático y sencillo eye, y lo que en castellano es el majestuoso odontólogo en inglés se convierte en el humilde dentist, así que me pareció bien darle a esta palabra un baño de sencillez y me decidí por una palabra que transmitiera el concepto de una manera llana. Y para finalizar, otra característica de estos escritos de Ernesto Sabato: la tendencia a cierta abstracción, "el tango es algo hondamente argentino". Me pregunté: "¿qué es ese 'algo'?". Es un ritmo musical, claro, pero Sabato se refiere aquí a la creación de este ritmo. Es, entonces, una creación hondamente argentina, "a deeply Argentine creation".



El párrafo continúa de la siguiente manera: "Y así, cuando Ibarguren sostenía que el tango no es argentino estaba diciendo parte de la verdad, pero estaba deformando el resto por la pasión que lo perturbaba". Empleé aquí el verbo hold como equivalente de "sostener" en el sentido filosófico, y me decidí por "a half truth" aunque Ernesto Sabato había dicho sólo "parte de la verdad". Por "deformar" me decidí por el verbo twist y convertí la subordinada adjetiva "pasión que lo perturbaba" en una estructura equivalente, "disturbing passion". El resultado es: "Thus, when Carlos Ibarguren held that tango was not Argentine, he was saying a half truth but he was twisting the other half because of a disturbing passion". Quiero explicar el por qué de la elección del verbo twist. Este verbo tiene en algunas de sus acepciones una connotación de anomalía, de perversión, de alejamiento del sentido común. Fijémonos en esta definición del diccionario Oxford: "to deliberately change the meaning of what somebody has said, or to present facts in a particular way in order to benefit yourself or harm somebody else". A mi criterio, flotan en esta definición todos los componentes que tácitamente viene mencionando Sabato, e incluso esta definición tiene mucho que ver con la intención que Sabato identifica en Carlos Ibarguren, "la pasión que lo perturbaba".



El párrafo finaliza con esta oración: "Porque si es cierto que esta música surgió del hibridaje arrabalero, es falso, en cambio, que no sea argentino; ya que, para bien y para mal, no hay pueblos platónicamente puros, y la Argentina de hoy es la suma de sucesivas invasiones, principiando por la que llevaron a cabo hace algunos siglos españoles como Ibarguren". La dividí en dos oraciones, la primera de las cuales es: "It is true that tango arose from hybridization in the city suburbs, but it is not true that it is not Argentine". Evité el inicio "porque si es cierto..." para darle un inicio directo y neto a una oración que tiene mucha fuerza y que es el meollo de lo que se viene exponiendo. En cuanto a la segunda parte, "Whether we like it or not, Platonically pure peoples do not exist, and today's Argentina is the aggregate of successive invasions, the first of which was initiated some centuries ago by such Spanish people as Ibarguren himself", cambio el "para bien y para mal" de Sabato por "whether we like it or not" porque en definitiva Sabato se refiere a quienes gustan o no gustan de admitir la impureza de nuestra cultura.



Hasta aquí, intenté dar cuenta de cómo fue el proceso de traducción de estos textos; en parte de ellos, la traducción es bastante transparente y sigue los lineamientos del original. En algunas otras partes del texto intento explicar el motivo del apartamiento. Pero me interesa destacar un estado interno que es imprescindible a la hora de traducir, y ese estado es el de libertad. Puede que resulte paradójico hablar de libertad en materia de traducción porque los traductores estamos siempre atados a un texto originario, y además porque dije anteriormente que la traducción era una transacción entre fuerzas contradictorias. Aparentemente, dentro de la labor de la traducción lo que menos parece haber es libertad. Sin embargo, el conocimiento de los dos idiomas entre los que se trabajan otorgan, créase o no, un quantum de libertad de acción, por un lado, y por otro lado es preciso darse una cierta dosis de libertad que deberá trabajarse entre los límites. Sé que son dos nociones difíciles de conciliar, "límites" y "libertad", pero ésa es la esencia del trabajo del traductor: no sobrepasar los límites, pero dentro de los límites hacer uso de la libertad.



Y un poco más sobre la esencia del trabajo del traductor: para mí fue muy necesario conocer tan a fondo como pude la obra de Ernesto Sabato. Sé que expliqué con algún detalle qué hice y qué no hice en la traducción de algunos de sus ensayos, pero este procedimiento es, en realidad, la punta del iceberg; más aún, es comenzar por el final. Si conocemos el pensamiento del autor, las palabras con que vamos a traducirlo vendrán solas a nuestro auxilio. Lógicamente, habrá que corroborar con el diccionario, habrá que consultar textos auténticos, habrá que bucear en Internet, pero me parece primordial entender la música de la voz del autor sobre el que trabajamos, y trasladar esa música al texto en segundo idioma. Y nuevamente, claro está, estoy planteando el juego dual de hacer uso de la libertad entre los límites.



Para concluir esta ponencia, deseo referirme al título. Cuando busqué una palabra para definir la persona y el espíritu de Ernesto Sabato, de inmediato se me ocurrió la palabra "humanista". Quise corroborar el significado de esta palabra con el diccionario, y me sorprendió la definición del María Moliner al respecto. Allí se define la palabra "humanista" como la "persona que se dedica al estudio de las lenguas y literaturas clásicas; en sentido amplio, persona de gran cultura en humanidades". Hasta allí, me pareció que la figura de Ernesto Sabato no sólo se ajustaba bien a la definición, sino que incluso la excedía. Seguí buscando; subí por la página del diccionario hasta llegar a la palabra "humanidades", donde encontré: "conocimientos o estudios que enriquecen el espíritu, pero no son de aplicación práctica inmediata, como las lenguas clásicas, la historia o la filosofía". En ese momento, confirmé mi convicción respecto del título que había pensado para esta ponencia: el Dr. Ernesto Sabato sin duda excede, con su obra y su proceder, la cualidad de un simple humanista. Él hizo del ejercicio de la filosofía una práctica que sí puede aplicarse, y con provecho, a lo cotidiano. Él nos mostró, a través de sus novelas, parte de su alma, y nos hizo más personas; compartió con nosotros emociones, recuerdos, tristezas, alegrías e ironías que bien pudo haber guardado en su fuero íntimo, pero no: las puso a nuestra disposición para que ampliáramos el horizonte de nuestra alma. Por esos motivos, el Dr. Ernesto Sabato es más, mucho más que un humanista.

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