miércoles, 21 de septiembre de 2011

Un idioma en busca de un pueblo que lo hable

Ése es el castellano neutro. Creo que nadie habla eso que se llama "castellano neutro", ya que se trata de un idioma artificial, una construcción compuesta de retazos, de pedazos, de palabras tomadas de aquí y de allá.

Es un idioma artificial generado a partir de cierta necesidad que tiene la industria del cine y de la televisión de llegar a la mayor cantidad de gente posible; es decir, un idioma y un acento que, justamente por no representar a ningún pueblo en particular, los abarque a todos y los una, aunque más no sea a través de una película o una serie televisiva.

Si nos ponemos a analizar cualquier texto escrito en castellano neutro, veremos que no hay un solo castellano neutro; cada productora televisiva arma un cóctel con lo que le parece más neutro, así que se podría decir que hay tantos castellanos neutros como personas que deciden qué es el neutro (o lo neutro) y qué no es el neutro.

Por ejemplo, hace tiempo pasaban por la extinta señal de cable "People and Arts" (no confundir con "Film&Arts") la serie "American Chopper". Era una serie muy entretenida que a mi marido le encantaba porque a él le gusta mucho todo lo que tenga que ver con herramientas, procesos y diseño. En el doblaje de esa serie aparecía la exclamación "bárbaro" como señal de aprobación, o bien aparecía "bárbaro" como adjetivo. Sin embargo, yo trabajo con castellano neutro para mis traducciones y lo que se prefiere es "genial" para idénticas situaciones.

También oigo muchas veces que en algunos doblajes aparece la palabra "carajo", así, en singular, que es un insulto muy habitual en el Río de la Plata. Llama la atención porque a veces podría definirse el castellano neutro como "todo aquello que no es porteño y que no sueña a porteño (ni a argentino)". El castellano neutro tiene una fuerte impronta mexicana o caribeña, así que este tipo de palabritas "argentas" las detecto enseguida y me llaman la atención.

Hay muchas palabras del castellano neutro -y ya lo dije en algún otro artículo de este mismo blog- que a los argentinos se nos hace necesario "reprocesar", por decirlo de alguna manera: para nosotros, la prenda de vestir, de tejido industrial tipo Jersey, de mangas cortas, escote redondo o en "V", más o menos corta o larga, liviana, de algodón, es una remera. En castellano neutro -y supongo que en México y en lo que es la cuenca caribeña- es una camiseta. Para el Río de la Plata, la camiseta es, en efecto, una remera, pero una que actúa sólo como ropa interior, en invierno, también de tejido de punto, también de algodón, pero tan blanca y anodina que la usamos debajo de la ropa de vestir.

Entonces, lo que me sucede con el castellano neutro es que en mi cabeza se me representa como un efecto "juego de la oca": ante una palabra pronunciada, y que para mí representa un concepto A, tengo que correr ese concepto A al siguiente casillero para que en el casillero que dejó vacante la palabra que representa el concepto A quepa la palabra que representa el concepto B, pero que en realidad, en esa entelequia que es el castellano neutro, representa el concepto A. No es tan complicado como parece.

Es una caso raro éste del castellano neutro: es un idioma que busca padres y madres, que busca un pueblo que lo hable. ¿Buscará un pueblo que lo hable?