viernes, 18 de mayo de 2012

Venta de libros de Paramahansa Yogananda


Autobiography of a Yogui, de Paramahansa Yogananda, encuadernación de lujo con estuche, impecable, sin marcas de ningún tipo.


The Bhagavad Gita, en inglés, de Paramahansa Yogananda, impecable, con estuche y encuadernación de lujo, sin marcas de ningún tipo.


The Second Coming of Christ, de Paramahansa Yogananda, en inglés, con estuche, encuadernación de lujo, con algunas marcas en birome y lápiz.


Debido a mi prolongada vinculación profesional (como traductora y correctora de estilo) con Self-Realization Fellowship (entre el año 2000 y el 2011), tengo en mi poder una cantidad de libros escritos por Paramahansa Yogananda (como los que pueden verse en las fotos) más otros escritos por sus discípulos, cuya lista sigue abajo.

Como yo ya he trabajado con dichos libros, los he leído y cumplieron su ciclo en mi biblioteca y dentro de mi tiempo de lectura y estudio, he decidido desprenderme de ellos. Por este motivo, los estoy vendiendo. Los libros que se ven en las fotos están en inglés; hay otros en castellano (ver listado abajo). Como se trata de libros usados, su valor es inferior a estos mismos ejemplares nuevos.

En cuanto a su valor monetario, decidí no consignarlo aquí porque estamos viviendo tiempos de marcada inflación en la Argentina y me resultaría incómodo tener que "actualizar" lo precios. De todas formas, como dije antes, se trata de libros usados (algunos de ellos tienen marcas de birome o lápiz, puesto que los utilicé como material de trabajo) y su precio es ciertamente conveniente.

Si alguien desea contactarse conmigo con vistas a adquirir alguno o algunos de estos libros, le ruego que lo haga a la siguiente casilla de correo electrónico: clarito.y.castellano@gmail.com; es decir, la casilla de correo a la que está vinculado este blog.

La lista de los demás libros es la siguiente:

-The Divine Romance, de Paramahansa Yogananda;
-Metaphysical Meditations, de Paramahansa Yogananda;
-La búsqueda eterna, de Paramahansa Yogananda;
-Finding the Joy within You, de Sri Daya Mata (de éste tengo 2 ejemplares);
-Sólo amor, de Sri Daya Mata;
-Mejda, la familia, niñez y juventud de Paramahansa Yogananda, de Sananda Lal Ghosh;
-El matrimonio espiritual, del Hermano Anandamoy;
-El gozo que buscas está en tu interior, de Sri Daya Mata (que es la versión castellana de "Finding the Joy within You);
-Journey to Self-Realization, de Paramahansa Yogananda;
-Only Love, de Sri Daya Mata (que es el original inglés de "Sólo amor");
-The Yoga of Jesus, de Paramahansa Yogananda;
-The Yoga of the Bhagavad Gita, de Paramahansa Yogananda;
-Living Fearlessly, de Paramahansa Yogananda;
-Intuition: Soul-Guidance for Life's Decisions, de Sri Daya Mata.

 


 
 




martes, 15 de mayo de 2012

Régimen preposicional de algunos verbos (I)

Es un tema por el cual me escriben muchísimo. Me permito volcar aquí mínimos apuntes sobre el tema, que se irán enriqueciendo con aportes futuros.

1) el verbo "diagnosticar": se oye muchísimo (por ejemplo, en el Discovery Home & Health) el siguiente uso:

"Si crees que lo peor es ser diagnosticado con una terrible enfermedad..."

Éste es un calco del inglés, "to be diagnosed with (an illness)". En castellano no es así: en castellano, el verbo "diagnosticar" está huérfano de preposición en el caso indicado, con lo cual la oración correctamente redactada sería: "Si crees que lo peor es que te diagnostiquen una terrible enfermedad...". Y además, sin la pasiva ésa, pegajosa, insoportable, que no tiene nada que hacer en castellano.

2) Otra oración oída en el Discovery Home & Health:

"Podemos aprovisionarte con algo de eso"

No. El régimen preposicional de "aprovisionar" en este caso es con "de"; uno aprovisiona a alguien "de" algo, y no "con" algo. Otro calco del inglés, idioma en el que se utiliza, por ejemplo, el verbo "provide" con la preposición "with". Pero el inglés es el inglés, muchachos y muchachas traductores, y el castellano tiene su propio régimen preposicional; a veces, coincidente con el inglés, pero en estos dos casos, diferentes en una y otra lengua.

3) Oí las siguientes en radios argentinas:

"Enterate quién se gana el premio".

Uno se entera "de" algo, no se "entera algo". Entonces, es natural decir "me enteré de un chisme", porque es natural utilizar la preposición cuando lo que sigue es un sustantivo; pero cuando lo que sigue es una subordinada, ahí al locutor se le queman los papeles. Suene mal, suene bien, se dice "Enterate de quién se gana el premio", por favor.

Otra:

Fulanito confía que el Senado lo convertirá en ley.

Uno confía "en" algo (en una creencia, por ejemplo) o en alguien. Entonces, en el caso expuesto, "Fulanito confía en que el Senado lo convertirá en ley".

Modificador indirecto versus circunstancial de lugar

También en la televisión, el otro día oí lo siguiente:

"Soy el hombre más feliz en la Tierra".

Este tipo de oraciones suelen ser traducciones del inglés (de hecho, las tomo de programas doblados al castellano). En este caso, la oración en castellano seguramente viene de su madre inglesa:

"I am the happiest man on Earth".

Desde el punto de vista de la traducción, lo que ha sucedido aquí es un calco. ¿En dónde se originó ese calco? Aquí pasamos a la parte sintáctica del problema: este calco se originó de la siguiente manera: en inglés "on Earth" funciona como un circunstancial de lugar. En castellano no; "de la Tierra" funciona como el modificador indirecto de "feliz"; es decir, me dice a qué lugar pertenece ese "hombre feliz"; y la única preposición que cumple la función de marcar pertenencia a un lugar estando en función modificadora indirecta de otro adjetivo ("feliz", en este caso), es la preposición "de", y no "en".

No quiero decir con esto que no haya casos en que no sea válido colocar un circunstancial de lugar encabezado por "en"; si digo:

Quedaron dolores y recuerdos en este lugar.

esta oración está perfecta: "dolores y recuerdos" es el sujeto, "quedaron / en este lugar" es el predicado verbal simple, y como "en este lugar" no está actuando como modificador de un sustantivo, por supuesto es un complemento circunstancial de lugar. Y en inglés, la frase podría traducirse del siguiente modo:

Pain and memories remained in this place.

que es una oración estructuralmente muy semejante a la primera propuesta en inglés, "I am the happiest man on Earth" en lo que hace al uso de "on Earth" e "in this place".

Conclusión: para traducir, además de saber vocabulario, gramática, tener sentido común, conocer de la materia sobre la que versa la traducción, abrir diccionarios y etcéteras, también hay que saber análisis sintáctico.

Hablemos sobre el adjetivo

Creo haberlo dicho en algún otro artículo, pero lo repito: los adjetivos pueden clasificarse en dos grandes categorías: los adjetivos calificativos y los adjetivos relacionales. Los primeros indican una cualidad del sustantivo, mientras que los otros indican una relación del sustantivo con un determinado campo.

Días pasados, mientras veía televisión, me tomé el trabajo de ver cómo se utilizan los adjetivos en cuanto a su posición sintáctica. Pasemos a los ejemplos:

1) en el programa "Cuponmanía", que en Buenos Aires se emite por el Discovery Home & Health, se oía lo siguiente:

"una fanática de los cupones principiante"

Es cierto: en inglés es mucho más fácil acumular adjetivos antes del sustantivo porque los adjetivos suelen ser más breves (aunque no siempre), porque ya es una costumbre del inglés acumular adjetivos antes del sustantivo y porque en inglés tienen reglas de orden muy específicas para acumularlos. En castellano, yo no he visto libros donde realmente se enseñe a colocar con corrección y con elegancia varios adjetivos acumulados, pero podemos intentar aquí ver qué se puede hacer cuando pasamos del inglés al castellano.

En el caso planteado, "principiante" tiene que estar al lado de "fanática"; eso es claro; la lógica indica que "principiante" está modificando a "fanática" y no a "cupones". Me dirán: "Luisa, se nota que 'principiante' no modifica a 'cupones' porque 'principiante' está en singular y 'cupones' está en plural". Bueno, respondo yo: con más razón todavía el orden es "una fanática principiante de los cupones" y no de otra manera. Es más: se puede sustantivar "principiante" y adjetivar "fanática", con lo cual te queda una solución que invierte las funciones, pero no invierte el significado: "una principiante fanática de los cupones". Esta solución también se puede leer de la siguiente manera: utilicé el adjetivo "principiante" antepuesto a "fanática" porque con esa anteposición logro un énfasis emocional que, si alguien vio el programa, no está nada fuera de lugar.

Otro caso detectado en el mismo programa es uno muy parecido, "usuaria de cupones novata". Esta versión no percude tanto los oídos finos como el mío, pero de todas formas creo que la cosa mejora y mucho cuando decimos "usuaria novata de cupones".

2) otra cuestión es la del famoso predicativo objetivo; tengo en este blog todo un artículo al respecto (muy consultado, dicho sea de paso) sobre ese tema, pero sería buena idea acumular oraciones para que, a fuerza de repetirlas y aprenderlas de memoria, aprendamos e incorporemos de una buena vez la posición del adjetivo en estos casos. El aviso de detergente dice:

"deja tu vajilla impecable"

cuando, en realidad, debería decirse "deja impecable tu vajilla". Sucede que, en este caso por lo menos, si cambiamos el adjetivo de lugar, resulta que hasta cambia el significado del verbo; parece que dijera "abandona tu vajilla impecable", porque "deja" pasa a tomar el significado de "abandonar" y ya no tiene el significado de "tornar" que tiene con la forma correcta, "deja impecable tu vajilla".

Otro caso es el del título de otro programa del Discovery Home & Healt, "Embarazo secreto". Claro: quisieron insertar el título dentro del texto de la locución, y no les quedó más remedio -porque de lo contrario se desvirtuaba el título mismo- que decir:

"No logran mantener su embarazo secreto"

cuando, en realidad, debería decirse "no logran mantener secreto su embarazo" (o "en secreto", que en la Argentina suena mucho más natural). Aquí pasa lo mismo que en el caso anterior: el verbo "mantener" cambia su significado; en lugar de "conservar", el verbo "mantener" parece referirse a "sostener económicamente a alguien".

Lo mismo sucede con:

"Es un factor que ayuda a mantener la familia unida".

No. Lo que corresponde es decir "... ayuda a mantener unida a la familia". Hay que agregar la preposición "a" antes del objeto directo porque es un colectivo de personas, y los objetos directos de personas siempre, siempre, siempre están encabezados por preposición "a".

3) el tercer caso está tomado de un programa de Utilísima. Choly Berreteaga dice:

"ya está nuestro mil hojas de carne listo".

En este caso, el adjetivo "listo" debería estar pegado al verbo copulativo, pero no por una cuestión sintáctico-gramatical (como en el caso 2), sino por una cuestión de elegancia de la frase y, por ende, de mejor transmisión del mensaje. Es mucho más claro decir:

"ya está listo nuestro mil hojas de carne";

en este caso, "nuestro mil hojas de carne" es el sujeto de la oración; "está" es el verbo principal de la oración, pero como es copulativo en función copulativa (los verbos copulativos "ser" y "estar" pueden utilizarse en función no copulativa, aclaro), necesita sí o sí de un predicativo subjetivo obligatorio, función que en este caso cumple el adjetivo "listo"; y para finalizar, "ya" es un circunstancial de tiempo. 

En los casos 2) y 3), siempre da la impresión de que hubiera una necesidad imperiosa de expresar el objeto directo (en el caso 2) y el sujeto (en el caso 3) antes que el adjetivo. No sé, da la impresión de que "la sustancia" de la oración se nos va a escapar si después del verbo no ponemos esas "anclas" sustantivas que son el O.D. y el sujeto. Da como para pensarlo.


Una servidora con su gatito Godzilla






sábado, 12 de mayo de 2012

Lo latente ¿oculto o manifiesto?

En el espacio informativo de las 17.00 horas (hace diez minutos) de mi radio preferida, FM Aspen, acabo de oír lo siguiente:

"Los indignados (de España) seguirán saliendo a la calle y organizan una nueva marcha para demostrarle a Mariano Rajoy que el conflicto sigue latente".

Ya me lo había advertido Amado Alonso en su traducción del "Curso de lingüística" de Ferdinand de Saussure y yo no le había querido creer: en una de las notas a pie de página, Amado Alonso señala que hay quienes utilizan la palabra "latente" con el sentido opuesto que realmente tiene; es decir, la utilizan como sinónimo de "manifiesto", "vivo", y no de "oculto", que es su verdadero significado. Lo que está latente es lo que no se manifiesta ni exterioriza, si bien "la procesión va por dentro". 

En este caso, la noticia debió haber dicho "... que el conflicto sigue estando vigente / sigue vivo / no ha perdido vigencia / no ha perdido fuerza / sigue activo / no ha sido olvidado / no ha sido dejado de lado", entre muchas otras variantes en el mismo sentido.

Si decimos que "el conflicto sigue latente" es que todavía no nos hemos animado a exteriorizarlo, y si leímos los diarios de un par de meses a esta parte, sabemos que los españoles y los griegos se manifestaron, y de qué forma.

Pero el tema de fondo es el siguiente: qué macana, digo yo, que es ser redactor de noticias y no abrir el diccionario, estar tan seguro al escribir teniendo conocimientos tan precarios. Qué macana.

 

 

sábado, 5 de mayo de 2012

Practical jokes

Ayer, en uno de los capítulos de "Alaska salvaje" (reality que se transmite en Buenos Aires por el History Channel), oigo que en dos o tres oportunidades los personajes dicen, a través de los doblajistas, "bromas prácticas".

Claramente se trataba de la traducción de "practical jokes". Mientras preparaba la cena, oía "bromas prácticas" y se me ocurrían algunas ideas:

1) La frase "practical joke" alude a una broma de tipo físico -hacer desaparecer una pertenencia a la persona que es objeto de la broma, poner un tarro de pintura sobre una puerta entreabierta para que pase el objeto de la broma y se le caiga encima-, en contraposición a un chiste verbal, una "joke" a secas. En el castellano que hablamos en Buenos Aires no hay una diferencia entre ambos tipos de broma SALVO que nos situemos en un registro muy informal de la lengua. En ese caso, la broma de tipo físico es una "joda" (recuérdense las "joditas para Marcelo (Tinelli)", referencia que sólo entenderán los porteños y bonaerenses), y la broma verbal es un "chiste".

2) Por lo menos en la Argentina queda descartada de plano la utilización de la palabra "joda" para cualquier traducción que se precie de ser neutra; y mucho más queda descartada cuando el texto viene de traductores no argentinos (presumo que colombianos, mexicanos, venezolanos o de otras nacionaliddes), como es el caso de la enorme mayoría de las que se emiten en el History Channel.

3) Cuando a mí se me presenta la oportunidad de traducir la locución "practical joke", les digo con toda sinceridad, siento que entro en el incómodo terreno de la infratraducción; es decir, en ese lugar donde el traductor no está brindando toda la información que refleje con fidelidad la palabra fuente. Nunca se me ocurrió utilizar la locución "broma práctica"; no me parece lo adecuado. En algún momento, lo debo haber traducido como "broma pesada", pero como siempre decimos todos los traductores, todo dependió del contexto. En alguna otra oportunidad, cuando el contexto lo autorizaba, creo haberla traducido como "broma" a secas. Claro, si en una traducción audiovisual el espectador ve claramente que A le arroja un tortazo de crema en la cara a B, no hace falta traducir lo de "practical". Tal vez con "broma" sea más que suficiente.

Lo que más me preocupó de toda esta disquisición es que no puedo encontrar un equivalente satisfactorio, sino que me parece que todos los encontrados ("broma pesada" o "broma" a secas) se quedan cortos. Habrá que seguir pensando y buscando. 

La fidelidad del traductor

La cuestión de la fidelidad del traductor al texto fuente es vieja como el hilo negro: desde el remanidísimo refrán "Traduttore, tradittore" hasta la corrección que hace un corrector a un traductor, la cuestión ha dado mucho de qué hablar.

Esto viene a cuento de varios realities que se emiten por el History Channel: tanto en "Alaska salvaje" como en "Cazadores de tesoros" y "Los restauradores" -por nombrar algunos programas-, los traductores se empeñan en seguir al pie de la letra el texto original cuando, en realidad, cuentan -y parecen no saberlo- con la libertad de apartarse de dicho texto fuente.

¿Cuándo sucede, me dirán ustedes, semejante cosa? Cuando en el original se repite hasta el hartazgo la palabra "stuff" o "thing". Los traductores que trabajan para el History Channel (a través de las respectivas productoras, claro está) no se dan cuenta de que escuchar hasta la saciedad la palabra "cosa" en el programa ya doblado queda muy, pero muy desagradable. 

Éste es uno de los casos en que, por una cuestión de estilo, variedad y elegancia, el traductor no sólo está autorizado a variar la palabra -que en este caso es "stuff" o "thing"-, sino que debe hacerlo; y para ello tiene que fijarse a qué se refiere la palabra "cosa". En "Alaska salvaje" (un programa muy interesante) suele tratarse de los cuernos de un animal, de su piel, del molde en que se monta la piel del animal muerto. En "Cazadores de tesoros" suele tratarse de los muchos objetos que Mike y Frank compran a sus ocasionales vendedores.

Alguna vez Ricardo Chiesa, uno de los profesores de traducción que más generoso fue con sus conocimientos, definió la traducción como "escritura con corsé". Es cierto: el traductor no escribe con total libertad, sino con una libertad vigilada. Esa vigilancia es la ejercida por el texto fuente. Muy bien; en este punto, todos de acuedo. Pero también es cierto que el traductor cuenta con un cierto cuántum de libertad. Una de esas libertades es, por ejemplo, corregir en su texto meta ciertas reiteraciones que no obedecen a motivos estilísticos, sino a un descuido del hablante (en el caso de los programas mencionados, por ser traducción audiovisual), o a un descuido del autor (en el caso de otro tipo de traducciones), o porque el idioma así lo autoriza. Sabemos que el inglés, al ser un idioma más monosilábico que el castellano, tolera mejor las repeticiones que el castellano. Por ese motivo, sería interesante tomar este ejemplo de lo que hacen los traductores de programas que se emiten por el History Channel y no repetirlos nosotros. Sería un comienzo.

viernes, 4 de mayo de 2012

Los registros de la lengua

¿Sería apropiado que yo escribiera la palabra "finado" en un escrito de inicio de una sucesión?

¿Sería apropiado que yo dijera "causante" en un texto dirigido a niños?

¿Sería apropiado que yo escribiera "muerto" en un informe forense?

¿Sería apropiado decir "fiambre" o "tomuer" en una entrevista con abogados?

La respuesta a todas estas preguntas es no. Todas las palabras que están entrecomilladas son sinónimo de "persona que ya no vive", pero la oportunidad en que se las utiliza (los casos supuestos que propongo) está equivocada. 

Esos son los registros de la lengua: son oportunidades específicas en que se utilizan determinadas variantes de una misma palabra. La palabra "causante" obedece al registro técnico-jurídico. El muerto, para el derecho argentino, los jueces y los abogados, pasa a llamarse "causante". Si estoy hablando en lunfardo, la "vestimenta" que adopta la palabra "muerto" es "finado", o bien "fiambre". Si estoy hablando al vesre (véanse otros artículos sobre el vesre en este mismo blog), el muerto súbitamente puede llegar a convertirse en un "tomuer". Si yo fuera médica forense y estuviera escribiendo un informe, el muerto tomaría el nombre de "occiso". Yendo un poco más allá, el muerto puede ser la "víctima" para un policía o un comisario, y podría seguir dando ejemplos si no es que tengo que irme a cenar.

El conocimiento de los registros de la lengua le brindan al traductor una herramienta esencial para su trabajo: la adaptabilidad a distintos tipos de textos, y en consecuencia, la posibilidad de demostrar cuán capaz y competente es en su tarea.

¿Cómo hacemos los traductores para conocer los distintos registros de la lengua y, por lo tanto, las palabras que denotan un conocimiento de cada uno de estos registros? Leyendo, leyendo mucho, teniendo material de referencia, teniendo buena memoria (para las palabras, para la fraseología). El traductor, para llegar a ser un buen traductor, tiene que ser antes un excelente lector.

jueves, 3 de mayo de 2012

La traducción de títulos de series

Al igual que los títulos de las películas, cierto títulos de series en castellano poco o nada tienen que ver con el título original. No obstante ello, por lo menos una servidora las recuerda con cariño.

Desde hace un tiempo, los canales y las productoras optan, en muchos casos, por conservar el título original. Pero dejando esa "nueva ola" de lado, me gustaría recordar en este artículo series inolvidables como "Dos tipos audaces", cuyo título original es "The Persuaders". 

Jamás supe por qué la serie se llamaba "The Persuaders". No sé a quién o a quiénes persuadían los buenos de Roger Moore y Tony Curtis. Tal vez la serie original había sido bautizada con ese nombre porque ninguno de los dos personajes portaba armas y lograban sus metas, en general, en base a la persuasión y a alguna que otra pelea a puño limpio. Pero jamás pude enterarme del motivo.

Otro título inglés traducido con maestría es el de "The Twilight Zone". En la Argentina, se conoció dicha serie como "La dimensión desconocida". Este título es un ejemplo, a mi criterio, de traducción creativa y fiel a la vez: como se ve, la alusión a espacio que da "zone" se plasma en la palabra "dimensión"; la idea de indefinición, dada por "twilight", está plasmada en "desconocida". En todo momento, la traducción castellana me da la misma idea que el título original, y sin embargo no hay alusión alguna a "zona", ni a "penumbra/crepúsculo", ni cosa parecida. 

En cuanto a "Dos tipos audaces", este título describe perfectamente el contenido de la serie y el carácter en que actuaban los personajes. Otra traducción, para mi gusto, impecable, pertinente, llena de gracia y elegancia, y un magnífico gancho vendedor del producto, al igual que "La dimensión desconocida". Así que chapeau a ambos traductores. Dos ejemplos en los cuales inspirarse y de los cuales aprender.

¿Hace falta traducir absolutamente todo? El caso de la palabra "condo"

Hace un par de días tuve que traducir un capítulo del programa "The Rachel Zoe Project", que se emite por el canal Glitz (de cable). En dicho capítulo, la protagonista, la diseñadora Rachel Zoe, se mudaba de su "condo", sito en Los Ángeles, a una casa, también sita en esa ciudad.

Sin dudarlo, cada vez que apareció la palabra "condo", mi traducción fue "departamento". Se me ocurrió pensar: "¿Soy infiel al traducir de esta manera?". La respuesta que me di es "no", en base a los siguientes razonamientos y criterios:

1) En EE. UU. existe la figura jurídica del "condo". ¿Qué es un "condo" en EE. UU.? Es un edificio de departamentos, habitualmente lujosos, gobernados por un directorio. Sí, señores, por un directorio, al mejor estilo de una corporation. Ese directorio (Board of Directors) decide, por ejemplo, qué nuevo condómino o consorcista (según la terminología del derecho argentino) aceptarán como vecino. Es decir, no es que compro un departamento en un condo y ya está: me tienen que aceptar como nuevo vecino. Si no me aceptan, por mucha plata que yo ponga, no entro a vivir al susodicho lugar.

2) En la Argentina sucede algo así con los country clubs: se trata de zonas delimitadas, exclusivas, cercadas, donde una empresa constructora o urbanizadora vende o bien los lotes (para que los propietarios construyan sus casas), o bien venden a quienes deseen ir a vivir al lugar el lote con la casa ya construida. Allí también hay que someterse a una aprobación para ir a vivir.

Fuera de esta situación, no existe en la Argentina la figura del "condo" estadounidense. Sí tenemos en Buenos Aires los edificios de departamentos, regido por un consorcio de propietarios que carece de personería jurídica y rige, en base a un reglamento de copropiedad, las relaciones y los aconteceres diarios del edificio.

También hay en Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires una figura inmobiliaria híbrida, el "departamento tipo casa": se trata de dos o tres (a veces, un poco más) departamentos construidos sobre un mismo lote, que suele ser de buenas dimensiones. Al primer departamento se suele acceder por una puerta independiente, y a los departamentos que se construyen a continuación del primero se accede a través de un pasillo cuya puerta da a la calle. En otros casos, se accede a todos los departamentos a través del susodicho pasillo. La cuestión es que uno accede a una pequeña "casita", en un consorcio de poquísimas unidades, por un valor mucho menor que el de una casa propiamente dicha. Otra ventaja es que estos departamentos tipo casa, al tener pocas unidades, no deben soportar los abultados gastos que sí deben soportar los edificios: portero, vigilancia, iluminación, artículos de limpieza, ayudante del portero, etcétera.

3) Por otra parte, en el Código Civil Argentino sí existe la figura del "condominio", pero como variante de la figura del "dominio": hay condominio cuando dos o más personas son dueñas a partes ideales de un mismo bien. Como puede inferirse de esta definición, el bien puede ser un inmueble, pero bien puede ser un auto, un caballo u otro bien.

4) Algunas inmobiliarias y constructoras porteñas denominan "condo" a edificios de departamentos tipo casa de jerarquía, y le dan esta denominación sofisticada para poder cobrarlos más y para atraer a personas que puedan pagar dicho precio. De ninguna manera puede equipararse esta tilinguería con el "condo" estadounidense.


Como ven, desgranar todo este razonamiento me llevó más o menos unos diez días. Pero la conclusión a la que arribé bien valió la pena: ¿tenía sentido confundir al televidente argentino poniendo una y otra vez la palabra "condo" en la traducción del capítulo de marras? No, me pareció que no tenía sentido, y que con traducir "condo" como "departamento" era más que suficiente; en primer lugar, porque lo que se veía en pantalla era un departamento, por dentro de éste y por fuera, en las tomas en exteriores. No importaba la figura jurídica que lo rigiera: lo que yo veía era un departamento; lujoso, sí, pero departamento al fin. En segundo lugar, lo que importaba aquí era el contraste: la mentada diseñadora se mudaba a flor de casa, tremenda casa, entonces el contrapunto entre "departamento" y "casa" era claro. No hacía falta mencionar específicamente que se mudaba de un "condo", palabra que, como quise demostrar a partir de los puntos 1) a 4), podía llegar a no entenderse o a traer confusiones.

En alguna oportunidad vi, en algún foro de los que a veces frecuento, que alguien preguntaba: "¿Cómo traduzco la palabra 'condo'?". Como traductora, considero que esa pregunta, así formulada, a boca de jarro, sin contexto, sin saber si tiene importancia decirle al lector si es un "condo" o no lo es, está mal formulada. Además, en los mencionados foros, jamás veo que digan "se trata de un texto que va a ser leído por público español / mexicano / chileno / etc.". Lo digo porque en España, el departamento no se llama "departamento": se lo suele llamar "piso". Y en Buenos Aires, un "piso" es una cosa bastante distinta: es un flor de departamento, que no comparte el nivel asignado (primer piso, segundo piso, etcétera) con ningún otro departamento, sino que ocupa la totalidad de la superficio de dicho nivel. Es fundamental, además de mencionar el contexto en que aparece la palabra, tener una idea aproximada de qué público leerá la traducción, porque, como se ve hasta acá, las diferencias terminológicas son muchas.

Para redondear: en el caso del "The Rachel Zoe Project" no tenía importancia traducir específicamente la palabra "condo", porque la tomé como un departamento, por los motivos enunciados. La conclusión que saco es: ¿realmente debemos preocuparnos por cada palabra que aparece en un texto, quedarnos pegados a ellas, o es más importante adaptar el texto meta a la realidad a que se refiere el texto fuente y obtener un resultado natural y, sobre todo, inteligible para el público lector? Quienes me sigan desde hace un tiempo saben cuál es mi respuesta.