Con algunos verbo sucede lo siguiente: yo no ejecuto la acción en forma directa, sino que le encargo a otro (persona o cosa) que la ejecute. Es decir, casi, casi una expresión gramatical de la famosa frase de Bart Simpson, "yo no fui".
Un agotador infomercial que se difunde por cable en Buenos Aires promete que su plancha a vapor "desaparece las arrugas". Caos en mi tímpano, atentado contra el sentido común. En realidad, la susodicha plancha a vapor "hace desaparecer las arrugas". El verbo "desaparecer" es intransitivo. Fijémonos, si no: "La niña desapareció", y si la oración termina ahí tiene perfecto sentido y es gramaticalmente impecable. El verbo "desaparecer" sólo es transitivo si lo uso de manera causativa, es decir, si lo expreso de manera tal que le hago hacer algo a la plancha a vapor: "La plancha a vapor hace desaparecer las arrugas".
Otro ejemplo es "correr la voz" o, como anunciaba un candidato a Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires en las últimas elecciones, "corré la bola". Estos usos están mal, son ilógicos y además suenan mal: lo que corresponde es "hacer correr la voz" o "hacer correr la bola", que en Buenos Aires es lo mismo. "Bola", en esta frase, reemplaza a "voz".