Participo del
foro de LinkedIn de ex alumnos de la Facultad de Derecho. En el debate que se
encuentra en la siguiente dirección:
una abogada
forista señalaba con indignación otro sitio de Internet (http://www.computrabajo.com.ar/bt-ofrd-donfiorentino-7148.htm)
donde figuraba el siguiente aviso:
Procuradora Ad Honorem
Buscamos estudiante de los primeros años de la carrera de abogacía para Reconocido Estudio Jurídico en Ramos Mejíoa, para realizar tres veces por semana part time tareas de procuración en Capital Federal Ad Honorem en sus comienzos. El Estudio abona los viáticos.
Días y horario de trabajo de 7:30 a 13:00hs tres veces por semana (a convenir días)
Buscamos estudiante de los primeros años de la carrera de abogacía para Reconocido Estudio Jurídico en Ramos Mejíoa, para realizar tres veces por semana part time tareas de procuración en Capital Federal Ad Honorem en sus comienzos. El Estudio abona los viáticos.
Días y horario de trabajo de 7:30 a 13:00hs tres veces por semana (a convenir días)
A la vez, otro
forista respondió:
ABRO CITA
Una vergüenza, nadie tiene ni debe
trabajar gratis con la excusa de que lo que te llevás es la experiencia. Me
indigna cómo colegas bastardean nuestra profesión.
CIERRO CITA
En todos los
foros de traductores se habla con insistencia sobre nuestra conflictiva
relación con las tarifas, el dinero, los honorarios y los clientes. En cierto
foro (del que participé) se hacen constantes comparaciones entre lo desventajosos
que son los tratos con el cliente en la profesión del traductor y la profesión
de, por ejemplo, el abogado o el escribano. En ese foro constantemente se hace
alusión a que nadie le discute los honorarios al escribano ni al abogado, mientras
que, a los traductores, los clientes nos discuten las tarifas, y cómo.
También se habla
largo y tendido en ese foro sobre que los estudiantes de traducción no deben
trabajar aún como traductores puesto que son presa fácil de las agencias
inescrupulosas de traducción. Y se habla, por supuesto, de las agencias
inescrupulosas de traducción y las tarifas miserables que pagan.
Veo, a partir del
aviso publicado, que no somos los traductores los únicos que la pasamos mal. Los
abogados recién recibidos también están expuestos a ser explotados, como lo
demuestra el aviso. Lo que me interesa resaltar es que en ciertos foros
(visitados casi todos por las mismas personas; felices de ellas, puesto que
parecen tener mucho tiempo disponible para participar tanto de tantos foros) se
insiste hasta el hartazgo en la cuestión de la explotación del traductor novel
y no tanto. Y cuando una servidora ha intentado en alguno de esos foros bajarle
el tono a la cuestión argumentando que esa explotación no es patrimonio
exclusivo de los traductores (cosa que parecen transmitir los mensajes de esos
foristas alarmistas), la han tratado a una servidora casi como traidora a la
patria. Claro, imaginate: les quitás el rol de víctima y les quitás parte de su
identidad.
Los médicos
recién recibidos y los no tanto también son objeto de explotación en los
hospitales, en las prepagas y en las obras sociales. También hay meritorios/pasantes
en los estudios de arquitectura, hay meritorios en la industria del cine y la
televisión, y yo, que fui secretaria durante mucho tiempo (en mi vida pasada),
debí trabajar la mayor parte de ese tiempo por sueldos insatisfactorios. Colegas,
en esta bendita Argentina a la mayoría le pasa lo mismo. Fingir que es un
problema exclusivamente nuestro es un poquitín soberbio, ¿no?