miércoles, 18 de enero de 2012

Independencia, tanto como se pueda

Intentaré ser breve porque tengo mucho trabajo: el otro día me escribió un lector del blog. En su mensaje hablaba de mi artículo "Pobre gerundio", y me decía que el gerundio tenía otras funciones que yo no había mencionado.

Es verdad: hay formas aceptadas de utilizar el gerundio que yo no mencioné en el citado artículo. Entonces, aprovecho esta oportunidad para volver a decir lo que ya llevo dicho en otras partes de este blog: yo tomo un tema, apenas una fracción de algún tema, y hago algún comentario. Recomiendo a todos los interesados en conocer más sobre la mecánica y las leyes (sí, las leyes) de la lengua castellana hacerse de buenos libros para profundizar en esas superficialidades en las que me regodeo.

Es decir, aliento a quienes deseen aprovechar la sugerencia que sean independientes. Este blog no pretende dar todas las respuestas, y ni siquiera algunas respuestas. Este blog es el entramado de mis desvaríos. ¿Por qué hablé en este blog del "Curso práctico de corrección de estilo" de Susana Rodríguez-Vida? ¿Porque ella me pagó para que se lo promocionara? No. Hablé de él porque lo considero un magnífico título para que todos lean. ¿Por qué hablo del diccionario María Moliner? ¿Porque me pagaron para hacerlo? No. Hablé y hablo de él porque es una magnífica fuente de conocimiento de la lengua castellana, y tan entretenida como el volumen de Rodríguez-Vida.

En el Traductorado nos adiestraron muy bien: profesores como Ricardo Chiesa y Moira Parga nos brindaban dos o tres textos sobre cada tema. ¿Había que estudiar derechos reales en la legislación de Gran Bretaña? Pues bien: allí aparecían apuntes de dos o tres libros. La idea era ver de qué manera un mismo tema era tratado por distintos autores. El sentido era comprobar cuáles eran las diferencias y las similitudes. Aquí sucede lo mismo: conviene que te hagas de varios libros para ver cómo los distintos autores tratan un mismo tema; por ejemplo, el gerundio. Pero es importante que vayas a los libros. En mi opinión, los blogs de Internet (éste incluido) y algunos sitios también de Internet apenas rozan las cuestiones.

La diversidad de fuentes, además, va a hacer que vos te formes tu propia opinión sobre cada una de las cuestiones. Y, también en mi opinión, ése es el sentido de encarar cualquier estudio, de cualquier cosa, desde ingeniería genética a ikebana: que vos te formes tu propio criterio de cómo son las cosas y de cómo deberían ser las cosas. De esta forma, pensás vos y evitás que piensen por vos, que te impongan un pensamiento dominante o hegemónico. De esta forma, sos artífice de tu destino y no sencillamente un seguidor al que lo llevan de las narices; pero todo esto siempre y cuando tengas vocación de independencia, claro. 

En resumen: este blog no es el punto de llegada, sino el de partida. Es apenas abrir dos centímetros la persiana del idioma, pero los lectores que así lo deseen tienen que abrir solos el resto de la persiana y seguir investigando y leyendo. Para mí, no hay mejor cosa que la independencia, el bucear sola y encontrar las cosas insospechadas. Como aventura de vida, y a la luz de la mediocridad en que a veces me encuentro sumergida, me parece fantástica.