Ayer, 1 de enero de 2012, la programación televisiva dejaba mucho que desear. Las repeticiones de programas vistos hasta el hartazgo -porque ya venían repitiéndose durante el año; 2011 fue un año de pocas novedades- presentaban un panorama propicio para leer, por ejemplo. Me dediqué a seguir con el nada fácil "Vigilar y castigar", de Michel Foucault.
Pero no obstante ello, también vi un poco de televisión. Enganché uno de los programas que Narda Lepes tiene en el Nardachannel (ex Utilísima). En dicho programa, Narda se quejaba de que, en ocasiones, cuando va a dar alguna clase de cocina, siempre hay algún alumno que pregunta: "¿Qué es una pizca?".
Cuando narraba la situación, a Narda se la veía impaciente. Y la entiendo. Es inconcebible que un pibe o piba que ya tienen ¿cuánto? ¿diecisiete, dieciocho años? no hayan abierto el diccionario para ver qué significa tal palabra. También impacienta el comprobar que hay personas que no son capaces de relacionar las palabras, el sonido, con la realidad. Si yo digo, si alguien dice "una pizca de sal", y esa persona está explicando la receta, yo pregunto: el susodicho alumno ¿no ve que quien explica está tomando un poquitito de sal entre sus dedos, una cantidad que es claramente inferior a la de una cucharadita tamaño café?
Caramba. Cuando se dice "una pizca de sal" no estamos hablando de un arcano concepto relacionado con la neurocirugía, ni con la astrofísica, ni con la energía nuclear. Como insistentemente reitero en este blog: falta sentido común, falta buen criterio, falta relacionar las palabras con la realidad.
Hasta aquí, la impaciencia de Narda. A partir de aquí, mi impaciencia: Narda, cuando convertís los verbos pronominales en pseudo-verbos intransitivos o en verbos transitivos que no tienen objeto directo, también me ponés impaciente, tanto como vos te ponés impaciente con el chico/chica que te pregunta qué es una pizca. Narda, por amor de los dioses romanos, las tortas no "cocinan"; las tortas "se cocinan". La panceta no "dora": "se dora". La manteca no "funde": "se funde", y así al infinito con todos los verbos que denotan acciones que la cosa ejerce sobre sí misma o que denotan paso de un estado a otro. Como se ve, todos tenemos motivos para impacientarnos.
Y ya que en otros artículos estaba yo hablando de calcos del inglés, para todos aquellos interesados, esta moda de convertir los verbos pronominales (entre los que se encuentran los reflexivos) es un calco del inglés. En inglés hay muy pocos verbos que se construyen en forma reflexiva. Uno de ellos es "hurt" en "get hurt". Cuando "hurt" está solito, su equivalente en castellano es "herir (a otra persona, a un objeto directo). Cuando se dice "get hurt", su equivalente es "herirse (a uno mismo)". Fuera de este verbo y algunos otros, muy pocos, el tiempo presente y el tiempo pasado de los verbos ingleses suelen ser multifunción: según el contexto corresponden al modo indicativo, al modo subjuntivo o son verbos transitivos o reflexivos.
La distinción entre un verbo transitivo al que le falta el objeto directo, un verbo intransitivo que rechaza todo objeto directo y un verbo pronominal (insisto, los verbos reflexivos son un subconjunto de los verbos pronominales) es necesaria. Si la idea de confundirlos y "sonar como si hablara inglés" es un rasgo de tontuela sofisticación. En todo caso, buscate la sofisticación por otro lado; por ejemplo, hablando el castellano según la norma. ¿Qué te parece?