... y cuyo nombre tal vez las haga incomprensibles. Por ejemplo, ¿cómo se llama en Buenos Aires el negocio donde se compran alimentos sueltos "naturales", como frutas secas, frutas desecadas, cereales, hierbas para hacer té, legumbres, budincitos "sin azúcar ni conservantes" y cosas por el estilo? Se llama "dietética", así nomás, a secas, con género femenino y sin ningún sustantivo que acompañe dicha denominación. Es lo que en inglés se llamaría un "healthy food store".
¿Y cómo se llama el negocio donde se compran artículos para hacer artesanías y -los que pueden- arte? Me refiero a óleos, pinceles, crayones, pasteles, témperas, acrílicos, caballetes, papeles y etcéteras varios. Ese negocio se llama "artística", tambíen así, solito el pobrecito adjetivo, sin ningún sustantivo que lo sostenga. Y su equivalente en inglés es el "craft store".
Pero bueno, esto de los adjetivos que cobran vida y raíces propios y crecen y se desarrollan sin el "tutor" de un sustantivo es una cuestión de larga data en el castellano, y también en el inglés. Quien pide un "cortado" también está utilizando el mismo procedimiento: originalmente se trataba de un "café cortado", pero resulta que el adjetivo se vuelve tan utilizado que llega a opacar y hasta a reemplazar al sustantivo. Uno más de esos casos en que el actor secundario cobra tanto vuelo y le gusta tanto al público que no sólo desplaza al protagonista de la película, sino que hasta le ofrecen programa propio. Ángel o carisma, que le dicen.