El blog de Luisa Fernanda Lassaque. Una mirada argentina sobre el idioma castellano, el idioma inglés, la traducción de una lengua a otra, la filosofía del lenguaje, el lenguaje de los medios y yerbas anexas
viernes, 2 de diciembre de 2011
En torno de Babel, un libro de Laura Bertone
Encontré entre viejos apuntes del Traductorado y del CBC (Ciclo Básico Común, una especie de curso preparatorio, introductorio y obligatorio que deben realizar los ingresantes a cualquier carrera de la UBA) el siguiente resumen del libro indicado en el título.
Lo que sigue, entonces, es apenas un resumen, un esbozo del libro, y de ninguna manera lo reemplaza, sino que lo complementa a manera de apunte ayudamemoria. "En torno de Babel" (Editorial Hachette, 1989) es un libro de lectura sumamente agradable, lleno de ejemplos, muy bien escrito y cuya lectura completa recomiendo amplia y fervientemente.
En torno de Babel - Laura Bertone
Capítulo I - Más acá y más allá de las palabras
- La corporalidad y la co-presencia espacio-temporal en la interpretación de conferencia permiten al intérprete percibir y procesar una serie de datos potencialmente explicitables, pero no necesariamente explicitados.
- Conocer la identidad del orador implica reconocer ese aspecto de su personalidad o de su función pertinente a la situación que nos ocupa. Habrá, sobre todo, que saber, según los casos, qué país, organización o institución representa, cuál es su rol o función frente a todos los otros grupos o intereses representados.
Capítulo II - Lo implícito
- La equivalencia en lo "dicho" no asegura necesariamente la equivalencia del mensaje.
- La equivalencia en la forma no garantiza la equivalencia del contenido y sus efectos.
- Si logramos determinar la equivalencia del mensaje entre dos fragmentos que difieren en su superficie y si al mismo tiempo podemos determinar la no-equivalencia entre dos mensajes transmitidos por dos fragmentos idénticos, es que hay dimensiones del discurso que no están contenidas en lo "dicho".
- El intérprete reprodujo el ACTO DIRECTO de negación, pero transformó el ACTO INDIRECTO de rechazo en un acto casi conciliador. Para usar la terminología de Searle, diríamos que se respetó el ACTO ILOCUTORIO SECUNDARIO ("secondary illocutionary act"): la negación, pero no así el ACTO ILOCUTORIO PRIMARIO ("primary illocutionary act"): el rechazo.
- El intérprete transgredió el contrato -tácito- de complicidad entre ambos y falseó su interpretación, NO POR LO QUE SE DIJO, SINO POR CÓMO LO DIJO. En otros términos, falseó la traducción al traicionar lo implícito.
- La traducción computadorizada logró sus primeros éxitos con textos técnicos o científicos donde el contenido semántico de los términos utilizados había sido codificado unívocamente de antemano y donde la dimensión implícita prácticamente deja de existir.
- En la comunicación oral, la entonación, el acento y los gestos ponen de manifiesto lo implícito que se usa como puente.
- Hay que mantenerse siempre alerta porque quien tiene la palabra puede, en todo momento, sorprendernos. ¿Cómo? Por la forma de usar las palabras y por su posible irreverencia ante ciertas leyes implícitas que rigen los comportamientos sociales. Cualquier hablante puede, después de todo, romper el silencio impuesto a ciertos temas y verbalizar lo que los demás no se animan a decir.
- (...) me parece oportuno recalcar con Ducrot que "lo importante, para nosotros, es que, en todos los casos, la significación implícita (que abreviaremos "Si") aparece -e, inclusive, a veces, se da como algo agregado a otra significación que denominaremos "literal" ("Sl"). Para definir mejor la naturaleza de agregado o de plusvalía, se observará por empezar que la significación implícita Si siempre deja subsistir a su lado la significación literal Sl. Si bien es ciert que decir "¿Qué hora es?" puede acarrear la Si "Es hora de que se vayan", también es cierto que, aun en este caso, el enunciado sigue teniendo la Sl "Es tal hora", y que el interlocutor siempre tendrá la posibilidad de responder en relación con esta última interpretación.
- Los argumentos del intérprete en defensa de la significación literal no bastaron: al tergiversar lo implícito, alteró el sentido. La dimensión implícita gana autonomía.
- a) Lo implícito como manifestación involuntaria.
Durante la inauguración de una sesión en la Cámara de Diputados austríaca, el presidente anunció: "Señores diputados, tras haber verificado el número de presentes, se LEVANTA la sesión". El presidente deseaba levantar cuanto antes una sesión de la que nada bueno esperaba.
¿Qué debe hacer un intérprete ante tales casos? ¿Debe hacer caso omiso del lapsus, o debe reflejarlo reproduciéndolo o explicándolo? En un caso como éste, más vale que lo deje traslucir por dos razones:
1) porque la reacción de los oyentes que escuchaban el discurso original habría advertido a los que dependían de la traducción que algo gracioso había ocurrido, y éstos, seguramente, querrían conocer las razones de tanta hilaridad para reír también;
2) porque si Freud y Meringer se hubieran encontrado en el recinto, y si hubieran dependido de la interpretación para entender, seguramente habrían querido conocer el lapsus, repleto, para ellos, de sentido.
Para dar una respuesta a la pregunta formulada, será necesario tomar en consideración el tipo de reunión: la importancia de un lapsus -y de su traducción o explicación- variará según se trate de una reunión técnica sobre el cultivo de las arvejas, de una negociación entre jefes de Estado o de la declaración de un procesado ante un juez.
- b) Las maniobras estilísticas
- Conjunto de medios de que dispone el orador para inducir un determinado efecto.
- ¿Qué hace el intérprete para decir sin decir lo que el orador dijo sin haber dicho? Debe preservar el delicado equilibrio entre fondo y formas y tratar de reproducir los mismos actos directos e indirectos que el orador.
- c) La retórica connotativa
"Cuando Stendhal emplea una palabra italiana, no es solamente -ni tan siquiera necesariamente- debido a la significación propia de esa palabra (y porque ningún término francés la expresa exactamente), sino para que "parezca italiano", para que "suene peninsular". Lo mismo diríamos de ciertos usos de palabras técnicas, dirigidas a dar "la impresión de algo técnico", a significar la tecnicidad ... (O. Ducrot, "Dire et ne pas dire", París, Hermann, 1972, páginas 16 y 17)".
Capítulo III - El móvil
- Uno de los axiomas de la profesión que resulta sumamente útil: "forget the words; think of what he means".
- La premisa "no interpretar lo que el orador dice, sino lo que éste quiere decir". Podría llegar a implicar que la tarea del intérprete consiste en explicitar los implícitos. Nada más erróneo. A menudo, el intérprete, como cualquier oyente, sabe exactamente qué quiere decir el orador, pero no lo "dirá", si el orador eligió no "decirlo" abiertamente.
- Ley tácita entre los intérpretes: comprometerse, en la medida de lo posible, a respetar las maniobras estilísticas (como la ironía, la metáfora, la hipérbole), a respetar los implícitos y a mantener los actos indirectos. La traducción de "She is the cream of my coffee" por "Es la flor de mi vida" y no por "Es la crema de mi café" muestra que, para el intérprete, la equivalencia del acto prima por sobre la de las palabras. En este sentido, se interesa más en calcar lo que el orador hace que lo que dice.
- El intérprete hace la exégesis del discurso que escucha, lo que le permite descubrir los implícitos y captar los matices que tratará de restablecer en su versión, pero NO EXPLICITA NI EXPLICA QUÉ QUISO DECIR EL LOCUTOR. Explícitamente, es intérprete y no exégeta.
- ====> Desde la perspectiva del concepto de lo implícito, la fórmula "No interpretar lo que el orador dice, sino lo que quiere decir" deja de ser válida.
- Aunque un intérprete genial lograra hacer una exégesis notable, se perderían algunos efectos. Estos efectos, directamente vinculados al ESTILO, deben tomarse en cuenta al interpretar; omitirlos o cambiarlos puede también tergiversar la interpretación. Desde la perspectiva del estilo, la fórmula pierde igualmente validez.
- ¿Cómo es posible, entonces, que este axioma sea aceptado por intérpretes y traductores, y por qué, sobre todo, funciona bien con los principiantes? Porque el estudiante, en vez de procesar las palabras "en la superficie", tratará de vincularlas y de entenderlas en función de ciertos datos: quién, a quién, dónde, cuándo y por qué.
- "No interpretar lo que el orador dice, sino lo que éste quiere decir" admite la existencia de dos áreas: el decir y el querer decir. La fórmula resulta eficaz porque al referirse al QUERER DECIR concentra nuestra atención en la intencionalidad del orador y, al enfatizarla, pone el acento en el enunciador. Nos obliga así a reconocer la existencia de dos dimensiones: el decir y el querer.
- No nos cabe más que alentar su uso en la práctica y proponer otra, más refinada, de valor teórico: NO SE PUEDE INTERPRETAR LO "DICHO" SINO EN FUNCIÓN DE UNA HIPÓTESIS SOBRE LA INTENCIÓN DEL ORADOR, QUE SE ELABORA A PARTIR DE LOS DATOS CONOCIDOS O INFERIDOS DE LA SITUACIÓN DE ENUNCIACIÓN.
El intérprete-exégeta y el intérprete-puente
- La hipótesis sobre la intencionalidad del orador forma parte de un conjunto más vasto de hipótesis que formulamos sobre los interlocutores y sobre los objetivos del encuentro y la reunión. Dichas hipótesis se elaboran con los datos de que disponemos antes de la reunión y con los que aprehendemos durante ella.
- Aun los elementos que podríamos clasificar de entrada como "no deliberados" -tal como el acento culto o popular- nos ofrecen información que utilizamos, aun sin saberlo, para elaborar hipótesis sobre las intenciones del orador.
Capítulo IV - Señales divergentes o contradictorias
- Las diferencias y las desviaciones entre el discurso del orador y el del intérprete propulsan varias constataciones en el ámbito de la interpretación.
1) el intérprete tiene la voluntad manifiesta de entender y de hacer entender;
2) hay una búsqueda de coherencia, evidente también en la exégesis que hace del discurso que traduce;
3) prefiere, generalmente, callar -y pecar por omisión- antes que repetir palabras cuyo sentido no comprende en el contexto en cuestión y con los elementos de juicio de que dispone;
4) cuando se siente desbordado por el número, la velocidad y las contradicciones de las informaciones que recibe, hace una selección y toma decisiones espontáneas que parecen regirse por dos principios: conservar lo esencial y ser lógico. Avanzo la hipótesis de que, en tales casos, y aun buscando a todas luces la coherencia, reflejará las dudas, las contradicciones y las incoherencias (a menudo, a su pesar) a través del tono de voz, la respiración o el acento.
- Una característica del discurso: puede contener (y, de hecho, contiene, a menudo) signos contradictorios o señales divergentes.
- Si hay contradicción entre el mensaje que se quiere transmitir y el contenido semántico de los términos empleados, prevalecerá la ambigüedad y perderá fuerza el enunciado y la credibilidad del enunciador.
- El rechazo espontáneo y total de proposiciones de este tipo por parte del intérprete -y de cualquier otro parlante- parece indicar que nos encontramos en presencia de uno de los principios que rigen los actos de habla: no podemos enunciar sucesivamente una cosa y su contrario sin cambiar de contexto, de marco o de nivel.
- Si hay contradicción entre lo que alguien dice y la situación de enunciación, los enunciados perderán fuerza y credibilidad, y habrá que cuestionar la posición del enunciador (por ejemplo, ¡No digas malas palabras, carajo!).
Capítulo V - Los dos ejes
- Eje de la simultaneidad: percepción de elementos extradiscursivos copresentes.
- El intérprete introduce más adelante lo que salteó en la línea 5. No había entendido las palabras en el momento de su enunciación. Sólo logró deducirlas, después, por el contexto. Señalamos la existencia de otro eje, que llamaremos "de la sucesividad o diacrónico".
- El eje de la simultaneidad o sincrónico establece una relación entre elementos que pueden ser de diversa naturaleza: un fragmento de discurso y otros objetos o acciones. Se establece, así, una relación en un momento determinado del tiempo entre dos percepciones diferentes: lo que alguien escucha y lo que ve, lo que siente, etc.
- El eje de la sucesividad o diacrónico -también llamado "interdiscursivo"- establece una relación entre elementos que pueden ser de la misma naturaleza, pero que, al estar uno presente, los otros ya no lo están. Alguien establece un vínculo entre lo que está escuchando y lo que escuchó antes, entre la percepción auditiva actual y el recuerdo de percepciones anteriores.
Capítulo VI - La simultaneidad de las operaciones
- A partir de Jones, Kingdom y O'Connors, y estudios hechos, sobre todo, al principio, en inglés, sabemos que la entonación es portadora de sentido. Stanislavsky llegó a decir que: "... el acento es un dedo indicador. Subraya lo esencial de una frase. En la palabra así subrayada encontramos el alma, la esencia íntima, el cenit del subtexto".
- Todo término enfatizado supone la existencia de, por lo menos, un segundo término de comparación.
- El intérprete pudo también LEER el título de la enmienda ("Traducción y edición de libros y publicaciones") e INCLUIRLO en su versión sin perder el hilo. Se aparta del orador para completar la información que estima pertinente. Este añadido refleja el funcionamiento del eje de la simultaneidad al cual se superpone el funcionamiento del eje de la sucesividad.
- Atraer la atención sobre oposiciones inexistentes en el discurso equivale a proveer pistas falsas sobre los elementos que serán los pilares que necesitaremos para establecer relaciones y recrear el sentido. "Un acento mal colocado deforma una palabra o mutila una frase...". De esta manera, el informe de una reunión puede falsear la veracidad de lo ocurrido aun sin omitir nada de lo dicho y sin agregar ninguna inexactitud: el desplazamiento del énfasis, la insistencia en una determinada idea en vez de otra pueden alterar profundamente el sentido. Resulta divertido, a veces, comparar las versiones de una misma conferencia de prensa en medios de diferentes tendencias.
- El intérprete SABÍA que esta información no era necesariamente pertinente aquí, ya que acababa de ser explicitada en otro lado. El eje de las sucesividades está en acción: el recuerdo de las partes anteriores del discurso viene en auxilio del intérprete para ayudarlo 1) a interpretar un nuevo fragmento y 2) a tomar decisiones sobre los elementos a retener o a eliminar.
- Es justamente en esos "lugares" del discurso en que el intérprete subraya, agrega, elimina o transforma que sentimos con mayor nitidez que él se hace cargo de su versión y se convierte en verdadero enunciador en este acto desdoblado de enunciación. Aquí queda sellado y lacrado el contrato entre intérprete y orador, contrato que hemos calificado de "complicidad", por el cual el intérprete se compromete a adoptar el punto de vista de quien tenga la palabra.
- Cuatro principios de cooperación enunciados por Grice (H. P. Grice "Logic and Conversation" en "Syntax and Semantics, Pragmatics", editado por Peter Cole, London Academic Press, 1975):
a) cantidad
b) calidad
c) pertinencia
d) claridad
Capítulo VII - Recapitulación
- El análisis de las divergencias se convierte en el método de trabajo. Esto implica un presupuesto: que los bilingües saben cuándo hay equivalencia entre dos textos en diferentes idiomas y cuándo no la hay y pueden, por consiguiente, reconocer las desviaciones y las divergencias.
- Cuando los semiólogos y los teóricos del discurso hablan de "sentido", lo hacen a partir del punto final de un texto. Al trabajar simultáneamente, lso intérpretes ni siquiera esperan el final de un enunciado para iniciar su tarea. La simultaneidad de esta actividad es un factor desconcertante; su estudio puede colocarnos en la huella correcta para rastrear los procesos psicológicos que entran en funcionamiento al comprender y al hablar.
- Cuando los lingüistas hablan de sentido buscan los componentes invariables del sistema que nos permite comunicar. Los intérpretes saben que la entonación, el acento, los gestos, los silencios son tan importantes para la reconstitución del sentido como las palabras que se hayan empleado, y que es a partir de esta constelación de variables que se logra reconstruir el sentido en un acto de comunicación.
- Lo que acabamos de hacer, a lo largo de estas páginas, es considerar como objeto de estudio no ya los sonidos, ni los fonemas, las estructuras o los signos que nos permiten comunicarnos, sino el ACTO fugitivo y complejo durante el cual dos personas físicamente presentes hablan e intractúan.
- El objeto único -como gusta decir Magariños de Morentin (Curso de Semiología Estructural, Buenos Aires, ILAE, 1976)- es inabordable. Al no poder distinguirlo de su entorno, simplemente no existe. Sus características y su composición sólo se vuelven visibles en relación con otro objeto.
Capítulo VIII - Algunas conclusiones
Conclusiones I:
1) Tratamiento de la información en profundidad: si el intérprete hubiera trabajado "en la superficie", habría podido, en todos los casos, decir exactamente lo dicho por el orador.
2) Frente a las señales divergentes o contradictorias, el intérprete utiliza a menudo la estrategia del silencio: callándose, se da más tiempo para procesar la información conflictiva y/o para permitir la llegada de nuevas señales que le indiquen el camino a seguir.
3) Cuando el intérprete percibe señales contradictorias y no logra detectar el lugar, el nivel o la forma en que se enmarañaron los pensamientos, acaba por callar o equivocarse. Cuando se equivoca, es frecuentemente por haber dicho ya demasiado para guardar silencio. Cuando calla, su silencio prueba dos cosas: a) su resistencia a decir algo que le parece ilógico, y b) la parálisis que provoca una orden contradictoria.
4) Cuando el intérprete percibe señales divergentes y logra detectar con precisión el lugar, el nivel o la forma en que se mezclaron los pensamientos, corrige espontáneamente al orador, repite voluntariamente el lapsus o explica a continuación qué ocurrió.
5) La presencia de informaciones contradictorias o de señales divergentes produce ambigüedad. El intérprete capta esta ambigüedad mucho más claramente que el resto de los oyentes porque el ejercicio de su profesión lo obliga a seguir muy de cerca al orador, a pasar el discurso por el tamiz de la razón y a tomar permanentemente decisiones sobre lo que él cree que quiso decir el orador.
Conclusiones II:
1) Es posible almacenar información y conservarla "en suspenso", aunque haya sido mal o parcialmente procesada.
2) La red de hipótesis que elaboramos para entender puede funcionar, paradójicamente, como un obstáculo para la comprensión, a menos que sea lo suficientemente flexible y dinámica como para auto-modificarse a medida que se incorporan nuevos elementos; es ella quien nos permite, finalmente, saber algo más o algo diferente de lo que sabíamos en un comienzo.
Capítulo IX - Las estrategias
- Ley fundamental de la traducción y una estrategia importante para el intérprete: RELACIONAR el elemento para traducir con lo que le precede y lo que le sigue, RELACIONAR la parte con el todo, lo que lee o escucha con lo que sabe, lo que oye con lo que ve.
- Sabiendo que podría aclarar la información ulteriormente, gracias a alguna reiteración del concepto, a su propia capacidad de inferencia retroactiva o a la ayuda del colega de cabina, hubiera podido y DEBIDO utilizar la estrategia de la generalización.
- A la estrategia del silencio habrá que agregar la de la "pulcritud forma". Cuando el intérprete no entiende algo, prefiere callarse y pecar por omisión; así, se salteará toda una frase, una subordinada, algunos calificativos, algunos elementos dentro de una enumeración. Cuando dijo demasiado como ara guardar silencio preferirá, sin embargo, terminar correctamente la oración, al menos desde el punto de vista sintáctico. No dejará una proposición a medio andar. En otras palabras, no se trata de saltear "lo que venga"; hay que saber exactamente qué se puede omitir (ver capítulo "Atando cabos"). Y, en todo caso, el intérprete mantiene siempre en sus manos el manejo del eje de la sucesividad que le permitirá completar o corregir la información a posteriori.
- Aunque antes de iniciar su trabajo el intérprete no haga un ejercicio físico de relajación, como el actor, para tratar de encontrar lo que Stanislavski llamó "el punto cero", interrumpe todo monólogo interno al entrar en la cabina y deja fuera preocupaciones y problemas personales.
Capítulo X - Sobre la relatividad del sentido
- Los componentes fonológicos y semánticos son siempre los mismos, pero los ACTOS DIRECTOS, LAS IMPLICATURAS y los implícitos serán forzosamente diferentes, ya que dependen del conocimiento compartido sobre la situación y el contexto.
- Dos actos compuestos por los mismos ACTOS FONÉTICOS, FÁTICOS y RÉTICOS difieren en la FUERZA ILOCUTORIA -responsable de los sobreentendidos, los implícitos y los subtextos- que depende directamente de la intención del orador.
Conclusiones:
1) La forma en que se dice algo puede alterar el sentido de lo que se dice.
1') Para interpretar hay que tener en cuenta lo que dice el orador y la FORMA en que lo dice.
2) Al decir algo de cierta manera, se puede HACER algo diferente (incluso lo opuesto) de lo que se dice.
2') Para interpretar hay que tener en cuenta lo que el orador DICE Y LO QUE SE HACE al decir lo que dice en la forma en que lo hace.
3) Para que dos o más personas entiendan lo mismo, es necesario que establezcan las mismas relaciones entre los mismos elementos.
3') Cuanto más se conozca sobre la situación de la enunciación, tanto mejor se podrá interpretar, ya que habrá más posibilidades de conocer los mismos elementos que el orador y habrá más posibilidades de establecer las mismas relaciones que él.
4) Entendemos por "sentido" a la resultante dinámica de la relación entre lo que alguien dice con el hecho de decirlo de determinada manera en las actuales circunstancias y con el hecho de hacer lo que hace al decir lo que dice.
4') Interpretar es recrear y transmitir el sentido de lo dicho y hecho por el orador; es tratar de decir lo que dice el orador en la misma forma para producir los mismos efectos.
5) La consideración de otra variable, o la adquisición de un nuevo dato ya existente, pero no percibido hasta el momento, puede modificar la comprensión (o el sentido) de un discurso o de un fenómeno dado. Deducimos de ello el carácter dinámico y relativo del sentido. Todo mensaje o fragmento de mensaje es como la fórmula o la ecuación que el matemático encierra entre paréntesis: su valor puede ser totalmente modificado, por un multiplicador ubicado fuera del paréntesis que, por otra parte, puede agregarse siempre, aun muchos años más tarde" (G. Bateson, "Vers une écologie de l'esprit", Vol. II, París, Seuil, 1980, página 54).
Capítulo XI - El papel del intérprete
- El intérprete interpreta -o debería interpretar- un discurso improvisado y espontáneo que normalmente desconoce. Pero hemos demostrado que una de las tareas del intérprete consiste, justamente, en formular hipótesis acerca de los participantes, sus objetivos, intereses y el objeto de la reunión. "El acto de tomar la palabra no es ni libre ni gratuito", dirá Ducrot. "No es libre en el sentido de que se deben cumplir ciertas condiciones para tener el derecho de hablar, y de hablar de tal o cual forma. No es gratuito en el sentido que toda palabra debe presentarse como motivada, como respondiendo a ciertas necesidades o apuntando a ciertos fines".
- El intérprete sólo juega a hacer creer que cree en lo que dice el orador. Se ubica espontáneamente de su lado y trata de ver las cosas desde su punto de vista: es lo que hemos llamado "la complicidad orador-intérprete".
- Su tarea consiste en encontrar la equivalencia en la diferencia y en conectar dos mundos separados. Sin embargo, todas las libertades que se toma no tendrán por objetivo más que el de serle fiel al orador. ¿Libertad? Sí; sumisión, sobre todo. Henos aquí frente a una primera paradoja.
- Cuanto mejor trabaja, tanto menos los oyentes perciben su presencia y la complejidad de su labor.
- Teniendo en mente la clasificación sociológica que hace I. Goffman en "The Presentantion of Self in Everyday Life", nos tentaríamos de ubicar al intérprete como al servidor, en la categoría de "no persona".
- Si a los sirvientes, los niños, los viejecitos y los dolientes se los considera "no persona" es porque se les niega el derecho a la palabra o porque hay serias resistencias a tomar seriamente en consideración lo que digan, mientras que la función definitoria de la labor del intérprete es justamente el habla, una de las actividades más específicamente humanas que existen. No obstante, si bien es cierto que el intérprete tiene el derecho a la palabra y normalmente se toma seriamente en cuenta lo que dice, es solamente durante la sesión, la entrevista, la negociación o la conferencia; es decir, allí donde habla en nombre de otro. Este mediador indispensable en el proceso de la comunicación sólo tiene poder por procuración.
- El papel del intérprete es excepcional en el sentido que puede hacerse cargo del "yo" y del "tú" en el mismo acto de enunciación.
- Ocurre, a veces, "en simultánea", que el intérprete apague el micrófono para hacer comentarios al margen, especialmente cuando no comparte las ideas del ponente; puede, en efecto, resultar poco agradable asumir en primera persona ciertos discursos.
- El profesional se puede llegar a encontrar frente a una opción paradójica: si es fiel al orador y traduce lo que éste dice de la manera en que lo dice, su versión puede convertirse en una lupa que aumenta las incoherencias del orador, con lo cual corre el riesgo de que, por sus funciones respectivas, sea el intérprete (y no el expositor) de quien se sospeche primero.
- El intérprete puede ayudar a romper el hielo, a establecer un buen contacto, a dar confianza al visitante tímido de países lejanos, a explicar algunos códigos tácitos de comportamiento y a permitir que fluya la corriente entre dos o más personas de culturas, medios o civilizaciones diversas.
- Si el objetivo de la interpretación es permitir que la gente se comunique, éste conlleva una meta más ambiciosa aún: hacer que la gente se comunique PARA QUE SE ENTIENDA.
- Si, tal como lo afirma Grice, HABLAR ES UNA ACTIVIDAD ESENCIALMENTE RACIONAL, si el punto de mira del intérprete es el entramado racional subyacente en el discurso y los efectos que éste produce, la elección de este oficio parece ser un ACTO DE FE EN LA RACIONALIDAD Y LA EMOTIVIDAD DEL HOMBRE, esas dos capacidades que desbordan los límites de las lenguas y las culturas, y que abren bien grandes las puertas del entendimiento y la evolución.
Capítulo XII - Protocolo y ritual
- En pleno campo sociológico, I. Goffman trata de formalizar los códigos de interacción de la vida diaria utilizando el concepto de rol. Un rol es un modelo ordenado de modos de conducta en relación con una determinada posición del individuo en un contexto interactivo (Diccionario de psicología de Friederich Dorsch, Barcelona, Editorial Herder, 1985). Según esta teoría, todos, en la sociedad, asumimos permanentemente "roles" que varían con la actividad que desarrollemos o con el grupo social con quien nos toque interactuar. Cada unidad de interacción tiene ciertas reglas implícitas de comportamiento social inherentes a la distribución de roles y a la acción.
- Toda interacción está inscripta en un ritual. Cuanto más elevado sea el nivel de una determinada acción, cuanto más importante sea la formalidad en la presentación para los objetivos perseguidos, tanto más especificado y codificado será el ritual.
- En la actualidad, la función de protocolo y ceremonial es importante en cualquier gobierno que se respete. Las reglas varían de un país a otro; lo que recalcamos es que existen y que el conocerlas facilita la tarea, aun para decidir no respetarlas. Una conferencia no queda exenta de todo esto. Habrá un "presidente de sesión" que ocupará el lugar central en el podio, un "secretario", que se ubicará a su derecha, un "relator", delegados, asesores, observadores y, en algunos casos, participantes o público en general que asiste a la "función". También el lenguaje de conferencia se adapta a un cierto ritual y a un cierto registro: hay formas preestablecidas de solicitar y conceder la palabra, de desarrollar un tema o de comenzar una intervención.
- Al hablar de ritual hablamos de formas. La forma es significativa de por sí. Quien organiza las formas enmarca la acción y detenta algunos hilos de la interacción así encuadrada. Conocer las formas ayuda al intérprete a captar el fondo y a cualquier ser humano a entender mejor lo que está en juego en la interacción.
- Toda sociedad, por primitiva que parezca, se rige por ciertas reglas codificadas de conducta.
- Cuanto más desarrollada es una sociedad, tanto más tiende a alentar la promoción en los "roles"; pero cuanto más evolucionada es una sociedad, de más libertad disponen sus miembros para intercambiar y asumir muchos roles. Cuanto más flexible es una sociedad, o persona, tanto más puede.
Capítulo XIII - Atando cabos
- Uno de los principios generales de la conversación o de cualquier intercambio: ante la dificultad planteada por un elemento, se sube un escalón hacia la generalidad. Esto confirma, a su vez, el principio enunciado por Arnheim ("El pensamiento visual", Eudeba, 1971, página 65), según el cual percibir (ver, escuchar) es hacer una abstracción, puesto que consiste en captar rasgos estructurales más que en registrar detalles en forma indiferenciada.
- El intérprete sabe que no debe explicitar lo implícito si quiere serle fiel al orador.
- Principio general de la conversación (válido para cualquier tipo de intercambio): construimos automáticamente los enlaces necesarios para vincular distintos elementos. La consumación de lo incompleto es una de las conquistas fundamentales del comportamiento inteligente (Maurice Merleau-Ponty, "Fenomenología de la percepción", México, Fondo de Cultura Económica, 1957, página 83). Igual que inferimos las caras ocultas de un cubo, inferimos los elementos "invisibles" o escondidos del discurso. Pero el intérprete, para hacer un trabajo prolijo, se asegurará de guardar en su discurso los mismos elementos que el orador decidió mostrar en el suyo e, inversamente, de mantener escondidos aquellos que el orador decidió ocultar.
- El fenómeno de la retención diferencial de los elementos "nucleares" y "secundarios" (o modificadores) está ampliamente establecido en psicolingüística (J. Seguí, J. Dommergues, U. Franenfelder, J. Mehler, "L'intégration perceptive del phrases", Bulletin de Psychologie). Se ha demostrado que la probabilidad de retención (y de reproducción) es más elevada para sustantivos y verbos que para adjetivos y adverbios.
- Estos procesos comportan una selección de las palabras en virtud de su función potencial, determinada por la categoría gramatical, por una parte, y por el contexto, por otra, en el momento mismo de la recepción y que obedece a leyes lógicas que no necesariamente pertenecen al ámbito puramente lingüístico.
- ¿Cómo pueden los intérpretes, en tiempo real, durante la audición, determinar la "importancia relativa" de un elemento o de una frase sin conocer la significación global del discurso? La respuesta que ofrece Denhière a propósito de los lectores de un texto nos resulta perfectamente apropiada: "porque estos elementos estarían codificados en forma privilegiada y porque habría diversos índices en la superficie que indican la presencia de informaciones importantes".
- De todo esto podemos extraer varias conclusiones:
1) Hay procesos de integración perceptiva que se ponen en funcionamiento en cualquier tipo de intercambio.
2) Se percibe el objeto como una forma organizada y no como una suerte de aglomeración de elementos varios.
3) La forma de integrar los elementos expresa de por sí una jerarquización de esos elementos.
4) Nuestro aparato perceptivo capta índices supuestamente encargados de enfatizar ciertos aspectos de la información, sea ésta lingüística o de otro tipo.
- El estudio de la diferencia entre procesos automáticos y procesos controlados es uno de los temas que más interesa investigar en la actualidad a psicólogos y psicolingüistas. Algunas experiencias han demostrado que hay procesos que se ponen en marcha demasiado rápidamente como para que el sujeto pueda controlarlos, dirigirlos, evitarlos e incluso percibirlos.
- De esta manera, si se proyecta la palabra "mesa" en una pantalla durante un lapso extremadamente breve (treinta milisegundos), la mayor parte de las personas no logrará reconocerla, pero identificará con más rapidez a continuación el término "silla" que la palabra "flor". Esto prueba la existencia de un vínculo semántico contextual automático que funciona PER SE independientemente de nuestra voluntad.
- Mreleau-Ponty menciona una experiencia en la cual se presenta a un individuo la palabra "calor" durante un período tan breve que no logra descifrarla; pero confiesa sentirse inmediatamente "acalorado". La reacción espontánea de los sujetos demuestra que habían identificado la palabra sin saberlo y que esa identificación había desencadenado un movimiento. La existencia de este movimiento prueba la existencia de un acto de percepción inconsciente: la palabra había sido reconocida en alguna parte.
- Decía Ribot que "los movimientos son la condición fundamental de la cognición porque son el instrumento de la ley de la conciencia, de la relatividad del cambio". Podemos desde ya postular -y he aquí una primera conclusión- que sin movimiento no hay percepción.
- Además de la existencia de un vínculo semántico contextual automático, esta experiencia demuestra:
1) que, por si hubiera aún necesidad de demostrarlo, la actividad psíquica dista mucho de ser consciente en su totalidad;
2) que la conciencia se instala en un continuo espacio-temporal cuyos atajos conoce el inconsciente que, a menudo, la atraviesa con la velocidad del rayo;
3) que el inconsciente trabaja a velocidades mucho más grandes que las que podemos manejar conscientemente;
4) que la conciencia integra, en un "todo" organizado, elementos que de otra manera podemos manejar conscientemente.
- Los mecanismos que ponemos en juego para entender lo que vemos y lo que escuchamos parecen análogos. La integración de elementos en conjuntos estructurados jerarquizados se da como un TODO. Dice Arnheim: "Ver es dominar las multiplicidades simultáneas" (op. cit.). Escuchar lo que alguien dice y entenderlo también. Si ver es una manera de estructurar el entorno, hablar es una forma de organizar el mundo y "la realidad".
Capítulo XIV - Reacción en cadena
- Al funcionamiento controlado o controlable de los dos ejes (de las simultaneidades y de las sucesividades) se superpone el funcionamiento automático de otros dos ejes que llamaremos, para distinguirlos de los primeros, paradigmático y sintagmático.
- Me animaría a afirmar que lo que posibilita el trabajo "en simultánea" del intérprete es su tendencia a trabajar "desde arriba", abarcando de entrada la mayor cantidad posible de elementos de diversa naturaleza en un proceso de integración perceptiva.
- Parecería que, aunque el intérprete deba abarcar la mayor cantidad posible de elementos para poder actuar en forma acelerada y aunque trabaje, en consecuencia, "de arriba abajo", es necesario que haga un control permanente "de abajo arriba".
- Ejes en el discurso: el de las simultaneidades y el de las sucesividades. El primero permite relacionar percepciones de distinto tipo, mientras el segundo permite asociar elementos presentes a otros ausentes. El primero implica un acto de percepción, el segundo, de memoria. Hay actos de percepción y de memoria conscientes e inconscientes. Estos últimos constituyen, paradójicamente, la base de muchas de nuestras decisiones.
Capítulo XV - Las interferencias
- Aprender una lengua consiste, entre muchas otras cosas, en adquirir una serie de automatismos. Aprender un segundo idioma implica poner de lado una serie de automatismos para adquirir otros.
Todos aquellos que aprendieron una segunda lengua conocen el problema de las interferencias, las transferencias, las contaminaciones, las filtraciones de un idioma a otro y a varios niveles:
1) Fonológico = very /beri/ en lugar de /veri/
2) Prosódico = aplicación de una ley distinta de entonación.
3) Estructural: "I want that you do this" en lugar de "I want you to do this".
4) Gramatical = "a scientist" -> "un cientista" en lugar de "un científico".
5) Semántico = falsos amigos - false cognates.
- Lapsus que pueden producirse a diferentes niveles dentro de un mismo idioma.
1) Fonológico = reemplazo de un fonema por otro. Por ejemplo: "a cuff of coffee" por "a cup of coffee".
2) Prosódico = cuando alguien hace una pregunta formulándola como una afirmación o viceversa.
3) Estructural-sintáctico = cuando hay alteración de las estructuras. Por ejemplo: "Yo lo te doy" por "Je le te donne".
4) Gramatical = cuando hay sustitución de un morfema por otro. Por ejemplo: biologista por biólogo.
5) Semántico: alteración completa de una palabra con producción de un nuevo significado. Por ejemplo: "We now bring you Mr. Keene, LOSER of TRACED persons".
- La clasificación de lapsus en:
1) inversiones;
2) anticipaciones;
3) prolongaciones o ecos;
4) confusiones y contaminaciones; y
5) sustituciones,
propuesta por Meringer y Mayer no contradice la clasificación que acabamos de proponer.
- Como cualquier otro oyente, en el 90% de los casos, el intérprete restablecerá el orden correcto, suplirá el fonema que falta o introducirá las modificaciones necesarias sin pensarlo dos veces y sin siquiera, en ciertos casos, darse cuenta de lo que hace.
- Acorralado por el tiempo y el espacio, sin atribuirle importancia alguna a esos "deslices de la lengua", el intérprete reproducirá o explicará los lapsus sólo en dos ocasiones: 1) en los casos similares al del presidente de la Cámara de Diputados austríaca, donde la contradicción es tan flagrante que desencadena una reacción en la sala; y 2) cuando el conocimiento de ciertos elementos de la situación le permiten inferir que el desliz puede ser significativo. Por ejemplo, si alguien que niega haber cometido un delito pide "a cuff of coffee", el significado del término infiltrado (cuff = esposas) puede revelarse pleno de sentido en el contexto.
- Trátese de la sustitución de una palabra por otra de sentido opuesto o de las transformaciones sonoras que enmascaran un vocablo, el lapsus se convierte en indicio de la interferencia entre dos intenciones.
- El enfoque adoptado autoriza las siguientes conclusiones:
1) Las interferencias de lengua a lengua o en el interior de un solo idioma funcionan según las mismas leyes de articulación, aunque no siempre respondan a las mismas causas externas de producción.
2) Las interferencias de lengua a lengua están regidas por las reglas fonológicas, prosódicas, estructurales, gramaticales, sintácticas y semánticas del idioma materno o predominante.
3) Actos fallidos, lapsus, interferencias y señales divergentes son caras de una misma moneda que demuestran, paradójicamente, que la ausencia o la presencia de un elemento puede ser el signo emergente de una lucha de fuerzas y de tendencias que crecen, ya sea en la misma dirección, ya sea en direcciones opuestas.
Capítulo XVI - ¡Arriba el telón!
- La percepción de la totalidad facilita a menudo la percepción de una de sus partes. Esto significa que cuando -por asociación, por analogía o por oposición- se logra identificar a varios elementos de un conjunto con otros elementos conocidos, se podrá despejar la incógnita por deducción o por inferencia.
- La comprensión no depende exclusivamente de las palabras, que no está solamente vinculada con la lógica y el razonamiento expresados por las palabras, sino que también -y tal vez por sobre todo- tiene que ver con la lógica y la secuencia de las acciones.
- La comprensión de una situación depende también del conocimiento tácito de una red de leyes sociales.
Capítulo XVII - Más y más interferencias
- La "trama" (o conjunto de hipótesis) sirve para facilitar y acelerar el entendimiento al ofrecer una visión global que explica los móviles en acción, pero ésta puede también paradójicamente bloquearlo cuando dicha visión de conjunto es errónea, inapropiada o cuando se vuelve rígida.
- Cuando identificamos bien las palabras, pero no logramos captar el sentido, será porque nos faltan elementos para captar el conjunto, porque faltan conocimientos en ciertas áreas, porque hay elementos mal estructurados o mal "digeridos", o porque hay que cambiar el punto de vista.
- Además de las anticipaciones, inversiones, prolongaciones, confusiones, contaminaciones y sustituciones que se dan en la superficie, es la presencia o la ausencia de un elemento que puede ser indicio de la existencia de una interferencia. Las interferencias podrán ser de tipo superficial, lógico o emotivo.
Capítulo XVIII - Sigue arriba el telón
- "Decir es hacer" porque al hablar (como diría Austin) realizamos actos tales como hacer promesas, advertencias, dar órdenes, etc. Pero nuestra incursión teatral nos permite ir más lejos para afirmar que "hablar es hacer" porque simultáneamente con estos actos, hacemos mucho más al hablar: evocamos recuerdos, despertamos emociones y sentimientos, creamos imágenes y modificamos las relaciones entre la gente.
- Y si habla res hacer, también en este sentido un acto de habla se inscribe y debe, por lo tanto, estudiarse en el marco de una teoría de la acción que requiere un profundo conocimiento de la percepción de los actos y de las diversas redes de relaciones sociales que pueden existir entre los hablantes.
EPÍLOGO
- Para poder trabajar "en simultánea", el intérprete debe estructurar conjuntos que se caracterizan por los elementos de diversa naturaleza que los componen y que provienen de diferentes niveles. Mucho más que un experto en palabras, el intérprete es, entonces, un experto en hipótesis, un especialista de las relaciones que pueden existir entre los elementos y un explorador de las equivalencias que pueden existir entre diversos conjuntos.
- "Cuanto más complejo es un sistema" dice Lorenz ("Consideraciones sobre las conductas animal y humana", Barcelona, Plaza & Janés, 1980), "tanto más indispensable resulta el análisis de su totalidad".
- Analizar un acto entraña detectar las capas de componentes que lo constituyen (fonológicos, semánticos, psicológicos, etc.), mientras que es a la vez en la articulación perpetuamente cambiante de estos niveles que queda inserto y se define. Presupone también plantear el problema de los protagonistas, de las relaciones que los unen y de las leyes sociales que los rigen, lo que, en otros términos, significa empezar a desenmascarar la "competencia" social con toda la panoplia de reglas que comandan nuestro comportamiento en sociedad.